21 de noviembre de 2013

Seminario Anual CARI 35

Por Juan Pablo Krzemien

El 21 de noviembre de 2013, en el marco del trigésimo quinto año de vida del CARI, un grupo de prestigiosos expertos analizaron las perspectivas del comercio internacional y el multilateralismo ante la proliferación de Mega Acuerdos Regionales.

La apertura del evento estuvo a cargo de Felix Peña, director de la Fundación ICBC, quien compartió tres reflexiones para abrir el debate.

En primer lugar, el especialista invitó a imaginar que nos estuviéramos planteando los mismos interrogantes respecto a la Organización Mundial del Comercio (OMC), los mega acuerdos regionales o las negociaciones Unión Europea-Mercosur en el año 2008, antes de la crisis internacional. En ese momento la situación de la OMC era bastante diferente, no hubiera sido muy acertado señalar la crisis existencial que atraviesa la Unión Europea (UE) y aún no se hablaba de la negociación de los mega acuerdos. Peña señaló que es igualmente difícil imaginar cómo será el escenario en estos tres niveles dentro de cinco años.

En segundo lugar, afirmó que hacia el futuro, y desde una perspectiva argentina, será necesario abordar estos temas por lo menos desde tres procesos que se están dando en el Sistema Económico Internacional. El primer cambio es el surgimiento en casi todo el mundo de la "clase C", compuesta por una cantidad cada vez mayor de consumidores y ciudadanos urbanos informados. El segundo proceso es la evolución en la conectividad del transporte y la logística, que elimina toda restricción para comercializar cualquier producto en cualquier lugar del mundo. El último elemento son los cambios en el área energética, cuyos avances permitirán comercializar la energía producida sin necesidad de conexión física.

En tercer lugar, Peña señaló tres líneas de valoración donde encuentra una palabra común como desafío: articulación. El primer aspecto abordado es la valoración de la región como tal y la necesidad de establecer pautas de articulación entre los países. Peña afirma que la crisis europea trae de vuelta el dilema de cómo articular naciones que son soberanas y tienen múltiples opciones. El segundo aspecto apunta al marco global y la OMC. Peña se plantea si es posible imaginar un mundo de múltiples acuerdos y una OMC paralizada, sobre todo desde el punto de vista del interés nacional argentino y afirma que, desde su visión, es imposible imaginar este escenario. El último elemento señalado por el experto es la importancia de la estrategia nacional, de la articulación interna para definir la estrategia de inserción internacional.

El primer panel, denominado "El futuro del multilateralismo y la OMC", estuvo a cargo de Adrián Makuc, experto en negociaciones internacionales. En palabras del expositor, la crisis del año 2008 marcó un corte en las negociaciones en el sistema multilateral y en la negociación de la Ronda de Doha. A partir de entonces, se dio una falta de consenso para concluirla volviéndose imposible su cierre.

Esa relación de retroalimentación, por la que lo decidido en la OMC afecte a los países miembros y lo que estos hagan se vea reflejado en las reglas de la organización, se rompió

Makuc afirmó que, mientras se desarrollaba la ronda de Doha y se desataba la crisis, se dieron una serie de acontecimientos relevantes. En los primeros años del siglo XXI se produjo un incremento del consumo internacional, especialmente en China, asociado al ascenso de la clase media, señalado por el Dr. Peña. También se dio un alza sostenida del precio de las materias primas. Otros fenómenos observados fueron el ascenso de las economías emergentes y las Cadenas Globales de Valor (CGV). Por último, el experto se refirió al tema de las monedas y los tipos de cambio, puntualmente a cómo la relación entre el dólar y el renminbi (yuan chino) puede condicionar todo lo que ocurre en el mundo, a la vez que se vuelve a observar la práctica de las devaluaciones competitivas. Makuc señaló que, como respuesta a la crisis, se observa que el G20 intenta encarar los efectos ocurridos a partir de 2008 aunque, según su opinión, lo que consiguieron las reuniones para el sistema multilateral es relativamente poco: un ejercicio de transparencia para relevar y mostrar lo que hacían los países. Si bien el experto considera positiva la actuación de la OMC en la evaluación de las políticas de sus miembros, señala que no es ésta la función para la que fue diseñada. En realidad, esta organización debería evolucionar de acuerdo a lo que ocurra en la economía internacional y, desde el fin de la Ronda Uruguay, las reglas multilaterales son las mismas. Esa relación de retroalimentación, por la que lo decidido en la OMC afecte a los países miembros y lo que estos hagan se vea reflejado en las reglas de la organización, se rompió.

