28 de junio de 2011

Seminario organizado por el Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos (ISIAE)

Por Daniel Bajarlía y Bárbara Catalano

Sudáfrica y el Atlántico Sur

Anthony LeonFue designado Embajador de Sudáfrica para Argentina, Uruguay y Paraguay en 2009 por el presidente Jacob Zuma. Se formó en Kearsney College, Kwazulu Natal, y en la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, donde obtuvo su título de pregrado (BA) y su licenciatura en Derecho (LLB). Se tituló y ejerció como abogado de la Corte Suprema (Alta) de Sudáfrica y dictó clases de Derecho Constitucional en la Universidad de Witwatersrand. Fue Miembro del Parlamento sudafricano durante casi veinte años y lideró el partido Democratic Alliance (DA) durante trece años. Ha sido el Líder de la Oposición Parlamentaria con más años en funciones desde el advenimiento de la democracia en abril de 1994. Abogado diplomado, participó activamente en las negociaciones constitucionales de CODESA (Convención para la Democratización de Sudáfrica) que condujeron al nacimiento de la democracia en Sudáfrica. Ha estado a la vanguardia de sucesos nacionales e internacionales, como parlamentario de primera línea y renombrado orador y escritor, y como vicepresidente de Liberal International. Ha sido disertante en numerosas conferencias internacionales, desde el Council on Foreign Relations (Washington DC y Nueva York) hasta el World Economic Forum en Sudáfrica. Recibió amplia cobertura en revistas académicas y en los medios, y es autor de artículos para varios medios de prensa internacionales. Ha publicado dos libros: Hope and Fear: Reflections of a Democrat (Jonathan Ball 1998) y el éxito de ventas en Sudáfrica On the Contrary: Leading the Opposition in a Democratic South África (Jonathan Ball 2008). Luego de retirarse de la dirigencia política en 2007, fue distinguido con una Beca de Investigación en el Instituto de Política de la Facultad de Gobierno John F Kennedy, Universidad de Harvard

Por Daniel Bajarlía

El Embajador comenzó su presentación recordando que, históricamente, se daba entre ambos continentes el tráfico de esclavos provenientes de la Costa Oeste de África  destinados al Este de Sudamérica y resaltó que esto generó en última instancia una cooperación cultural.

De todas maneras, según el Señor Embajador, ambas regiones han aprovechado los diferentes recursos que posee el Atlántico, el cual, además de ser un canal de comunicación y un punto de conexión, constituye una importante fuente de hidrocarburos, petróleo y gas natural.

De acuerdo con un estudio que citó en la conferencia, "se estima que en todo el Atlántico hay un tercio del total proyectado de reservas de petróleo y gas del mundo que puede ser extraído", concentrados principalmente en cuatro regiones en ambos lados del Atlántico Sur. Por tal motivo, manifestó que hay mucho interés en invertir en pos de su explotación. También destacó que el océano es rico en minerales, aunque su extracción es más dificultosa.

En cuanto a los recursos pesqueros, señaló que el Océano Atlántico concentra más de la mitad de éstos a nivel mundial –por lo que se lo considera el más productivo-; no obstante, Leon destacó que la pesca se realiza de forma controlada para que su aprovechamiento pueda mantenerse a largo plazo.

Para el Señor Embajador la actividad económica más sustentable que se desarrolla en ambas costas es el turismo marino, y destacó el que se lleva a cabo en Sudáfrica y en la Argentina, donde tuvo la oportunidad de visitar la Península Valdés.

Si hay algo que los Estados sudamericanos y africanos comparten es el Sur, es algo que ambos somos. No es solo una cuestión física, sino ideológica

Desde el punto de vista geopolítico, se refirió a las similitudes que comparten las dos regiones. En palabras del Embajador: "Si hay algo que los Estados sudamericanos y africanos comparten es el Sur; es algo que ambos somos. No es sólo una cuestión física, sino ideológica", especialmente durante la Guerra Fría, donde "la concentración del interés y del terror estaban en el Norte y no en el Sur del Atlántico", explicó.

