Por Ana María Ramírez, Ministra Plenipotenciaria, Miembro del Servicio Exterior de la Nación (diciembre de 2004)

Embajadora, Miembro del Comité Ejecutivo del CARI

Introducción

Repasar los momentos más importantes en la vida del CARI en estos años es recordar los grandes sucesos que conmovieron al mundo en un escaso período de tiempo. También es recordar las decenas de figuras de prestigio y de relevancia internacional que desde esa tribuna contaron sus experiencias como protagonistas o expusieron sus puntos de vista sobre las complejidades del escenario internacional en diversos campos y en sus matices más variados. Al mismo tiempo, es poner en perspectiva histórica el rol que esas figuras desempeñaron en su país y en el mundo.
Por otra parte, es también interesante ver de qué manera el CARI acompañó o reaccionó frente a los cambios que vertiginosamente se sucedían y suceden aún hoy en la Argentina, en la región y en el mundo.
Esta mirada puede hacerse a través de las diversas actividades realizadas por el CARI, tanto las públicas como las que desarrollaron internamente los diferentes Comités de Estudio, Grupos de Trabajo y los Institutos.
Para sintetizar la labor del CARI se consideró en una primera parte, la situación argentina y la del escenario mundial desde 1978, fecha de la creación del CARI, hasta la consolidación de la democracia en el país con la primera renovación del mandato presidencial y el inicio del proceso de integración. A este capítulo se ha denominado "Hacia la consolidación democrática y la integración regional".
En un segundo capítulo "Las grandes transformaciones" se incluyen los cambios en el escenario internacional a partir del fin de la guerra fría y las adaptaciones y reformas realizadas por la Argentina para insertarse en esta nueva configuración.
En el capítulo final "¿Hacia dónde vamos?" se dejan planteados los interrogantes que se abrieron a partir del 11 de septiembre de 2001 y una consideración sobre los objetivos de la institución para los años por venir.

Hacia la consolidación democrática y la integración regional

La etapa fundacional

Momentos muy difíciles se vivían hacia fines de la década del 70. El conflicto este-oeste alcanzaba sus picos más altos de tensión. Las posibilidades de un enfrentamiento nuclear entre las superpotencias crecían día a día. En Europa Occidental la opinión pública debatía la instalación de misiles nucleares. En la mayoría de los países de América Latina los procesos democráticos se habían interrumpido. En la Argentina, el quiebre institucional, los problemas financieros y la relación con los países vecinos llevaban el país a un paulatino aislamiento internacional.
En esos años, no había en la Argentina, tampoco en América Latina, instituciones que se dedicaran a la investigación y análisis de los problemas internacionales. La idea de crear un espacio de diálogo y reflexión similares a los Consejos para las Relaciones Internacionales de Nueva York y de Chicago o al "Royal Institute of International Affairs" de Londres comenzó a gestarse lentamente.
Finalmente, el 24 de junio de 1978, a escasos diez días de su fundación, el CARI realizó su primera actividad pública, en la sede de la Sociedad Científica Argentina, con la participación del ex Secretario de Estado de los Estados Unidos, Dr. Henry Kissinger, quien visitaba por primera vez nuestro país. El tema elegido para la disertación fue "Consideraciones sobre la política internacional actual".
El CARI se planteó entre sus objetivos la necesidad de ensayar respuestas de fondo a los problemas internacionales de la Argentina. Con ese criterio se fueron constituyendo los diferentes comités de estudio y de investigación de acuerdo a las circunstancias de la realidad nacional e internacional. El primero de ellos, fue el Comité de Estudios Especiales que examinó la proyección externa de las empresas argentinas.
El informe elaborado tuvo una amplia difusión y fue sometido a la consideración de instituciones de gobierno y empresariales. De esta manera se inició una modalidad de trabajo que se mantiene hasta el presente y que demostró ser de suma utilidad para vincular el sector académico con el sector público y privado.
El primer seminario que realizó el CARI, entre mayo y junio de 1979, fue sobre derechos humanos: "La persona humana en las relaciones internacionales de nuestro tiempo". Se abordó la cuestión desde el punto de vista internacional con el examen de legislación comparada y el derecho internacional humanitario y, desde el punto de vista interno, la situación actual, la legislación y la jurisprudencia.
Las primeras personalidades que visitaron el CARI entre 1978 y 1979 vinieron de diversas regiones del mundo. En una lista no exhaustiva podemos citar a los Ministros de Relaciones Exteriores de Venezuela, Aristides Calvani y de Perú, Carlos García Bedoya; al ex Presidente de Colombia, Alfonso López Michelsen, al ex Director General de la Oficina del Primer Ministro de Israel, Elihayu Ben Elissar, al Ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Sunao Sonoda, el Ministro de Comercio Exterior de Canadá, Michael Wilson. Para referirse a la situación en Europa disertaron: el Ministro de Relaciones Exteriores de Austria, Willibald Pahr y el Miembro del Parlamento de Alemania Federal, Olaf von Wrangel y el ministro de Economía de dicho país, Otto von Lambsdorff. El Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim mantuvo una reunión de trabajo el 30 de agosto de 1978. Hasta la fecha, todos los Secretarios Generales de las Naciones Unidas visitaron el CARI y dieron a la audiencia argentina la posibilidad de escuchar y debatir sobre las cuestiones más importantes de la agenda internacional.

Los primeros años

La invasión soviética a Afganistán en la Navidad de 1979 provocó la inmediata reacción de la comunidad internacional. Estados Unidos propuso la aplicación de sanciones internacionales: embargo cerealero y boicot a los juegos olímpicos que se desarrollarían en Moscú al año siguiente. La decisión argentina de no adherirse al embargo tuvo efectos favorables en el comercio con la URSS y abrió interesantes perspectivas para las exportaciones argentinas a los países socialistas. Por el contrario, agregó nuevas desinteligencias a la relación con los Estados Unidos a pesar de que el país se sumó al boicot norteamericano a los juegos olímpicos.
En 1980 el CARI realizaron dos importantes seminarios relacionados con los Estados Unidos. Uno de ellos, abordó la "Visión histórica de las relaciones entre los Estados Unidos y la Argentina", estuvo a cargo de profesores de importantes universidades norteamericanas, tales como las de Carolina del Norte, San Diego (California), Massachusetts y Washington, D. C. y fue destinado a estudiantes y graduados. El otro, se refirió a "Las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos", en el que participaron especialistas norteamericanos junto a destacados políticos, ex cancilleres y académicos argentinos.
Una de las conclusiones más relevantes extraída de estos análisis fue la notable falta de información entre los dos países y el desconocimiento mutuo que caracterizaba a las relaciones bilaterales. En ese contexto se planteó la posibilidad de iniciar contactos frecuentes e intercambios en todo nivel: entre otros, político, empresarial, militar, académico, estudiantil, científico-tecnológico y artístico.
A partir de 1982, la visita de argentinos a los Estados Unidos fue facilitada gracias a acuerdos con diversas instituciones como por ejemplo, Americas Society, Partners of America, ICANA, Pan Am, etc., mediante becas de perfeccionamiento en distintas disciplinas artísticas y científicas.
Entre 1980 y 1982 visitaron el CARI 26 norteamericanos, entre ellos: por segunda vez, en 1981, el ex Secretario de Estado, Dr. Henry A. Kissinger; el General del Ejército, Williams C. Westmoreland; altos funcionarios del Departamento de Estado y de Defensa; senadores; profesores; investigadores de instituciones como Heritage Foundation, American Enterprise, American Dialogue y The Tinker Foundation, por citar solo algunas.
Las relaciones de Estados Unidos con Europa no estaban pasando por su mejor momento. Si bien había una comunidad de intereses permanentes compartidos y sostenidos por la alianza atlántica, el diálogo mostraba una serie de posiciones divergentes.
Esta situación se percibía con claridad en tres temas: defensa en el campo nuclear, en el cual el concepto de seguridad se leía de manera diferente de un lado y otro del Atlántico y con diferencias también dentro de Europa. Hay que recordar la fuerza de los movimientos pacifistas y la decisión del canciller alemán de permitir la instalación en Alemania de misiles con ojivas nucleares.
El otro tema era el conflicto en Medio Oriente y las relaciones con los países del tercer mundo. Aquí la dependencia europea del petróleo de Medio Oriente se unía al nerviosismo que les producía la intervención norteamericana en el conflicto.
La otra gran discusión era sobre el presupuesto norteamericano en materia de defensa y el impacto en la economía mundial. Los reclamos norteamericanos en favor de un mayor esfuerzo europeo se contraponían a las preocupaciones de dichos países por los efectos en las tasas de inflación y desempleo.
Muchos de estos temas, junto a otros igualmente gravitantes, fueron analizados en el seminario "Europa en el mundo actual" (marzo de 1982) en el que intervinieron personalidades de diversas instituciones europeas y latinoamericanas, ex cancilleres de la Argentina y de otros países latinoamericanos, diplomáticos, académicos y profesores.
Este seminario fue el primero de los grandes y numerosos seminarios que el CARI ha organizado para estudiar de manera integral las cuestiones relacionadas con la paz y la seguridad internacional.
La Comunidad Económica Europea planeaba en esa época su ampliación con la incorporación de España y Portugal. Los efectos que este aumento pudiera causar en el comercio argentino, especialmente por el ingreso de España, fueron examinados por el Comité de Estudios Especiales.
Entre abril y septiembre de 1979, un grupo de especialistas del CARI estudió la participación de "La Argentina en el proceso de reestructuración de la ALALC". Fue una oportunidad para analizar el comercio intralatinoamericano y los intereses del país en las relaciones bilaterales con los otros miembros de la ALAC y con los integrantes del Grupo Andino.
A fines del año 1980 el CARI realizó un importante simposio dirigido a analizar las relaciones bilaterales con Brasil. Esta actividad de alguna manera apoyaba la acción diplomática que la Argentina había iniciado en dicho país para superar la rivalidad y las tensiones agravadas por la discusión sobre el uso de los ríos internacionales.
En el simposio participaron las figuras más destacadas de la diplomacia brasileña y argentina, ex ministros de economía, los presidentes de CNEA y NUCLEBRAS respectivamente, académicos de la Fundación Getulio Vargas y de centros académicos argentinos y un importante grupo de directores y presidentes de las empresas más relevantes de los dos países. En este encuentro se examinaron aspectos de la relación bilateral para determinar áreas de cooperación y de colaboración que abarcaría toda la década.
Los conflictos regionales que conmovieron la década del 80 fueron también objeto de estudio como por ejemplo, la guerra en Centroamérica y las tensiones en el Caribe. A pesar de los esfuerzos para encarar los conflictos locales a través de la negociación, la crisis en América Central se agudizaba de manera creciente. El gobierno sandinista de Nicaragua se consolidaba, la violencia en El Salvador y Guatemala adquiría niveles preocupantes. La comunidad internacional se esforzaba en encontrar mecanismos que permitieran eliminar la participación extranjera en el conflicto y cortar el flujo de armas a la región.
Una contribución importante para la búsqueda del diálogo y la cooperación fue el curso que se organizó conjuntamente con el UNITAR para la capacitación y el perfeccionamiento en derecho internacional para los países de América Latina y del Caribe.
Otro esfuerzo importante realizado por el CARI y en la misma dirección fue el seminario sobre cooperación argentino-africana que contó con el auspicio de la Subsecretaría de Agricultura de la Nación. Asistieron representantes de los ministerios y departamentos de agricultura de catorce países africanos.
Para entender la complejidad del conflicto en Medio Oriente fueron muy enriquecedoras las conferencias pronunciadas por dos importantes figuras de la región: el Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Boutros Boutros Ghali (16 de julio de 1981), gran amigo del CARI, elegido años más tarde Secretario General de las Naciones Unidas y el Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Itzhak Shamir (4 de diciembre de 1983).