Para concluir su exposición, Makuc señaló tres consideraciones a futuro. Con respecto a Bali, confesó que no tiene grandes expectativas, aunque puede tener resultados auspiciosos en algunos aspectos agrícolas, como la seguridad alimentaria y en una cuestión que interesa mucho a los países desarrollados, la facilitación del comercio, a la que denominó como una "caja de pandora" de consecuencias impredecibles.

El experto se preguntó, en caso de que haya un resultado en Bali, qué ocurrirá con el resto de la Ronda Doha. También es una incógnita si el acuerdo tendrá un programa de trabajo y qué plazo tendrá el mismo.

Finalmente, Makuc analizó la posibilidad de un estancamiento de la OMC y consolidación de los acuerdos regionales. Ante este escenario señaló que, si la OMC no puede cumplir con sus funciones originales, podría ser un ámbito útil para examinar los acuerdos y que todos sepan lo que contienen para analizar sus consecuencias.

El segundo panel se denominó "Un mundo de múltiples acuerdos regionales" y estuvo a cargo de Raúl Ochoa, economista experto en comercio exterior y negociaciones comerciales internacionales.

Ochoa comenzó su exposición analizando la importancia de las Cadenas Globales de Valor (CGV). En las CGV la idea es tener los mínimos costos de transacción posibles, mediante la reducción de las barreras. De acuerdo al enfoque de Baldwin, todo lo asociado a las políticas "antiguas", defensivas o proteccionistas, es destructivo. Siguiendo esta línea, tener sociedades de Estado, requisitos de contenido local y sustitución de importaciones es contraproducente y es válido abrirse unilateralmente.

Si la OMC no puede cumplir con sus funciones originales, podría ser un ámbito útil para examinar los acuerdos y que todos sepan lo que contienen para analizar sus consecuencias

Ochoa afirmó que parte de los APC ya firmados son High Standard, lo que implica normas y exigencias por encima de las de la OMC (OMC plus) o abarcar cuestiones no incluidas en sus acuerdos (OMC extra). Para los países desarrollados esto significa quedarse con la parte del desarrollo de la CGV, que viene antes y después de la manufactura. Por otra parte, la idea es contrarrestar el avance chino, que no se quedó en la manufactura, como fábrica del mundo, sino que ha ido avanzando en las cadenas de valor y en lo bienes intermedios.

Ochoa considera errónea la afirmación de que todos los países puedan entrar en las CGV sin una base previa de industrialización e investigación, citando como ejemplo el caso del NAFTA. En este acuerdo, Estados Unidos coloca el 37% de sus bienes intermedios en México, mientras que el país azteca sólo le envía el 2%. Canadá, que tiene salarios más elevados, tiene una mayor participación que México.

El economista explica que quienes participan exitosamente de estos acuerdos son los países desarrollados: Estados Unidos, Japón, Alemania y China. En cambio México, después de 20 años del NAFTA, no ha logrado transformarse.

A continuación, Ochoa señaló algunas contradicciones entre los Mega Acuerdos y los APC. Según el experto, algunas cuestiones, como el cambio climático y el medio ambiente, solo pueden ser abordadas globalmente. De lo contrario, la proliferación de estos acuerdos va a traer más problemas.

En la región tenemos que estar integrados y, frente a una globalización acotada, debemos tener una estrategia de desarrollo propia

Para finalizar su exposición, Ochoa se preguntó en qué lugar se encuentran los países latinoamericanos dentro de esta discusión. El expositor observa que los miembros de la Alianza del Pacifico están trabajando en avanzar en su integración dentro de las CGV, aunque la elección de Bachelet en Chile modifica este enfoque al privilegiar las relaciones no discriminatorias en la región con el Mercosur.

Ochoa afirma que en la región tenemos que estar integrados y, frente a una globalización acotada, debemos tener una estrategia de desarrollo propia.

El economista sostiene que es imprescindible tener una agenda común con nuestros vecinos. Otras alternativas, como la relación con China, que no impone los condicionamientos de los organismos internacionales, tiene otro tipo de condicionalidades y, si bien puede servir de contrapeso, no aporta lo que necesitamos: reconstruir instituciones.

Mientras tanto debería existir un núcleo estratégico en nuestra región. Concretamente, Argentina, Brasil y Chile deberían implementar un plan de desarrollo de CGV en determinados sectores para tener mayor peso en la región y, hasta cierto punto, en el resto del mundo.