Además, destacó que si bien desde el punto de vista de la descolonización la experiencia de África y Sudamérica son muy diferentes, los pueblos que habitan ambas costas han sufrido procesos parecidos respecto del advenimiento tardío de la democracia. Aunque la incidencia de este sistema es mayor en el continente americano, sufrió muchas interrupciones. De acuerdo con Leon, actualmente "la democracia es la forma común de organizarse en Sudamérica, pero no lo es en África, donde algunos países son gobernados por regímenes no democráticos".  En este sentido, resaltó que tanto en África como en Sudamérica, "es ampliamente reconocido y valorado el concepto de democracia y de transformación democrática, a pesar de que no todos la estén ejerciendo".

En materia de seguridad, el Embajador hizo referencia a ciertos puntos en común. Particularmente se centró en la reciente firma por parte de Sudáfrica de acuerdos de cooperación defensiva con la Argentina y el Brasil; además de destacar la realización de ejercicios y operaciones conjuntas con las marinas de esos países y del Uruguay.

Seguidamente, explicó que el África Subsahariana presenta una mayor complejidad que Sudamérica debido a que la cantidad de países independientes que hay en el continente es mayor. Según el disertante, esto ha generado una multiplicidad de vinculaciones entre los diferentes Estados del Atlántico Sur. De esta manera, mientras que en el continente africano se han formado la Unión Áfricana, la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), la Comunidad de África del Este (CAE) y el Mercado Común de África Oriental y Austral  (COMESA), en América del Sur se han constituido la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).

A continuación se refirió a los diversos instrumentos internacionales que unen a ambas regiones. Entre ellas, destacó los acrónimos BRICS e IBSA, que involucran al Brasil y Sudáfrica. El primero es un bloque que integran los países en desarrollo más pujantes de la actualidad, China, India y Rusia; mientras que el segundo sólo está integrado por Brasil, Sudáfrica y la India. Anthony Leon aclaró que la inclusión de su país en el BRICS ha generado mucha controversia debido a que su economía no es tan fuerte como la del resto de los miembros. Sin embargo, remarcó que "había una sensación de que África tenía que estar representado en el top de los países en vías de desarrollo". Por eso, su inclusión "implica la presencia de un miembro africano en un club compuesto por Estados de Asia, Eurasia y Sudamérica".

Respecto de las relaciones entre Sudáfrica y la Argentina, remarcó que el hecho de que ambos formen parte del Tratado Antártico –cuya firma acaba de celebrar su 50º aniversario-, como una demostración de "la cooperación pacífica que ha existido entre ambos países", quienes en 2008 configuraron una alianza que tiene entre sus puntos más relevantes el establecimiento de vuelos directos, que se incrementaron con el Mundial de Fútbol de 2010.

Al final de su desarrollo, Leon se preguntó: "¿a dónde vamos desde aquí?", y concluyó que África tiene "mucho que aprender de Latinoamérica sobre la reducción de pobreza y el avance de la educación". Sudáfrica, por su parte, tiene para ofrecer una amplia experiencia en desarrollo tecnológico e inversión y, a modo de ejemplo, destacó los emprendimientos de esa nacionalidad que están operando en la Argentina y generando importantes ganancias.