La restauración de la democracia. La integración regional

Reconstruir las vinculaciones de la Argentina con Estados Unidos y Europa después del conflicto de Malvinas requirió un gran esfuerzo político-diplomático. Al mismo tiempo era importante fortalecer las relaciones con los países vecinos y de la región que habían demostrado su apoyo y solidaridad en momentos muy delicados. Ello ocurrió no sólo durante el curso de los acontecimientos bélicos sino que continuó luego, al respaldarse la posición argentina en la Res. 37/9 del 4 de noviembre de 1982, votada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se puso a salvo los reclamos argentinos, al propugnar reanudar "las negociaciones a fin de encontrar a la mayor brevedad una solución pacífica a la disputa de soberanía referida a la cuestión Malvinas (Falkland)".
Apenas finalizado el conflicto y mientras se desarrollaban las acciones diplomáticas, el CARI tomó la decisión de formar un comité de estudios e investigación sobre la cuestión Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Era necesario comprender las razones que habían llevado al conflicto. Había que reencauzar los reclamos de soberanía. Había que difundir la posición argentina.
Hacía falta además, sistematizar de manera orgánica el impresionante material documental existente en Naciones Unidas a partir del año 1945. Pero, lo más importante era procurar abrir caminos que aproximaran a los dos países y facilitaran en el momento oportuno el diálogo oficial.
El aporte del CARI sobre esta cuestión tuvo tres vertientes muy definidas:
El Comité de Malvinas: en forma inmediata se abocó a sus tareas y pudo publicar en el año 1983 los tomos 1 y 2 de "Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Diplomacia argentina en Naciones Unidas 1945/1981". En 1985, con el tercer tomo "Diplomacia del Grupo latinoamericano en Naciones Unidas", el comité publicó los documentos del Consejo de Seguridad de 1982. Las tareas de investigación y publicación que realizó el Comité se extendieron durante toda la década siguiente. Hasta el presente, se han recopilado los documentos sobre Malvinas de la Asamblea General de las Naciones Unidas hasta el año 1990.
El Comité realizó además, una minuciosa investigación sobre los documentos existentes en la OEA cuyos resultados conforman los tomos I y II del Volumen VI "La cuestión de las Islas Malvinas en la OEA".
Los seminarios de Maryland: se llevaron a cabo en la Universidad del Estado de Maryland (Estados Unidos) entre 1983 y 1985. Estos fueron un ejercicio estimulante que produjeron los efectos deseados, es decir, sentaron las bases para crear un espacio de consulta y cooperación sobre la zona en disputa con el Reino Unido.
Los fluidos contactos que el CARI mantenía con diversas instituciones académicas norteamericanas y británicas unidos al interés por el conflicto en el Atlántico Sur posibilitaron la organización de estos seminarios. Entre los colaboradores más importantes estuvieron: la "Internacional Studies Association", dependiente de la Universidad de Carolina del Sur, dirigida por el internacionalista John Burton quien con frecuencia realizaba estudios sobre conflictos entre estados e invitaba a centros académicos a reflexionar sobre dichos temas.
También participó el "American Enterprise Institute for Public Policy Research", el vínculo con este centro se había establecido a fines de 1982 cuando estuvo en el CARI el profesor Mark Falcoff, un investigador de esa institución. Su conferencia tuvo un gran impacto y abrió un importante debate sobre el estado de las relaciones argentino-norteamericanas después de la guerra de Malvinas cuyo análisis incluyó, necesariamente, las relaciones de la Argentina con el Reino Unido.
Otros centros de importancia que colaboraron con los seminarios, fueron la "Kennedy School of Harvard" con sus expertos en negociaciones y resolución de conflictos y el "Royal Institute of International Affairs" de Londres cuyo director David Watt había estado en el CARI en marzo de 1982 como expositor en el seminario "Europa en el mundo actual".
La organización de los seminarios estuvo a cargo del profesor Edward Azar, catedrático de la Universidad de Maryland quien conocía el CARI por haber estado en octubre de 1981 para intervenir en un seminario sobre Teoría del Conflicto. Sus estudios comparativos de las crisis internacionales lo habían convertido en una autoridad en la materia.
En los seminarios participaron académicos argentinos, británicos y norteamericanos. Los británicos incluyeron en su delegación a miembros del Parlamento y lo mismo hizo la delegación argentina a partir del segundo encuentro en 1984.
Resultados visibles fueron apreciados desde la primera reunión. Aquí surgió por ejemplo, la iniciativa de crear en Londres el "South Atlantic Council" como institución privada destinada a la búsqueda de formas de conciliación entre la Argentina y Gran Bretaña. A partir del segundo seminario se iniciaron visitas de intercambios entre legisladores argentinos y británicos.
A lo largo de estos tres años de encuentro fueron analizados diferentes aspectos vinculados al conflicto: militares, políticos, económicos y financieros. Asimismo, se fueron reuniendo elementos que, más tarde, demostraron ser de utilidad no sólo para restablecer y armonizar la relación argentino-británica sino también para entender las relaciones argentino-norteamericanas desde otra perspectiva.
La tercera contribución significativa del CARI a las relaciones argentino-británicas fueron las Conferencias Argentino-Británicas/Argentine-British Conference (A.B.C) iniciadas en 1990. El VIII encuentro se realizó en Buenos Aires en octubre de 2003.
El seminario de Bonn realizado en esa ciudad en marzo de 1985 por iniciativa de Karl Kaiser, Director del "Forschungsinstitut der Deutschen Gesellschaft fuer Auswaertige Politik" junto con Chatham House de Londres y el CARI fue igualmente útil para analizar la relación de la Argentina con el Reino Unido dentro del marco general de la Comunidad Económica Europea.
En 1982 otro hecho, esta vez de carácter financiero, también sacudió a la región: la declaración de México sobre la imposibilidad de pagar su abultada deuda externa.
El tema de la deuda externa de los países latinoamericanos y su vinculación con el desarrollo fue motivo de estudio e interés por parte del CARI. El Comité de Estudios Especiales se abocó a esta cuestión y organizó diversas actividades a cargo de especialistas, funcionarios de los organismos financieros internacionales y centros de investigación. Se promovieron estudios sobre distintos enfoques de la deuda latinoamericana, sobre la situación financiera internacional, sobre el impacto de la deuda en los programas de desarrollo, etc.
Un informe titulado "Deuda externa: dificultades de los países deudores y posibles cursos de acción. El caso argentino" fue entregado a las autoridades del gobierno democrático que asumieron en diciembre de 1983.
Algunos años más tarde, entre agosto de 1988 y julio de 1989, el Comité de Estudios Especiales efectuó una nueva contribución en la búsqueda de soluciones concretas al problema financiero argentino con la elaboración de una publicación "Financiamiento externo argentino durante la década de 1990: agendas y cursos de acción". El libro fue entregado a las autoridades del Gobierno Nacional en agosto de 1989.
A fines de la década del 80, la mayoría de los países de América Latina se encontraban gobernados por regímenes democráticos. La firma de los acuerdos de paz de los Presidentes de las repúblicas de Centroamérica en agosto de 1986 abrió la marcha hacia la pacificación de esa región que se alcanzaría años después con la derrota electoral del gobierno sandinista de Nicaragua.
La normalización de las instituciones políticas no fue acompañada por una mejora en la calidad de vida que, por el contrario, sufrió las consecuencias de los procesos inflacionarios que afectaron a casi todos los países. Las tensiones sociales se agudizaron por los altos índices de desempleo y por los desequilibrios resultantes de la falta de solución a los problemas estructurales de orden económico y financiero.
No obstante estas dificultades, la restauración democrática en el continente produjo uno de sus réditos más notables como lo fue el inicio de un serio proceso de integración regional que, en el caso particular de la Argentina, pasó por la solución de las cuestiones limítrofes pendientes con Chile y por el entendimiento con Brasil.
La Argentina firmó con Chile un Tratado de Paz y Amistad en 1984. En 1986, la Argentina y Brasil suscribieron el Acta de Integración Argentino-Brasileña que reflejaba el grado de desarrollo alcanzado en las relaciones bilaterales y abrió las puertas a un acercamiento más estrecho. Este proceso se consolidó años más tarde con el tratado de 1991 que estableció el mercado común junto a Paraguay y Uruguay.
En diciembre de 1985, el CARI organizó el seminario "Brasil y Argentina en el año 1990". Diversas instituciones de los dos países auspiciaron esta actividad en la que el sector empresarial tuvo un rol destacado. Como ocurrió con el seminario de 1980, en este encuentro se examinó el estado de las relaciones bilaterales, de manera especial, el campo económico y comercial para determinar posibles áreas de cooperación. Los presidentes de las principales organizaciones económicas y financieras realizaron un detallado examen de las respectivas economías, de las posibilidades de colaboración para incrementar el comercio bilateral, para impulsar el desarrollo industrial y tecnológico y explorar posibilidades de complementación.
Hubo además, una evaluación de las perspectivas de inserción de ambos países en la economía mundial y en la región.
En la ciudad de San Martín de los Andes se realizó en el mes de mayo de 1988 el "Primer Encuentro Binacional del Cono Sur Argentino-Chileno". Esta reunión abrió una serie de posibilidades para mejorar el diálogo entre los dos gobiernos y para buscar nuevas formas de cooperación mutuamente beneficiosas en diversos sectores de la actividad económica de la región sur.
Las comisiones que trabajaron durante los tres días del encuentro sentaron prácticamente las bases de una cooperación y dieron lugar a la creación de un Comité de Expertos que se reunió unos meses más tarde en Viña del Mar con el propósito de elaborar un plan general de trabajo completando así las tareas iniciadas en San Martín de los Andes.
Para el CARI fueron años de intensa actividad. Aún no había cumplido diez años de labor y la tribuna pública se veía prestigiada por la constante presencia de las personalidades que visitaban la Argentina. De ese período se puede citar al Secretario General de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar quien pronunció una importante conferencia "Anarquía o armonía: un mundo interdependiente en busca del multilateralismo" el 3 de abril de 1986. Ese mismo año también visitó el CARI el Embajador Joao Clemente Baena Soares, Secretario General de la OEA.
Sobre la labor de Contadora en la pacificación en América Central y la situación en esa región y el proceso de paz hablaron en el CARI el Presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte y de Costa Rica, Oscar Arias en el año 1986. Un año más tarde disertó en el CARI el Presidente de Guatemala, Marco Vinicio Cerezo Arévalo.
Estuvieron además, los Presidentes de Venezuela: Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins y Rafael Caldera; de México, Miguel de La Madrid Hurtado; de Uruguay, Julio María Sanguinetti y de Colombia, Belisario Bentancur. De España estuvieron los Presidentes del Gobierno español: Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo. Asimismo, visitaron el CARI el Primer Ministro de China, Zhao Ziyang, el Presidente de la India, Zail Singh y el Canciller de la República Federal Alemana, Helmut Köhl.

