24 de agosto de 2010

Sesión académica a cargo de Mario Sznajder, Director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén

Por María José Llos

Durante su visita a la argentina, Mario Sznajder, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, se interesó en analizar un tema universal pero que juega un papel central en Israel, que es la política interna y la relación con la política externa.

Su hipótesis de investigación surgió a raíz de la famosa frase que lanzó Henry Kissinger cuando negociaba con Israel y Siria la separación del ejército tras la guerra de Yom Kipur de 1973, que señala que "en Israel la política interna es exterior y la política externa es interior". Kissinger, un gran conocedor del sistema político israelí, advirtió esta cuestión cuando hablaba con el Primer Ministro en ese período, Isaac Rabin, sobre las negociaciones de Israel y Siria -que llegaron a un punto muy álgido en las relaciones con Estados Unidos-. El problema era qué sucedería con la coalición de gobierno de ese momento si Rabin aceptaba la posición norteamericana; es decir, de qué manera un problema de política internacional podría destruir la posición del gobierno israelí e invalidar el acuerdo conseguido. Por otro lado, Kissinger notó que Rabin exponía posiciones que poco tenían que ver con sus ideas personales, pero que se relacionaban con las presiones dentro de la coalición de gobierno.

Características del sistema político israelí

La problemática del sistema político israelí reside en que el mismo transforma la relación entre política interior y política exterior en una relación cercana y potencialmente negativa: "al no poder tomar decisiones de política exterior por problemas de política interna, tenemos un juego de entrampado en el cual a largo plazo se verán perjudicados las poblaciones de Israel y su entorno".

Esto surge, según Sznajder, dado el elevado nivel de representatividad del sistema político israelí, altamente democrático, ya que su valla de corte de ingreso al Parlamento es del 2%, y debido a la heterogeneidad de la sociedad israelí. Es la única forma que permite convivir a núcleos humanos tan diversos sin que se produzcan grandes niveles de violencia.

Este nivel tan bajo de ingreso al Parlamento favorece la existencia de muchos partidos políticos, obteniendo como resultado que sea casi imposible que un solo partido consiga una mayoría parlamentaria para gobernar a través de decisiones. En consecuencia, el corolario es el indecisionismo, "que genera un sistema incapaz de tomar decisiones debido a que cada medida tiene un costo político tan alto que termina desintegrando a la coalición e invalidando la decisión misma. Es por esto que, cuando se trata de tomar decisiones de paz, la solución es no decidir", afirma Sznajder.

Modelo Teórico

Como solución para destrabar este sistema se implementó en Israel una reforma en 1992 a favor de separar las elecciones del Primer Ministro y del Parlamento, y el resultado "fue peor que las causas" según Sznajder. El método intentó adaptar sistemas existentes en otros países y el modelo que mejor se adecuaba a la realidad israelí era el de Alemania occidental, con una valla de entrada al Parlamento del 5%, lo que reducía el número de partidos a la mitad.

El segundo paso para asegurar la estabilidad era un voto de desconfianza constructivo, que se podía derribar con una posición de coalición alternativa que reemplace al existente. Sin embargo, dado que la mentalidad popular asume que el voto fundamental es a la persona, y no al sistema, el resultado fue la exacerbación ideológica. Por temor al personalismo se realizó una contrarreforma y se volvió al modelo anterior.

Cómo Israel enfrenta casos empíricos

El profesor Sznajder plantea que Israel puede resolver las relaciones con los países con los que existen deterioros en las relaciones, y analiza los casos empíricos donde Israel puede verse beneficiado.

Para que Obama y el gobierno norteamericano consigan la victoria electoral, es esencial que las negociaciones entre Israel y Palestina no estallen, ya que ellos esperan que baje la presión de Al Qaeda sobre Palestina

El primer problema es la relación con Estados Unidos. Señala que el punto que motiva al gobierno de Obama a mejorar su relación con el gobierno de Benjamin Netanyahu son las elecciones de noviembre. "Para que Obama y el gobierno norteamericano consigan la victoria electoral, es esencial que las negociaciones entre Israel y Palestina no estallen, ya que ellos esperan que baje la presión de Al Qaeda sobre Palestina", dijo.

También señaló el serio problema que presenta Rusia, que sigue siendo una potencia nuclear y sigue ejerciendo presión en Medio Oriente mediante la venta de armas. Por ende, no se puede descartar como variable de intervención a Rusia en cualquier proceso de paz. Si bien desde el punto de vista israelí la actitud de Rusia es negativa, se puede tornar positiva si se tiene en cuenta que existe un punto de interés: el centro nuclear de Bushehr que la Federación Rusa intenta controlar.

Seguidamente, Sznajder indica que otros países a tener en cuenta son las potencias del futuro, India y China, con quienes Israel tiene una relación amistosa. Con China, Israel supo aprovechar el conflicto de los años 60 entre este país y la Unión Soviética– importante aliado del mundo árabe- estableciendo diversos niveles de cooperación con el país asiático.

Círculo Interno

Finalmente, Sznajder plantea que son tres escenarios con los que Israel puede llegar a tener serios problemas en el corto plazo. Uno de estos es la sucesión presidencial en Egipto, país muy cooperador con Israel, que le ha ahorrado grandes costos en las negociaciones con Hamas, lo cual favoreció la estabilidad del gobierno israelí. Sin embargo, resulta impredecible qué va a suceder en Egipto si se agravan los problemas de salud del presidente Hosni Mubarak.

El segundo problema podría ser con Siria, con quien contempla una relación de violencia. Si se agrava el conflicto y no reciben a cambio el precio necesario, podrían cambiar alianza por una nueva alianza occidental. Depende de la coalición gobernante en Israel y su manejo de la política interna en cuanto a la decisión de volver o no a la frontera anterior a 1967.

Por último, menciona que el problema con Líbano y Hezbolá (entidades inseparables, desde el punto de vista israelí) tiene que ver con Siria. Para justificar formalmente el enfrentamiento con Israel, Hezbolá utiliza el pretexto del reclamo  libanés sobre un pequeño territorio, que actualmente –desde el punto de vista jurídico- pertenece a Siria. Este tema de la entrega territorial podría resolverse si la misma no genera.

Mario SznajderNació en 1948. Es Profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde es Titular de la Cátedra Leon Blum. Preside el Comité de Investigación en Democratización de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas (IPSA). Investigador asociado del Instituto Harry S. Truman por el Avance de la Paz, este semestre se desempeñó como Profesor visitante en el Departamento de Política, Psicología, Sociología y Estudios Internacionales en la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido. Ha publicado numerosos libros y artículos científicos sobre fascismo, derechos humanos y política y democratización en América Latina, entre otros temas. El Profesor Sznajder es miembro de las juntas editoriales de varias publicaciones científicas en sus áreas de especialización. Su último libro se titula "Las políticas de exilio en América Latina", editado por Cambridge University Press en el año 2009