Las diversas visiones que tienen los países africanos sobre el Atlántico Sur y la Zona de Paz y Cooperación

Gladys LechiniEs Doctora en Ciencias. Estudió Sociología en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de San Pablo, Brasil. Actualmente se desempeña como investigadora independiente del CONICET. Es Profesora Titular de Relaciones Internacionales y Directora del Doctorado en Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Asimismo, es Directora del Programa de Relaciones y Cooperación Sur-Sur de Rosario (PRECSUR), que incluye los Programas de Estudios América Latina-África, Argentina-Brasil y el Grupo de estudios sobre la India. También dirige el Instituto Rosario de Estudios sobre el Mundo Árabe e Islámico, UNR. Además, es Directora de Proyectos del Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario CERIR, y es Coordinadora del Departamento África del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata. Sumado a esto, es autora de los libros ASI ES AFRICA. Su inserción en el mundo. Sus relaciones con Argentina, Editorial Fraterna, Buenos Aires, 1986; Las relaciones Argentina-Sudáfrica desde el Proceso hasta Menem, Ediciones CERIR, Rosario, 1995; Argentina y África en el espejo de Brasil. ¿Políticas por impulsos o construcción de una política exterior?, Ediciones CLACSO, Buenos Aires, 2006. Ha publicado infinidad de artículos en prestigiosas revistas y journals nacionales e internacionales

Por Bárbara Catalano

La doctora Gladys Lechini comenzó la presentación anunciando la importancia de contextualizar a África en el escenario global. Sostuvo que en este mundo conviven reconfiguraciones de fuerzas y de roles, lo que puede ser caracterizado como "interpolarismo bifronte".

Explicó que, por un lado, el término "interpolarismo" se refiere a que estamos en un mundo cada vez más interdependiente y, a su vez, cada vez más multipolar. En este sentido, el unipolarismo, que se suponía después de la caída del muro, da lugar a éste nuevo concepto que implica la emergencia de varios países y de actores no estatales, que otorgan características diferentes al contexto internacional.

Por otro lado, señaló que la "bifrontalidad" se refiere a que, en realidad, los Estados Unidos mantienen su hegemonía, mientras que China sigue creciendo como poder emergente. Para Lechini, está latente la posibilidad de que en los próximos veinte años se logre una alianza entre China y los Estados Unidos con el objetivo de dar forma a nuevas reglas de juego en el escenario global.

Según la doctora Lechini, este es un posible escenario donde existen los países emergentes que responden al acrónimo BRIC o BRICSA.  Desde su perspectiva, ello no es más que un acrónimo que intenta reflejar una nueva geografía internacional en función de los países que están surgiendo como nuevos protagonistas. Y destacó que, a pesar de que este acrónimo fue creado en 2003, la primera reunión oficial se produjo recién en 2010.

Seguidamente, la doctora remarcó una imagen que anunció el ex ministro de industria y comercio sudafricano, Alex Erwin, cuando se refirió al mundo como una "mariposa". El ministro Erwin dijo que África está mirando al norte; es decir, la cabeza de la mariposa es el norte (los países centrales); luego, el cuerpo de la mariposa es África; y pensaba las alas, unas hacia América Latina y otras hacia Asia. Lechini concluyó que esta imagen de la mariposa puede extenderse a la visión de África al mirar el mundo; e, inicialmente, África estaba insertada en el mundo  mirando a Europa.

Analizando la situación actual, la expositora advirtió que la idea de la mariposa, es bastante idílica y que se podría pensar en un sistema de norias, donde África forma el eje, con una conexión tradicional e histórica con Europa, a la vez que mantiene conexiones con los Estados Unidos y con Rusia; y paralelamente desarrolla nuevas conexiones en sus relaciones con China, India y América Latina.

Las relaciones asimétricas y las relaciones de dependencia han conducido a que, a pesar de los esfuerzos de algunos países, todavía África en su totalidad presente dificultades para la autogestión y su inserción internacional en función de sus propios destinos

Asimismo, en este sistema de engranajes o norias, cree que Sudáfrica y África están insertas en una realidad mucho más compleja que comprende una combinación de actores gubernamentales y no gubernamentales que van a incidir en su inserción futura. Considera que, en este contexto, África tendría que defender su posición y su inserción en el mundo, porque hasta el presente África ha sido casi siempre objeto (más que sujeto) de las relaciones internacionales. En palabras de la oradora: "las relaciones asimétricas y las relaciones de dependencia han conducido a que, a pesar de los esfuerzos de algunos países, todavía África en su totalidad presente dificultades para la autogestión y su inserción internacional en función de sus propios destinos".