Las grandes transformaciones

El fin de la guerra fría

Visto retrospectivamente, 1985 fue un año clave para Europa: el Consejo de Europa decidió que en 1992 la Europa de los 12 se convertiría en un mercado común y, en Moscú, Mihail Gorbachov fue elegido Secretario General del Partido.
Hacia 1989 la mayoría de las medidas tendientes a la instalación del mercado común habían sido ejecutadas gracias al entendimiento alcanzado entre Mitterrand y Köhl y al liderazgo ejercido por Jacques Delors al frente de la Comisión Europea.
La concepción de Gorbachov sobre la "Casa Europea" que debía extenderse desde el Atlántico hasta los Urales, junto con el cambio en la posición soviética sobre el control de las armas nucleares y las propuestas que presentó en el campo de las armas convencionales en las negociaciones bilaterales con los Estados Unidos contribuyeron además, a crear un ambiente favorable al proceso de integración europea.
A medida que mejoraba el diálogo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, la opinión pública percibía que la amenaza que representaban las armas nucleares se diluía y la atención empezó a concentrarse en la economía y los efectos causados por el déficit del presupuesto norteamericano.
Un clima de cooperación internacional entre los principales actores parecía ser la nueva tendencia en esos años, percepción alentada por la reconciliación Moscú-Pekín. La caída del muro de Berlín en noviembre de 1989 transformó el mapa político de Europa. Poco tiempo después, la disolución de la Unión Soviética puso fin al largo período de la guerra fría.
Varias actividades se organizaron en el CARI para analizar el impacto de los cambios ocurridos. El ex Primer Ministro de Francia, Raymond Barre, disertó sobre el "Presente y futuro de la Comunidad Económica Europea. Una visión personal" el 27 de abril de 1987. El ministro de Comercio y Relaciones Exteriores de la CEE, Sr. Willy de Clerk, se refirió a los aspectos internos e internacionales de Europa 1992, en una conferencia pronunciada el 4 de agosto de 1988. También hay que destacar la presencia del Presidente de la República Federal de Alemania, Richard von Weizaeker el 20 de marzo de 1987.
En el segundo semestre de 1989, el Dr. Nicanor Costa Méndez, ex Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, dictó un curso sobre "Situación de crisis: política soviética, su repercusión en el mundo actual y América Latina", destinado a estudiantes de postgrado.
Importantes protagonistas de los principales acontecimientos de la época dieron testimonio de su actuación cuando visitaron el CARI: el Presidente de los Estados Unidos, George Bush en diciembre de 1990, el ex Primer Ministro de Israel, Shimon Peres habló el 16 de abril de 1991 sobre "El camino hacia la paz en el Cercano Oriente". Al año siguiente, estuvieron la señora Violeta Barrios de Chamorro, Presidenta de Nicaragua y el ex Canciller alemán Helmut Schmidt, el 26 de marzo y el 22 de abril de 1992 respectivamente. El presidente de la Comisión de las Comunidades Europeas, Jacques Delors en 1993. Frederik Willem de Klerk, Presidente de Sudáfrica, expuso en el CARI en 1993, el mismo año en que recibió el Premio Nobel de la Paz junto a Nelson Mandela.
El CARI tuvo también la gran satisfacción de contar años más tarde, en 1998, con la presencia del presidente Nelson Mandela. El Presidente de la República Checa, Václav Havel mantuvo un diálogo con intelectuales argentinos en un acto académico que se realizó el 27 de julio de 1996.
De todos estos acontecimientos internacionales, el nacimiento del mercado común europeo era sin duda el que más implicancias tendría para nuestro país. De ahí que su evolución y perspectivas se convirtieron en objeto de estudio y análisis por parte de algunos comités y grupos de trabajo.
En 1989 se realizó, en forma conjunta con el Instituto de Investigación y Posgrado del Centro Universitario de Estudios Especiales (CUDES) un seminario sobre la "Comunidad Económica Europea de 1992 y su incidencia en nuestro país". Entre los disertantes extranjeros se encontraban el Director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Alcalá de Henares (España) y los embajadores de España, Alemania y Francia.
Al año siguiente, el CARI realizó un nuevo seminario "La comunidad europea frente a Europa del Este y América Latina" con la participación del Sr. Manfred Mols, Director del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Maguncia (Alemania) y del Sr. Manuel Medina Ortega, Presidente de la Comisión para América Latina del Parlamento Europeo junto a profesores y diplomáticos argentinos.
También cabe mencionar el seminario "Seguridad y cooperación en el Atlántico Sur", realizado en octubre de 1990 que se organizó en forma conjunta con "Pugwash Conferences on Science and World Affairs", institución fundada en 1957 en Canadá para promover el desarme y la paz mundial. Los temas tratados fueron, entre otros, los tratados internacionales que afectan el Atlántico Sur; los conflictos potenciales, la seguridad para la cooperación internacional, prevención de una excesiva militarización y el incremento de la cooperación cultural y económica en el Atlántico Sur.
La actividad académica del CARI alcanzó los primeros reconocimientos internacionales cuando la Secretaría General de las Naciones Unidas le otorgó la distinción "Mensajero de la Paz" el 19 de septiembre de 1989.

