28 de mayo de 2013

Sesión académica a cargo de Aparajita Gangopadhyay, Directora del Centro para Estudios Internacionales y Latinoamericanos de la Universidad de Goa, India, organizada por el Comité de Asuntos Asiáticos

Por Mauricio Germán Muñoz

El martes 28 de mayo de 2013, el CARI ofreció una sesión académica sobre las relaciones entre India y América Latina. La exposición estuvo a cargo de Aparajita Gangopadhyay, profesora, investigadora y actual Directora del Centro para Estudios Internacionales y Latinoamericanos de la Universidad de Goa, India.

Su presentación se estructuró en cuatro puntos: la historia de las relaciones entre India y América Latina, sus vínculos comerciales, las relaciones entre India y Brasil y, por último, las promesas y obstáculos en el futuro de las relaciones entre ambas regiones.

En primer lugar se refirió a la historia de las relaciones entre India y América Latina, haciendo hincapié en los últimos 60 años. Según la investigadora, históricamente ambas regiones han compartido distintos rasgos como la presencia en sus territorios de las misiones jesuitas, de los portugueses (particularmente en el caso de Brasil) y, de forma más amplia, el colonialismo. Este último punto ha sido una causa común y los países latinoamericanos han sentido empatía por la independencia india. Sin embargo, este acontecimiento ha sido también un punto de inflexión debido a que después del mismo, ambas regiones han adoptado distintos modelos de inserción. No obstante, este distanciamiento no ha impedido que existieran entre ambas regiones relaciones "amistosas y cordiales".

Gangopadhyay destacó en particular los aportes de los primeros ministros Jawaharlal Nehru e Indira Gandhi. Nehru, considerado el "padre de la política exterior india", tuvo una actitud de cierta indiferencia hacia América Latina pero logró, tras su visita a distintos países de la región como Argentina, Brasil y Chile,  iniciar relaciones comerciales. En lo que respecta a la Primera Ministra Gandhi, es quien incluyó a América Latina en la agenda de la política exterior india. Creía que ambas regiones poseían ideales comunes y que por lo tanto el acercamiento era vital para el interés nacional indio. Como ejemplo de acciones concretas apoyó la causa argentina en el Atlántico Sur. Sin embargo, la investigadora manifestó que tras el mandato de Indira Gandhi persistió la falta de una estrategia de planeamiento para fortalecer las relaciones con América Latina. Los vínculos se intensificaron considerablemente recién terminada la Guerra Fría debido al mayor margen de maniobra que permitió el fin de la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

En segundo lugar, la investigadora analizó las relaciones comerciales entre India y América Latina. Observó que el volumen del intercambio ha aumentado considerablemente y destacó la firma de los tratados de preferencia económica entre la India y algunos países latinoamericanos (Brasil, Chile, Colombia y Venezuela). Sin embargo, señaló que aún existen problemas vinculados con el idioma, las distancias, la falta de información adecuada y la ausencia de nexos aéreos y marítimos apropiados. Asimismo, incluyó en su análisis la importancia del "factor chino". Según Gangopadhyay, China representa un desafío para la India en sus vínculos con la región por dos motivos. China ha realizado (o al menos prometido) numerosas inversiones en América Latina, lo cual la convierte en un país más atractivo, y es a la vez un competidor debido a que al igual que la India necesita los recursos energéticos de la región.

En tercer lugar, procedió a analizar las relaciones entre India y Brasil. Consideró que este estudio particularizado es de importancia debido a que ambos países poseen intensos vínculos producto de sus rasgos compartidos: son países en vías de desarrollo, buscan reformar las Naciones Unidas (principalmente el Consejo de Seguridad) y coinciden en un gran número de foros multilaterales como IBSA, BRICS, G-20, G-15, entre otros. La investigadora destacó no sólo las visitas oficiales como las de Cardoso y Lula, sino también otras no realizadas por jefes de estado pero que se ubican en el marco de la cooperación "sur-sur" y que han dado como resultado un gran número de acuerdos en infraestructura, comunicaciones y agricultura. Indicó el caso de la visita de EMBRAER a la India como una muestra de la intención de ambos países en posicionarse como proveedores de armas. Asimismo, subrayó el especial interés indio en el etanol brasileño no sólo para satisfacer sus necesidades energéticas sino por su sustentabilidad.

En cuarto lugar, identificó cuáles son las promesas y los obstáculos en el futuro de las relaciones entre India y América Latina. En lo que hace a los aspectos promisorios de la relación, consideró la coincidencia en las agendas de ambas regiones: biodiversidad, cooperación cultural y educativa e intensificación de las relaciones comerciales (cada vez más empresas indias están presentes en América Latina). En cuanto a los desafíos futuros, la investigadora destacó el persistente desconocimiento sobre algunos temas que impiden una mayor intensificación de las relaciones. Seleccionó como ejemplo el caso de la diáspora India. La inmigración india en la región está enfocada desde la perspectiva cultural y artística y no desde lo estratégico.

Por último, Gangopadhyay manifestó que afortunadamente India ya percibe la importancia de América Latina que aún debe entender las especificidades de cada país. Las relaciones con Brasil están muy desarrolladas pero no así con los otros países. Observa que los decisores políticos y los académicos siguen pensando en una "masa indiferenciada" llamada América Latina y considera que es necesaria la institucionalización de las visitas oficiales seguidas de empresarios para dar lugar a una agenda estable entre ambas regiones.