20 de abril de 2010

Sesión académica a cargo de Gareth Evans, ex Canciller de Australia y actual co-Presidente de la Comisión Internacional sobre No Proliferación y Desarme Nuclear

Por Lucía Fernández Núñez

"Eliminar las amenazas nucleares es una cuestión de necesidad, no de elección"

El martes 20 de abril de 2010 en el foro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, Gareth Evans, ex canciller de Australia, expuso el contenido y conclusiones del informe "Hacia la eliminación de las amenazas nucleares: una agenda práctica para los líderes mundiales" elaborado por la Comisión Internacional sobre No Proliferación y Desarme Nuclear presentado en diciembre de 2009. El Dr. Evans, junto a la ex canciller de Japón, Yoriko Kawaguchi, co-preside esta Comisión, una iniciativa conjunta de los Gobiernos de Australia y Japón destinada a revigorizar los esfuerzos internacionales para la no proliferación nuclear y el desarme en el contexto de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación que se llevará a cabo este año en Nueva York.

El informe presentado por el ex canciller es el trabajo de un grupo independiente de expertos globales auspiciado por estos dos países, que busca ofrecer una guía en materia de desarme nuclear a los decisores políticos. Esta comisión de expertos cuenta con una Junta de Asesores a los que puede recurrir por consultas en cualquier momento, dentro de la cual se encuentra el Embajador García Moritán, quien tuvo a cargo la presentación el Dr. Evans.

El expositor retomó las recomendaciones de la Comisión para una estrategia de desarme y propuso, para comenzar, tener en cuenta objetivos esperados en distintos plazos. El corto plazo estaría dado entre los próximos tres y veintidós años, y en este período se apuntaría a tres áreas distintas: en primer lugar, la construcción de cimientos firmes que permitan llegar al desarme nuclear y la no proliferación. "Aquí hay tres elementos: la seguridad nuclear (estar seguros de que guardamos bajo llave todos las armas nucleares existentes o cualquier otro material que pueda ser usado en forma incorrecta); que el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés) se ponga en vigencia" y remarcó también la necesidad de un tratado que "prohíba la futura producción de materiales que puedan utilizarse como armas, cuestión que hasta el momento no ha podido desarrollarse por falta de consenso". El segundo grupo de cuestiones está relacionado con el desarme. Evans reafirmó la urgencia de un acuerdo entre los Estados Unidos y Rusia para negociar una futura disminución de su stock y "destruirlo, no sólo guardarlo". Además, la necesidad de controlar los casos de Irán y Corea del Norte, quienes aparecen como nuevos actores en el mapa de estados portadores de armas nucleares, sin olvidarse de otros países con materiales nucleares.

Rusia y China se están impacientando frente a la postura de Irán

La última y tercera cuestión a considerar en el corto plazo son los objetivos de no proliferación. Una vez más, hizo referencia a los casos de Corea del Norte e Irán, sobre los que afirmó que "si bien es muy difícil solucionarlo, al menos debemos evitar que empeore". Por eso, es preciso hacer énfasis en la rigurosidad del Tratado de No Proliferación (TNP) y la necesidad de un sistema de monitoreo e investigación.

En el mediano plazo –los próximos quince a veinticinco años– la Comisión considera que se debería alcanzar una dramática minimización del uso de armas nucleares, por lo menos una reducción del diez por ciento. "Algunos piensan que es un target modesto y otros piensan que es muy ambicioso. Para la Comisión es realista pero significa mucho trabajo", explicó Evans y continuó: "La reducción del número será factible de la mano de un cambio en la doctrina nuclear. A su vez, cambios en la doctrina no tendrán valor si no se hace un cambio en el despliegue físico que le da credibilidad al proceso. Entonces, para esos años deberíamos estar alcanzando un número mínimo de armas". A esto agregó que sería conveniente que algunos países "tomaran las riendas para deslegitimar el uso de las armas nucleares, poniendo en claro cuál es el rol de éstas".

Por último, a largo plazo – más allá del año 2025 – se debería preveer la posibilidad de disminuir desde esa cantidad mínima a cero el número de armas nucleares. Comentó, además, la necesidad de modos de verificación seguros que den "la tranquilidad de que nadie hará trampa".

A modo de reflexión afirmó: "Creo que el año crítico es éste 2010. Será un año bisagra. Por eso es tan importante aquello que vaya a suceder con cuestiones como las que antes mencionamos: las negociaciones entre los Estados Unidos y Rusia; el CTBT; el Tratado para la Prohibición de Producción de Material Fisible (FMCT, por sus siglas en inglés); y la revisión de TNP".

En cuanto al escenario en Medio Oriente, más específicamente en Irán, comentó: "Me gustaría enfocar la atención en que Irán no cruce la línea. En primer lugar, considero que por una cuestión de costo-beneficio Irán desistirá de la "weaponización". También existe la presión de Rusia y China que ya se están poniendo impacientes ante la postura de Irán".

Debemos ser estrictos con el control y verificación del cumplimiento de tratados. Hasta ahora no fueron suficientes

Evans mencionó que en el documento se plantean cuatro amenazas y riesgos nucleares. En primer lugar, "los estados que actualmente cuentan con armamento nuclear". Entre estos enumera a los Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán e Israel que suman 23.000 ojivas "equivalente a 150.000 bombas de Hiroshima". En segundo lugar, nombró la amenaza de los nuevos estados con armamento nuclear. Siguiente en la lista, figura el riesgo del terrorismo nuclear. Por último, los riesgos asociados a usos pacíficos de la energía nuclear: "La probable rápida expansión de la energía nuclear civil en las próximas décadas, en especial en respuesta a la preocupación por el cambio climático, traerá aparejados riesgos adicionales de proliferación y a la seguridad", expresa el documento.

Gareth EvansNació en 1944, se graduó en Derecho en la Universidad de Melbourne, y en Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Oxford. Se desempeñó como Ministro de Recursos y Energía (1984-1987) y Ministro de Asuntos Exteriores de Australia (1988-1996). Inició la Comisión Canberra para la Eliminación de Armas Nucleares (1996) y fue miembro del Panel de Alto Nivel de Naciones Unidas (2004), la Comisión Blix (2006) y la Comisión Zedillo del Organismo Internacional de Energía Atómica (2008). Durante los años 2000 y 2009 se desempeñó como Presidente del International Crisis Group, del cual ahora es Presidente Emérito. Actualmente ocupa la co presidencia, junto a la ex Canciller de Japón Yoriko Kawaguchi, de la Comisión Internacional sobre No Proliferación y Desarme Nuclear, una iniciativa lanzada de manera conjunta por los gobiernos de Australia y Japón en julio de 2008