Paz y seguridad

Las transformaciones en Europa llevaron a un replanteo de la política exterior de los Estados Unidos. La administración del presidente George Bush adoptó al principio una actitud cautelosa, alentó con éxito una Alemania reunificada dentro de la OTAN y propuso modificaciones sustanciales dentro de la alianza atlántica para adecuarla a las nuevas realidades.
El avance en las relaciones con la URSS posibilitó cambios significativos en la política de Estados Unidos con el tercer mundo, especialmente en Camboya y Afganistán. En estas instancias ya era notoria la pérdida de influencia de la Unión Soviética en vastas regiones del mundo: Europa Central, Mozambique, Nicaragua, Yemen del Sur, entre otras.
La solución negociada de numerosos conflictos regionales existentes y el rol que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas iba desarrollando, la desintegración de la URSS y la instauración de un régimen democrático y de economía de mercado en la Federación de Rusia, las transiciones hacia estos sistemas que en forma pacífica hicieron los países de Europa Central y Oriental llevaron a pensar que la comunidad internacional se encaminaba finalmente a una era de paz y prosperidad. Sin embargo, conflictos con raíces étnicas, religiosas, sociales, culturales, surgidos dentro de los estados ponían en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad internacional.
Gran parte de la doctrina de esos años se esforzó en alertar contra las nuevas amenazas a la paz y a la seguridad internacional. En estas nuevas categorías se incluyeron, entre otros: la proliferación de armas de destrucción masiva, los daños ecológicos, el terrorismo, el crimen internacional organizado y el narcotráfico. En este sentido, la invasión de Irak a Kuwait en 1990, cuando todavía estaba en elaboración en los Estados Unidos una nueva estrategia de seguridad y el rol que le cabría al país, reforzó la corriente doctrinaria y de gobierno de quienes creían que los Estados Unidos debían impedir el surgimiento de cualquier estado con intenciones de establecer una hegemonía a nivel regional ya que esto representaba una amenaza a sus intereses vitales.
Sobre este período de la inmediata pos guerra fría, vale la pena recordar que el Secretario General de Naciones Unidas, Boutros Boutros Ghali, en la conferencia que pronunció en el CARI el 14 de marzo de 1994, expresó: "Primero vino la etapa de la esperanza. Las naciones y los pueblos del mundo manifestaron el deseo de cumplir con el propósito de la Carta de las Naciones Unidas. Luego vino la etapa del compromiso respecto de la cooperación internacional, se buscaron nuevas soluciones con un espíritu de optimismo y cooperación. Luego llegó el tiempo de la participación, las Naciones Unidas se tornaron más activas que en ningún momento de su historia".
El documento del Secretario General Boutros Ghali "Un programa de paz", presentado en 1995, que contenía recomendaciones y propuestas para fortalecer la capacidad de las Naciones Unidas en materia de operaciones para el mantenimiento de la paz atrajo la atención hacia la evolución del concepto de seguridad internacional y demostró la vinculación entre seguridad y desarrollo. Asimismo, introdujo criterios para definir "diplomacia preventiva", "establecimiento y mantenimiento de la paz" y, fundamentalmente, definió el concepto de "consolidación de la paz".
Otra de las grandes contribuciones del Programa de Paz fue la preocupación por la protección del personal de Naciones Unidas en zona de conflictos y la necesidad de garantizar esta seguridad.
El nuevo sistema internacional que estaba surgiendo hacía necesario un análisis cuidadoso. Mediante seminarios, cursos, mesas redondas y conferencias, el CARI dedicó importantes esfuerzos al estudio de las nuevas cuestiones y a la inserción de la Argentina y de la región en ese esquema.
Entre las numerosas actividades realizadas, se destacan el seminario "Argentina-OTAN sobre seguridad global" y el de "Fuerzas para el mantenimiento de la paz". Ambos tuvieron su importancia por el reconocimiento que tuvo en el exterior la participación de las fuerzas armadas argentinas en la coalición internacional durante la guerra del Golfo en 1991 y la actuación de los contingentes argentinos en las operaciones de paz de las Naciones Unidas.
El seminario "Argentina-OTAN sobre seguridad global" se realizó en octubre de 1993 y tuvo el auspicio de la Cancillería y de la OTAN. Contó con la participación del Secretario General Adjunto de la OTAN, embajador Amedeo de Franchis, del Secretario General Adjunto para Asuntos Políticos de la ONU, embajador Marrack Goulding, del ex Director del Royal Institute of Internacional Affairs de Londres, Sir James Eberle, del Vicepresidente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, Conde François de Rose y otras personalidades extranjeras y argentinas.
Durante esas jornadas, se examinaron el rol de la OTAN en el nuevo escenario internacional, la redefinición del concepto estratégico a partir de la vinculación con los ex miembros del Pacto de Varsovia y se analizaron los conceptos de seguridad global y de seguridad regional.
Durante los años noventa, la Argentina participó en más de treinta Operaciones para el Mantenimiento de la Paz, aportando aproximadamente veinte mil efectivos.
En el mes de noviembre de 1993, el CARI organizó el seminario "Fuerzas para el mantenimiento de la paz" con el auspicio de la Cancillería y del Ministerio de Defensa. Entre los expositores estuvieron, entre otros: Brian Urquhart, ex Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas; Olara Otunnu, Presidente de la International Peace Academy; Laurence Martin, Director del Royal Institute of International Affairs de Londres y la embajadora Louise Frechette, Representante Permanente de Canadá en Naciones Unidas.
Otro seminario muy importante fue: "La nueva agenda de seguridad en el hemisferio sur" organizado conjuntamente con el "Peace Research Centre" de la Universidad Nacional de Australia en octubre de 1995 en el que participaron investigadores provenientes de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Brasil, Chile y Uruguay.
Con el Comité Internacional de la Cruz Roja se llevó a cabo el seminario "La implementación del derecho internacional humanitario en la República Argentina" que tuvo como objetivo fomentar medidas para implementar a nivel nacional las normas del derecho internacional humanitario destinadas a aplicarse en caso de conflicto armado y la protección de las personas afectadas por el conflicto.

Desarme y no proliferación

La crónica de comienzos de la década de los noventa también registra un aumento en el número de países que aspiraban a desarrollar su capacidad tecnológica en materia misilística haciendo temer por la estabilidad en algunas regiones especialmente sensibles y por sus posibles consecuencias. Se firmaron numerosos tratados estableciendo nuevas zonas libres de armas nucleares y acuerdos destinados a evitar la proliferación de armas de destrucción masiva y a limitar su existencia. El Tratado de Tlatelolco incrementó el número de miembros con la incorporación de la Argentina, Brasil y Chile y el Tratado de No Proliferación adquirió un carácter casi universal.
Una de las reformas más significativas de la política exterior argentina fue en el campo nuclear. Podría decirse que el cambio se inició en la reunión de los presidentes de Argentina y Brasil en Foz do Iguazú, en noviembre de 1985, con la firma de la "Declaración Conjunta sobre Política Nuclear Común" y el establecimiento de un Grupo de Trabajo que, en 1988, se convirtió en Comité Permanente. Este proceso se fue profundizando con el tiempo. En julio de 1991 los dos países firmaron en Guadalajara un "Tratado sobre el uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear". Por este acuerdo se estableció el ABACC (Agencia brasileño-argentina de contabilidad y control de materiales nucleares).
Meses más tarde, en Viena, se suscribió un "Acuerdo Cuatripartito de Salvaguardias Totales" entre Argentina, Brasil, ABACC y la OIEA. Finalmente, el ciclo se completó con la adhesión argentina al Tratado de No Proliferación en 1995.
Asimismo, la Argentina firmó y ratificó la "Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción".
La preocupación del CARI por las cuestiones vinculadas a la seguridad regional y, de manera particular, por el desarrollo de una estrecha cooperación de la Argentina con los países vecinos estuvo siempre presente. Un ejemplo en este sentido es el panel sobre "La cooperación tecnológica como base de un entendimiento a largo plazo entre la Argentina y Brasil" que formó parte del seminario realizado en noviembre de 1980 y cuyos expositores fueron el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y el presidente de NUCLEBRAS respectivamente.
"Desarme y seguridad internacional" fue el tema que convocó a un grupo de especialistas, investigadores, académicos y diplomáticos en julio de 1990 en un seminario que el CARI organizó en forma conjunta con el Centro de Información para Argentina y Uruguay de la ONU. En esa oportunidad fueron examinadas las actividades de las Naciones Unidas, la cuestión de la seguridad nuclear en un mundo con armas nucleares, la marcha de las negociaciones para lograr una convención sobre armas químicas, la propagación de armas nucleares y formas de prevenirlas, las restricciones a la transferencia de tecnología de punta: nuclear, espacial y química y la política argentina en materia de desarme.
Asimismo, es interesante destacar que ya en la década anterior, en mayo de 1988, el CARI realizó un seminario sobre "Terrorismo nuclear". Entre los disertantes extranjeros estuvieron los señores Paul Leventhal y Thomas Davies del "Nuclear Control Institute" de Washington, el profesor John Redick de la Universidad de Virginia y el profesor Luiz Pinguelli Rosa de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Esta no fue la única actividad realizada en colaboración con el Nuclear Control Institute, un año más tarde, en Montevideo y con la participación del "Instituto de Pesquisas Internacionales" de Brasilia se realizó un seminario sobre "Cooperación nuclear latinoamericana".
Especialistas provenientes de Francia, Canadá, Estados Unidos, Suecia, Brasil y otros países colaboraron en las actividades del CARI. Entre ellos, los Directores Generales de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Embajador Hans Blix quien mantuvo una reunión de trabajo en diciembre de 1994 y en 1998 el Embajador Mohammed El Baradei.

Las negociaciones comerciales multilaterales

Hacia el año 1991, la posibilidad de concluir la Ronda Uruguay era bastante incierta a pesar de las gestiones y esfuerzos políticos que se realizaban. La resistencia de la Comunidad Europea a reformar su política de protección a los agricultores era uno de los principales obstáculos. La incertidumbre se acrecentaba por la formación de bloques regionales que ponían en duda la voluntad real y efectiva de lograr progresos en la liberalización del comercio internacional.
La administración norteamericana tenía gran interés en terminar la Ronda. Con la finalización de la guerra fría las grandes rutas marítimas se encontraban libres de amenazas, con lo cual, Estados Unidos podría finalmente cumplir con uno de sus principales objetivos históricos: contar con rutas seguras que le permitieran un tráfico comercial fluido capaz de llevar prosperidad al pueblo americano.
El panorama sin embargo no era muy alentador: proliferaban conflictos comerciales entre Estados Unidos y Europa o entre Estados Unidos y Japón por ejemplo; se establecían nuevas formas de proteccionismo; el surgimiento como actores de países emergentes que aspiraban a ocupar un papel acorde con su posición de país recientemente industrializado. Por otra parte, el déficit comercial de los Estados Unidos causaba una gran preocupación por el impacto en el desarrollo del comercio mundial.
El Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay y Presidente del Comité de Negociaciones Comerciales de la Ronda Uruguay, Dr. Héctor Gros Espiell durante su discurso para inaugurar el seminario "La Ronda Uruguay: ¿retroceso o progreso?" que el CARI organizó con el auspicio de la Cancillería y de la Fundación Konrad Adenauer el 7 y 8 de octubre de 1991, describió la situación de esta manera: "Es evidente que se debe realizar un esfuerzo excepcional para concluir estas negociaciones con un resultado racionalmente satisfactorio. Un resultado aceptable que constituya una dura derrota del proteccionismo, que ponga fin a los subsidios, que muestre que el multilateralismo es posible y que abra el camino para un solución final en unos años".
Durante el acto de apertura de este seminario, el CARI presentó el libro "El comercio exterior argentino durante la década de 1990". El equipo de investigación que coordinó este trabajo realizó más de cincuenta reuniones donde se analizaron, desde diferentes puntos de vista, los principales problemas y se elaboraron sugerencias y alternativas destinadas a orientar al sector público y privado.
En los años ochenta se registró una tendencia por parte de los países a suscribir acuerdos comerciales de carácter regional que no necesariamente eran violatorios del GATT. Fue fácil percibir la formación de tres grandes bloques: la CEE, los Estados Unidos y Japón. A fines de esa década entró en vigor el acuerdo entre Estados Unidos y Canadá y en 1991 se iniciaron las negociaciones con México para la constitución de un área de libre comercio. Por otra parte, en junio de 1990 los Estados Unidos presentaron la "Iniciativa para las Américas" que, en ese momento, no era más que una serie de ideas para dialogar sobre comercio, deuda e inversiones.
El CARI dedicó el seminario "Los acuerdos regionales en las Américas y en el GATT", que se efectuó en 1992, al estudio de estas particularidades del comercio internacional. Para ello, se contó con el patrocinio conjunto de una serie de instituciones: "The Tinker Foundation", el Centro de Economía Internacional de la Cancillería, la Comisión de la Comunidad Europea, la Fundación del Banco de la Nación, la Asociación de Dirigentes de la Empresa y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La finalización de la Ronda Uruguay y la creación de la Organización Mundial de Comercio en 1995 amplió y profundizó el sistema multilateral. Nuevos temas fueron incorporándose a la agenda internacional de negociaciones y comenzó a desarrollarse un mecanismo más firme de solución de controversias. De los grandes actores internacionales sólo China y Rusia quedaron fuera de la OMC, si bien ellos también comenzaron a orientarse hacia la constitución de una economía de mercado e iniciaron conversaciones para acceder a la organización.
La necesidad de competir a escala global hizo que grandes corporaciones multinacionales desarrollaran estrategias de alcance regional. Esto trajo, entre otras consecuencias, que los países demostraran un mayor interés en el fortalecimiento de los procesos de integración y una tendencia a querer formar parte de varios acuerdos de libre comercio de forma simultánea.
La década del noventa encuentra a la Argentina y a los países de la región, con la excepción de Chile, envueltos en un proceso delicado: democracia con debilidad institucional, avances en la liberalización comercial y en la apertura económica, fuerte endeudamiento externo, voluntad política de acelerar los acuerdos de integración y un panorama complejo de negociaciones bilaterales, regionales, birregionales y multilaterales.
Es muy difícil destacar del cúmulo de las actividades realizadas en el CARI a las más relevantes. No obstante no se podría dejar de mencionar a las "Jornadas de reflexión sobre la Unión Europea y el Mercosur" que se efectuaron el 7 y 8 de septiembre de 1995, conjuntamente con la Fundación Popular Iberoamericana.
La sesión de apertura contó con la intervención del Sr. José María Aznar, Presidente del Partido Alianza Popular de España. Entre los panelistas provenientes de los países miembros del Mercosur estuvieron: Elías Bluth, Secretario de la Presidencia del Uruguay; el ex ministro de Relaciones Exteriores y presidente de la Ronda Uruguay, Sergio Abreu Bonilla, Marcilio Marques Moreira, ex ministro de Hacienda de Brasil, José Pedro Pérez Llorca, ex ministro de Relaciones Exteriores de España, Luis María Ramírez Boettner, ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Luis Alberto Lacalle Herrera, ex presidente del Uruguay.
Otros seminarios realizados en la misma época fueron: "Unión Europea-Mercosur: la dimensión institucional" el 29 de marzo de 1996 con la colaboración del Instituto de Relaciones Europeo-Latinoamericanas (IRELA) y "Mercosur: foro del futuro" organizado conjuntamente con el "Instituto de Pesquisa de Relações Internacionais" (IPRI), el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil y la Fundación Armando Alvares Penteado. Aquí participaron 18 ex ministros de relaciones exteriores y de economía de los países miembros del Mercosur.

La Argentina en el nuevo contexto internacional

La Argentina no fue ajena a los cambios que ocurrían en el mundo. Durante esa época profundizó las relaciones con los países vecinos; suscribió con Brasil acuerdos extremadamente importantes como lo son los de seguridad regional en el campo nuclear; finalizó las negociaciones sobre las últimas cuestiones limítrofes pendientes con Chile; normalizó sus relaciones con la Unión Europea al reestablecer las relaciones diplomáticas con el Reino Unido; firmó los tratados que dieron nacimiento al Mercosur y desempeñó un papel activo en los foros internacionales.
Una de las contribuciones hechas por el CARI en este período ha sido la Conferencia Argentino-Británica ABC, cuya primera sesión tuvo lugar en Streatley-on-Thames, Berkshire en 1990. La iniciativa nació en 1987 entre representantes del CARI, de la "City University", del "South Atlantic Council" y del "Anglo-Argentine Society" con la idea de mejorar la vinculación entre los dos países, pero el proyecto se demoró porque las relaciones diplomáticas con el Reino Unido estaban interrumpidas desde el conflicto por las Islas Malvinas.
La segunda reunión del ABC se realizó en Bariloche en 1991. Luego, en forma alternada las sedes fueron: St. Catharine's College, Cambridge (1992), Mendoza (1994), Kemble College, Oxford (1995), Salta (1996), Wilton Park, Sussex (2000). La VIII reunión tuvo lugar en Buenos Aires entre el 24 y 26 de octubre de 2003.
El formato de estas conferencias posibilita la participación de un gran número de personas que se van renovando constantemente y trata de cubrir todo el espectro de la sociedad incluyendo a políticos, empresarios, académicos, periodistas, personalidades de la cultura y del deporte con el apoyo financiero de numerosas organizaciones empresariales. De esta manera, se trata de fomentar un mayor acercamiento y lograr contactos más fluidos entre los dos países. Hasta el presente más de cien delegados de cada una de las partes participaron en estos encuentros. A partir de la Tercera Conferencia, representantes de los malvinenses fueron invitados a las reuniones como una manera de estimular el conocimiento mutuo y ayudar a superar la desconfianza.
Las reuniones del ABC, además de promover el diálogo para ayudar a mitigar recelos en el tratamiento de cuestiones sensibles, fructificaron en acciones concretas: movilizaron el apoyo necesario para que el gobierno del Reino Unido aceptara que Buenos Aires sea la sede de la Secretaría del Tratado Antártico, coordinaron la gira de dos isleños por distintas ciudades del país y también, colaboraron para establecer en el país la Fundación Impulsar que brinda a los jóvenes la posibilidad de acceder a créditos y asesoramiento adecuado para desarrollar emprendimientos propios.
Hacia fines de 1989 surgió la iniciativa de organizar en forma conjunta con el "Council on Foreign Relations" de Nueva York un debate para examinar la situación de la Argentina en el nuevo contexto internacional. Ésta sería la primera vez que el Consejo de Nueva York encararía un estudio sobre la Argentina y también sería la primera vez que lo haría con una institución académica de América Latina.
En el mes de octubre se realizó en la sede del Consejo de Nueva York un encuentro preparatorio del seminario "La Argentina hacia el año 2000" que se llevó a cabo en Buenos Aires los días 21 y 22 de junio de 1990.
La delegación que concurrió al CARI estuvo integrada por su presidente D. Peter Tarnoff e integrada además por el Dr. Elliot Abrams, ex Secretario para Asuntos Latinoamericanos, los profesores Robert Potash, Shafiqui Islam, David Rock y otras personalidades.
El análisis de las relaciones bilaterales con los Estados Unidos no se limitó al campo político y económico sino que se extendió al campo cultural, científico-tecnológico y humanístico.
En 1993 las dos instituciones organizaron otro seminario sobre la Argentina: "Las reformas económicas argentinas: futuro e implicancias" que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York.
Con la Fundación José Ortega y Gasset, el CARI organizó en abril de 1992 unas "Jornadas de reflexión sobre la Argentina: imagen, realidad y cambio". Contó con la participación de profesores de la Universidad de Oxford y de Stanford, una investigadora de la Fundación Konrad Adenauer y la asistencia de periodistas de Alemania (Frankfurter Algemeine), España (El País, La República, Tiempo, ABC y Cambio 16), Francia (L'Express y Le Monde) y Gran Bretaña (Financial Times).
El Mercosur ha sido una de las prioridades del CARI. Desde que se firmaron los acuerdos que le dieron nacimiento en 1991, el CARI impulsó cinco trabajos de investigación, organizó 45 seminarios, la mayoría de ellos con el generoso apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, más de 70 conferencias, efectuó 34 publicaciones y se presentaron más de 30 libros vinculados con el tema. A título meramente enunciativo se puede mencionar entre los temas tratados: migraciones regionales con la permanente colaboración de la Organización Internacional para las Migraciones, participación de la mujer, juventud, municipios, partidos políticos, las cuestiones jurídicos-institucionales, la integración de las empresas medianas y pequeñas, integración cultural, el rol de las Fuerzas Armadas, los problemas sociales y laborales, la vinculación con otros países y regiones, cooperación científica y técnica, etc.
Temas como democracia, derechos humanos, las consecuencias sociales como resultado de las reformas económicas aplicadas, las cuestiones vinculadas al medio ambiente, etc., continuaron desarrollándose en la agenda académica del CARI.
De esta época se pueden destacar los siguientes seminarios:
"Sistemas internacionales de protección jurídica de la persona humana", que se realizó en agosto de 1990. Contó con el auspicio del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, de la delegación regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y del Comité Internacional de la Cruz Roja.
"Sistema interamericano de protección de los derechos humanos" en agosto de 1997 con la participación de jueces y altos funcionarios de la Corte Interamericana de Justicia y especialistas argentinos.
"Interrelación entre la consolidación de la democracia y el ajuste de la economía" que se realizó en Bariloche del 29 de noviembre al 1° de diciembre de 1990, conjuntamente con el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo Latinoamericano (CIEDLA) de la Fundación Konrad Adenauer y la Fundación FIEL.
Los paneles estuvieron integrados por ex presidentes de países de la región: de Ecuador, Osvaldo Hurtado Larrea; de México, Miguel De La Madrid Hurtado; de Colombia, Misael Pastrana Borrero; de Venezuela, Rafael Caldera; de Uruguay, Julio María Sanguinetti y el Vicepresidente de Bolivia, Luis Ossio Sanjinés. También participaron personalidades de Costa Rica y El Salvador y el Presidente de la Central Latinoamericana de Trabajadores.
Otros oradores fueron el Presidente del BID, Enrique Iglesias, altas autoridades del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, del Banco Central Estadual de Baden-Wuerttemberg, del Banco de Inglaterra, del Banco del Estado de Chile, del Tesoro Público de Francia, del First Boston y otras instituciones financieras y académicas internacionales.

¿Hacia dónde vamos?

El vigésimo aniversario

El 15 de junio de 1998, el CARI cumplió veinte años de ininterrumpida labor académica. Hasta esa fecha habían hecho uso de la tribuna pública 76 Jefes de Estado y de Gobierno y más de 180 Ministros de Relaciones Exteriores, de Finanzas y de Economía. Asimismo, se habían realizado 128 publicaciones sobre la actualidad argentina e internacional en materia política, económica, jurídica, de seguridad, etc. como así también investigaciones referidas a la historia de la diplomacia argentina.
A la labor de los comités de estudio ya formados se agregaron dos institutos: el de Derecho Internacional y el de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos.
Con la finalidad de generar conciencia en la sociedad acerca de la importancia de conocer los temas que hacen al accionar externo del país, el CARI efectuó la primera encuesta de opinión sobre política internacional y de defensa en una consulta que se realizó a 233 líderes de opinión y a 2784 ciudadanos de las distintas regiones del país y que se tradujo en una publicación titulada "La opinión pública argentina sobre política exterior y defensa".
Entre los actos conmemorativos del aniversario se realizó un seminario de reflexión sobre la Argentina y la región: "América Latina en el nuevo milenio". El objetivo propuesto fue examinar el futuro de la política internacional y la vinculación entre la economía y la globalización. Estos temas fueron presentados por el Canciller de Argentina, Guido Di Tella, el Canciller de Brasil, Luiz Felipe Lampreia, el Ministro de Economía de la Argentina, Roque Fernández y el Ministro de Hacienda de Chile, Eduardo Anninat Urieta.
En el intercambio de ideas que se generó a partir de los comentarios de los ministros participaron los directores de los principales centros académicos vinculados al CARI: John E. Rielly, Presidente del "Chicago Council on Foreign Relations"; Everett Ellis Briggs, Presidente de "Americas Society", Nueva York; Martha Twitchell Muse, Presidenta de "The Tinker Foundation", Nueva York; Timoty Garden, Director del "Royal Institute of International Affairs (Chatham House)", Londres y Antonio Salazar P. Brandão, Director del "Instituto Brasilero de Economía de la Fundación Getulio Vargas", Brasil.
Una feliz coincidencia hizo que el Secretario General de las Naciones Unidas, Koffi Annan, en visita oficial a la Argentina, estuviera en el CARI exactamente un mes después de esta celebración. El Secretario General de manera muy oportuna planteó en una conferencia "La necesidad del multilateralismo".
La situación internacional era preocupante. La falta de voluntad política de las partes involucradas para llegar a un arreglo en Kosovo y la situación humanitaria de la población extremaba la tensión en los Balcanes. Por otra parte, la negativa del gobierno de Irak a permitir el regreso de los inspectores imposibilitaba el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Eran dos cuestiones claves en las que Estados Unidos y Europa no encontraban puntos de convergencia que facilitaran una solución en el marco de las Naciones Unidas.
El CARI recibió, también en 1998, la noticia de la creación en Brasil del Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) impulsado por destacadas personalidades de ese país. Esta nueva institución, al igual que otros centros académicos similares, se estableció bajo la inspiración, apoyo y consejo del CARI. Entre ellos, el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI) fundado en 1988 y el Centro Paraguayo de Estudios Internacionales (CEPEI) creado en 1997. El de más reciente formación es el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales (CURI) creado en el año 2003.
En esos veinte años, el CARI consolidó sus vínculos con las instituciones académicas extranjeras y abrió nuevos horizontes. En este sentido, firmó por ejemplo, un "Acuerdo de Cooperación con el "Istituto per gli Studi di Politica Internazionale (ISPI) de Milán" con el objeto de poner en funcionamiento el "Foro Permanente de Diálogo Argentino-Italiano".
Los Gobiernos de Argentina e Italia se habían comprometido, mediante una Declaración Conjunta suscripta en mayo de 1999, a establecer dicho foro como un ámbito de reflexión destinado a enriquecer la relación entre los dos países. El primer foro se llevó a cabo en Buenos Aires. Bajo el lema "Argentina e Italia: una relación fortalecida para enfrentar los desafíos del nuevo siglo", se analizó la situación de los dos países en la economía globalizada, en la política internacional, la información, la ciencia y la cultura. El segundo foro se realizó en Milán en el año 2000 y el tercero en Buenos Aires en 2003.
La experiencia y los resultados obtenidos alentaron al CARI a crear un foro similar con Alemania. Esta iniciativa, totalmente privada, fue recogida entusiastamente por la embajada alemana en Buenos Aires y contó con el apoyo y la colaboración de las fundaciones alemanas instaladas en la Argentina, los ministerios de Relaciones Exteriores y empresas de ambos países. De esta manera, el primer foro pudo realizarse en la ciudad de Buenos Aires en marzo de 2002. El segundo se llevó a cabo en Berlín en la sede del Instituto Alemán de Política y Seguridad Internacional, Stiftung Wissenschaft und Politik (SWP), en julio de 2003, con el apoyo de la Embajada de la República Argentina en Alemania, la Federación de Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DIHK), las respectivas cancillerías y otras instituciones alemanas.

Entre los dos siglos

Con la caída del muro de Berlín, algunos pensadores opinaron que este hecho adelantaba en una década el final del siglo XX. A medida que los acontecimientos mundiales iban transformando el escenario hasta entonces conocido, numerosas teorías se formularon para tratar de proponer la construcción de un nuevo sistema de seguridad internacional que reemplazara las estructuras creadas al final de la Segunda Guerra Mundial.
Desde la administración norteamericana, al desintegrarse la Unión Soviética, el Presidente George Bush habló del nacimiento de "un nuevo orden internacional" en el que claramente había una sola superpotencia vencedora. Desde una óptica diferente se habló de la "lucha entre civilizaciones". Otros interpretaron que era el "fin de la historia". En las postrimerías de los noventa, algunos vaticinaron que las fuerzas de la globalización, identificando éstas como la remoción de las barreras comerciales y la libre circulación de los flujos financieros, terminarían por reemplazar los conceptos tradicionales de Nación-Estado.
Es notable el número de actividades que el CARI organizó con renombrados especialistas de todas las regiones del mundo para intercambiar ideas y opiniones. A modo de ejemplo se puede citar la participación de las siguientes universidades e instituciones académicas: la Universidad de Londres; el "Korean Institute for International Economy Policy"; el "Carnegie Council on Ethics and International Affairs" de Nueva York; la "Fundación para los Estudios de Defensa" de Francia; la Universidad de Georgetown, el "American Enterprise" y la "Paul H. Nietze School of Advanced International Studies" de la Universidad de John Hopkins, de la ciudad de Washington, la Universidad de Kobe y de Tokio, el "Stockholm International Peace Reserch Institute"; el "Institute of International Affairs" de Australia; la Universidad de Cambridge; la Internacional Peace Academy y tantos otros.
Los efectos no queridos de la globalización agudizaron las tensiones al interior de los países y ampliaron la brecha con los países desarrollados además de cuestionar el rol de las instituciones internacionales. Ante este panorama, el Secretario General de las Naciones Unidas decidió comprometer a la comunidad internacional a erradicar la pobreza y la desigualdad, mejorar la educación y la seguridad, reducir el SIDA y proteger el medio ambiente a través de objetivos y programas específicos. Para ello, invitó para septiembre de 2000 a la Asamblea del Milenio que, de algún modo, cerraba el ciclo de las grandes cumbres sociales convocadas por las Naciones Unidas.
Para los países en desarrollo, en especial para América Latina, el desafío de esta Conferencia era enorme. Las crisis financieras ocurridas entre mediados de 1997 y comienzos de 1999; la falta de progreso en las negociaciones comerciales multilaterales que hacía previsible el fracaso, tal como ocurrió, de la conferencia de Seattle; el surgimiento de un fuerte movimiento antiglobalización, entre otros problemas, hacían necesario un diálogo al más alto nivel.
La mayoría de estos temas fueron estudiados por los distintos comités e institutos del CARI. Las cuestiones más relevantes para nuestro país, como por ejemplo, la evolución del comercio internacional, dieron lugar a importantes actividades. El seminario sobre comercio y desarrollo sostenible, de junio de 1999, puso el énfasis en los intereses argentinos en la agricultura. Otro tema que se discutió allí fueron las políticas frente a las cuestiones del medio ambiente.
Esta iniciativa tuvo el apoyo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y el Internacional Institute for Sustainable Development (IISD).
Junto con la Fundación Okita, en septiembre de 1999, el CARI organizó el seminario "La ronda del milenio". Contó con la participación de Brian Fisher, Director Ejecutivo del "Australian Bureau of Agricultural and Resource Economics" (ABARE) para analizar la liberalización agrícola. Asimismo, se formó un taller para analizar estrategias alternativas de negociación para la nueva ronda que la Organización Mundial de Comercio había convocado para el 2001 en Doha.
El futuro de América Latina en el comercio internacional se examinó en una jornada que se efectuó el 26 de noviembre de 2001. Fue organizada conjuntamente con el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo Latinoamericano (CIEDLA) de la Fundación Konrad Adenauer. Investigadores de la CEPAL y especialistas de Brasil, Uruguay, Costa Rica, México y Chile discutieron el nuevo escenario mundial y el comercio internacional, las negociaciones comerciales en la región, las estrategias nacionales, las perspectivas para la región en la economía global y las reformas de segunda generación.
Importantes personalidades se expresaron sobre la inserción de la región en el nuevo contexto internacional. Entre ellas, el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Hubert Vedrine quien disertó sobre: "Política exterior de Francia y particularmente sus relaciones con la Argentina y los demás países del Mercosur" en abril de 2000; Michel Camdesuss, ex Director General del Fondo Monetario Internacional, pronunció una conferencia sobre "Los desafíos de la globalización" en julio; Gabriel Valdés Subercaseaux, ex Ministro de Relaciones Exteriores y Senador de Chile, habló sobre "La globalización y sus efectos sobre América Latina" en agosto de ese año. Wolf Grabendorff, en una de sus tantas visitas al CARI, reflexionó sobre la asociación política y económica entre la Unión Europea y el Mercosur.
Altos funcionarios de la Unión Europea también se hicieron presentes: en el mes de septiembre de 2000, Pascal Lamy, Comisario Europeo de Comercio se refirió a "La política comercial de la Unión Europea y el multilateralismo" y Christopher Patten, Comisario Europeo de Relaciones Exteriores en una reunión organizada en noviembre de 2000 habló sobre la "Política exterior de la Unión Europea y sus implicancias para Latinoamérica".
La comunidad internacional sentía además, que ningún progreso podría lograrse si no se atendían suficientemente los conflictos pendientes y se buscaban mecanismos eficaces para hacer frente a las nuevas y viejas amenazas. El número de armas nucleares era preocupante como así también la creciente proliferación de armas pequeñas que agudizaban y prolongaban los conflictos causando catástrofes humanitarias.
Los conceptos de uso de fuerza y de soberanía fueron evolucionando en paralelo y entrecruzadamente hasta mostrarse dramáticamente en toda su dimensión con la invasión a Irak.
En 1994, por la Resolución 940, el Consejo de Seguridad aprobó, bajo Capítulo VII de la Carta, una operación multinacional para restaurar en el gobierno de Haití a un presidente que había sido elegido democráticamente invocando, entre otras causas, el deterioro de la situación humanitaria, la violación de los derechos civiles por parte del régimen de facto y la situación de los refugiados haitianos.
Hacia fines de 1998, la policía serbia y tropas paramilitares reiniciaron sus ataques contra la población kosovar. Esta vez, a diferencia de lo ocurrido en Bosnia y antes en Rwanda, las principales potencias europeas y los Estados Unidos parecían dispuestos a intervenir. Las negociaciones se desarrollaron fuera de las Naciones Unidas y la participación de las fuerzas de la OTAN fue convalidada a posteriori por el Consejo de Seguridad (Res. 1244 del 10 de junio de 1999).
El uso de fuerza aparece así justificado con una ampliación del concepto de seguridad para incluir el derecho a proteger la persona humana y para impedir que los gobernantes, amparados bajo el principio de no intervención, comentan actos aberrantes contra sus poblaciones.
También a fines de 1998, Estados Unidos y Gran Bretaña emprendieron una serie de ataques aéreos contra instalaciones militares iraquíes con la intención de que Saddam Hussein autorizara y facilitara el regreso de los inspectores de Naciones Unidas. Estas acciones se llevaron a cabo sobre la base de interpretaciones de resoluciones del Consejo.
Este nuevo desarrollo del derecho internacional fue examinado por el CARI en los seminarios "Reflexiones sobre la formación y aplicación del derecho internacional en un mundo en transformación" y "El Derecho Internacional frente a desafíos de la realidad actual" que se realizaron los días 3 y 4 de agosto y el 3 de noviembre de 2000 respectivamente. Se contó con la participación de destacados especialistas nacionales y del exterior. Entre los temas de la agenda figuraban: los actos jurídicos unilaterales, la aplicabilidad de las resoluciones de los organismos internacionales y la evolución de principios como el de soberanía, uso de fuerza, etc.
Con el auspicio del Comité Internacional de la Cruz Roja, el CARI organizó el seminario "El mantenimiento y el restablecimiento de la paz en el orden internacional actual" los días 27 y 28 de septiembre de 2001. La experiencia adquirida por las fuerzas armadas y de seguridad en las operaciones de mantenimiento de la paz fue muy ilustrativa para analizar algunos temas como los criterios delimitadores de las operaciones de paz, el consentimiento de las partes, el futuro de estas operaciones, etc. Hubo un interesante debate sobre las intervenciones humanitarias, su fundamento, necesidad y legalidad como así también sobre la posición de los diversos países. En cuanto al uso de fuerza, se examinó la Carta de las Naciones Unidas, el papel del Consejo de Seguridad y de los organismos regionales, el sistema de sanciones y los problemas planteados después de la Guerra del Golfo y la situación en Kosovo.
Asimismo, el CARI estudió la responsabilidad internacional de los individuos y la jurisdicción internacional en materia de crímenes internacionales en el seminario "El juzgamiento de los crímenes internacionales en un mundo globalizado" que se llevó a cabo los días 15 y 16 de noviembre de 1999 con la cooperación del Ministerio de Justicia de la Nación.
En este período fueron muy destacadas la presencia en el CARI de dos Primeros Ministros de Irlanda: John Bruton en 1999 y Bertie Ahern en 2001; la del Presidente de Colombia, Andrés Pastrana Arango y de Paraguay Luis A. González Macchi y Lucio Gutiérrez como presidente electo de Ecuador, la de los mandatarios de América Central y Caribe: Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, presidente de Costa Rica y Alfonso Antonio Portillo Cabrera, de Guatemala y los Primeros Ministros de Santa Lucía y Granada, señores Kenny David Anthony y Keith Claudius Mitchell respectivamente; la Gobernadora General de Canadá, Adrienne Clarkson; la Primera Ministro de Nueva Zelanda, Helen Clark; el Primer Ministro de Marruecos, Abderrahmane el Youssoufi, el presidente de Indonesia, Abdurrahman Wahid y los presidentes Robert Kocharian de Armenia y Rudolf Schuster de la República Eslovaca.

En los umbrales del siglo XXI

Los ataques terroristas en territorio norteamericano cometidos el 11 de septiembre de 2001 terminaron por cambiar la percepción sobre la seguridad internacional y, consecuentemente, profundizó el debate sobre la estrategia más adecuada para asegurar la paz y la estabilidad.
La comunidad internacional reaccionó unánimemente en favor de la intensificación de la lucha contra el terrorismo a través de la cooperación. Esta solidaridad se vio reflejada en la adopción de las Resoluciones del Consejo de Seguridad 1368 y 1373. Ambas bajo el Capítulo VII de la Carta. Estos dos documentos marcan una evolución importante en la labor del Consejo, especialmente el segundo, que estructura de una manera clara y flexible una manera colectiva de enfrentar el terrorismo internacional.
La Resolución 1368 calificó los hechos del 11 de septiembre como acto cometido por el terrorismo internacional, declaró la responsabilidad de quienes colaboraron, apoyaron y auspiciaron el acto terrorista y también se reservó el derecho de responder al ataque conforme a las responsabilidades de la Carta.
La Resolución 1373 "sobre las amenazas a la paz y a la seguridad internacional creadas por actos de terrorismo" se aprobó el 21 de septiembre de 2001. Ella establece las medidas que los estados deben incluir en el orden legislativo interno para hacer frente a esta lucha.
Luego de que Estados Unidos identificara al principal sospechoso de los atentados y que declarara su derecho a la legítima defensa, inició ataques contra objetivos talibanes, liderando una coalición internacional con autorización del Consejo.
La relación de los talibanes con el terrorismo internacional era, desde hacía mucho tiempo, motivo de preocupación y de amenaza a la estabilidad regional y a la paz y a la seguridad internacional. Desde 1999 el Consejo de Seguridad venía reclamando la entrega de Osama Bin Laden y la clausura de los campos de entrenamientos para terroristas en Afganistán.
En junio de 2002, el Presidente George W. Bush expuso en West Point los lineamientos generales de la que fue presentada, tres meses más tarde, como "La estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos". Esta nueva doctrina no sólo modificó de manera rotunda el modo en que se articulaban las relaciones entre los estados sino que además volvió a poner en el centro del debate la discusión libertad vs. seguridad.
Europa se movió en varias direcciones: también respondió con la elaboración de un documento sobre seguridad, aceleró el proceso de ampliación de la unión e invitó a sus miembros a elaborar una Constitución. Sin embargo, no encontró el consenso necesario para establecer una política común en la lucha contra el terrorismo ni en materia de política exterior y de defensa.
A escasas semanas del atentado, en octubre de 2001 y, no obstante las predicciones en contrario, se llevó a cabo en Doha, tal como estaba prevista la Reunión Ministerial de la OMC. Los resultados más relevantes fueron la incorporación de China como miembro de esa organización y el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones.
En este escenario, la Argentina vivía una profunda inestabilidad económica y financiera que desembocó en una crisis político-institucional con la renuncia del Presidente de la Nación el 20 de diciembre de 2001. Durante la muy breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saa, la Argentina se declaró en "default".
Pocos días más tarde, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde, quien inició un período de transición, se adoptaron nuevas medidas económicas como la devaluación del peso, el fin de la convertibilidad y otras. Con la asunción de las nuevas autoridades en mayo de 2003, la Argentina inició un nuevo enfoque en el manejo de la crisis y una reorientación en la política exterior.
Hubo en este período una intensa actividad en los comités y grupos de trabajo del CARI para analizar las consecuencias de la crisis y sus efectos en la política exterior del país. Asimismo, se estudió el impacto que las prioridades establecidas en la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno norteamericano tendrían en las relaciones con nuestro país, con la región, en las negociaciones del ALCA, en la agenda acordada en Doha y en la vinculación de los Estados Unidos con las Naciones Unidas.
Igual prioridad recibieron los temas relacionados con la ampliación de la Unión Europea y sus consecuencias para las exportaciones argentinas como así también la evolución de las negociaciones Mercosur-Unión Europea.
En 2002, con la periodicidad establecida en el programa inicial y en medio de un contexto interno y externo particularmente complejo y difícil, el CARI presentó los resultados de la segunda encuesta de opinión pública sobre política exterior y defensa entre 1998 y 2002. Resultó interesante la comparación de ambas encuestas para mostrar la evolución de la opinión pública en ese período.
Una muestra de la profundidad y de la gravitación de las vinculaciones académicas alcanzadas por el CARI a lo largo de casi tres décadas, se dio en marzo de 2003, cuando organizó conjuntamente con el "Council on Foreign Relations" de Nueva York el "Primer encuentro hemisférico de Consejos de Relaciones Internacionales". Participaron el "Centro Brasileiro de Relações Internacionais" (CEBRI), "The Canadian Institute of International Affairs" (CIIA), el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI) y el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Asistieron además, el presidente del Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales y el coordinador ejecutivo del Centro Paraguayo de Estudios Internacionales (CEPEI). Esta reunión fue un ejercicio novedoso e interesante que permitió, más allá de las naturales diferencias sobre determinadas cuestiones, elaborar una agenda de temas de relevancia para el hemisferio.
Entre las personalidades relevantes que visitaron el CARI en este período se registran la del Director General de la ONUDI, licenciado Carlos Alfredo Magariños quien en su disertación se refirió a "Las Naciones Unidas ante los desafíos del mundo actual". El Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, D. Igor Serguevich Ivanov el 17 de diciembre de 2003. El Presidente de Guatemala Alfonso Antonio Portillo Cabrera y de Pakistán Pervez Musharraf, los Ministros de Asuntos Exteriores de Colombia, Belarús, Serbia y Montenegro y de Bosnia y Herzegovina. Asimismo, el Secretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Eslovaca y el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Justicia de Nueva Zelanda.
Las Naciones Unidas cumplirán sesenta años en un clima alejado del cauteloso optimismo con que el que convocó a la Asamblea del Milenio. Se percibe una gran preocupación por el estado actual de las negociaciones sobre desarme, la violación de los compromisos sobre no proliferación y la amenaza del terrorismo.
Tampoco se vislumbran avances significativos en las negociaciones comerciales multilaterales. En África, no obstante los esfuerzos realizados, graves conflictos armados conmocionan algunas regiones. Por otra parte, el programa "Nueva Asociación para el Desarrollo de África" (NEPAD) muestra el renovado compromiso de esos países en favor del buen gobierno, el respeto a los derechos humanos y en la reducción de la pobreza. Cabe señalar que "NEPAD" fue presentado en el CARI en mayo de 2002 por los embajadores de los países africanos acreditados en Buenos Aires.
Para América latina en su conjunto será muy difícil alcanzar los objetivos del milenio. En algunos países, a las dificultades estructurales e institucionales hay que sumar la aparición de fuertes movimientos sociales de distinto origen que proponen nuevas formas de ejercicio de poder ciudadano, de representación política, de gobernabilidad, y de relación entre el estado, los partidos políticos y la sociedad. Paradójicamente esto se da en un entorno favorable a la expansión del comercio y las inversiones.
Europa enfrenta uno de los mayores desafíos desde que diera origen a la Unión: obtener la unidad dentro de la diversidad; seguridad y defensa; definición de sus fronteras; consolidación del proceso político a través de una constitución; modernización y competitividad de la economía y, fundamentalmente, la restauración de la confianza con los Estados Unidos.
La crisis en Irak era motivo de profundas divisiones dentro del Consejo de Seguridad. Recién en 2002, cuando el gobierno de Irak aceptó sin condicionamientos el retorno de los inspectores de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad pudo establecer una nueva Comisión de Verificación que fue presidida por el Embajador Hans Blix. Al poco tiempo de iniciados los trabajos, era ya visible el avance lento del proceso de inspecciones, los escasos resultados y el progresivo deterioro de la confianza entre los diversos actores involucrados.
La negativa del gobierno de Irak a cumplir efectivamente las resoluciones del Consejo de Seguridad y la falta de acuerdo entre los miembros permanentes del Consejo sobre cómo proceder y qué actitud adoptar sumada a la intensificación de la presión norteamericana para recurrir a todos los medios posibles, incluido el uso de fuerza, profundizó aún más la crisis que culminó con el retiro de todo el personal de las Naciones Unidas y el inicio unilateral de operaciones militares que se extendieron entre marzo y abril de 2003.
En mayo de ese año, el Consejo de Seguridad solicitó al Secretario General la designación de un representante para realizar tareas de coordinación con la Autoridad Provisional de la Coalición establecida en Irak. Estas tareas incluían, entre otras, actividades relacionadas con la reconstrucción del país y de carácter humanitario, el establecimiento de reformas legales, judiciales, administrativas, etc. En agosto, en lo que se consideró el mayor atentado contra el personal y las instalaciones de las Naciones Unidas perdieron la vida el Representante Especial, Sergio Vieira de Mello y un numeroso grupo de colaboradores.
A pesar de la violencia que en el período post bélico se desató en Irak, se dio inicio, con la participación de las Naciones Unidas, a un dificultoso proceso político que deberá concluir con la redacción de una constitución y la instalación de autoridades democráticamente elegidas.
La guerra en Irak puso a prueba el principio de seguridad colectiva. Agudizó las tensiones dentro de la alianza atlántica y, entre otras cosas, obligó a un intenso ejercicio de reflexión sobre la capacidad de los estados, especialmente la de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, para resolver problemas de paz y seguridad dentro del marco de la Carta de las Naciones Unidas.
Si los conflictos de fin de siglo habían dejado como enseñanza que Estados Unidos se había convertido en indispensable para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, la crisis de Irak nos demuestra que sólo en las Naciones Unidas reside la capacidad para regular el uso de la fuerza mediante normas aceptadas como legítimas por la comunidad internacional. Quizás en la aceptación de estas realidades se encuentren los fundamentos para iniciar un diálogo serio sobre la construcción de un nuevo orden internacional.
Al finalizar este breve repaso de los principales acontecimientos mundiales, el CARI reitera los compromisos y objetivos asumidos en el momento de su fundación, en especial, aquél que se refiere a "la búsqueda de la cooperación internacional para el logro de una paz basada en la justicia" y ratifica su firme decisión de que continuará trabajando para ello en los años por venir.
Buenos Aires, diciembre de 2004