Seguidamente, la disertante profundizó en algunas cuestiones importantes para África -específicamente en la costa occidental; aquellos países que pertenecen a la cooperación del Atlántico Sur-. Lechini considera que también habría que percibir a estos países desde una mirada argentina o latinoamericana. En ese sentido, expresó que hay una cierta "inestabilidad estable" en el orden político. Explicó que existen transiciones más o menos democráticas y que funcionan ciertos mecanismos de resolución de conflictos, a pesar de que permanecen conflictos latentes en torno a una serie de cuestiones domésticas. En opinión de la expositora, en general hay estados débiles, y aclaró que no son débiles debido a su historia de conformación (porque son independencia-recientes), sino que son débiles porque -a comienzos de la década del 80- cuando no habían terminado aún de conformarse plenamente como estados, los planes de ajuste estructural del FMI plantearon (entre otras cosas) una reducción del Estado. Entonces, los Estados sin conformarse terminaron transformándose en Estados débiles.

Lechini manifestó que, luego del fin de la Guerra Fría, aparecieron las siguientes formas de política de gobierno: "democraturas", "monarquías presidenciales" y "democracias – FMI". A continuación, aclaró estos tres conceptos. Las llamadas "democraturas" se refieren los casos de democracias formales que, en realidad, no hacen más que respetar determinadas tradiciones históricas en las que el mismo jefe de gobierno es reelegido interminablemente. Para la oradora, las "monarquías presidenciales" son, en realidad, sistemas presidenciales que conviven con una sucesión ya marcada y hereditaria. Un ejemplo de ello sería en Egipto la sucesión de Mubarak, que representaba una mezcla de monarquía vinculada a algunos antecedentes faraónicos. A su vez, remarcó que este tipo de gobierno y sucesiones siguen existiendo en gran parte de los países africanos. Posteriormente explicó el término "democracia FMI". Según su apreciación, gran parte de estos países tuvieron elecciones multipartidarias donde los candidatos privilegiados habían sido afectados por los planes de ajuste estructural del FMI.

Lechini concluyó que estamos frente a una realidad de estabilidad e inestabilidad que tiene algunas honrosas excepciones. Y, a partir de esto, planteó un nuevo interrogante: si los sucesos de la primavera árabe –es decir, los acontecimientos que se dieron en el norte de África– se sucederán o no en los demás países de esta región. Se preguntó si la ola de revueltas llegará a la costa occidental de África y a los países del África subsahariana, que tienen algunas condiciones similares. Lechini destacó que estas cuestiones son importantes porque han surgido nuevos movimientos sociales y redes que, de alguna manera, han tendido a reemplazar el rol del estado.

Con respecto a la variable económica, sostuvo que África ha sido una caja inmensa de recursos naturales, no solamente por el petróleo, sino también por los minerales preciosos, el agua dulce y la pesca, además de la ampliación de la frontera agrícola. En consecuencia, advirtió que puede cambiar la relación que estamos pensando con África y cómo África podría convertirse en un reservorio alimenticio.

Lechini acentuó que en materia de recursos hay ciertos aspectos que están cambiando fuertemente. Por ejemplo, Angola, luego de 30 años de guerra civil, y a partir del aumento del precio del petróleo, empezó a crecer y ahora los angoleños están invirtiendo en su ex metrópolis, Portugal. Están comprando acciones en la empresa petrolera y en bancos portugueses y están lentamente revirtiendo una relación que puede, eventualmente, cambiar algunas reglas del juego.

Sin embargo, Lechini indicó que cuando se habla de inversiones es necesario remarcar que el proceso de internacionalización e interdependencia es muy profundo; tanto que muchas veces los gobiernos están incapacitados para determinar o incidir en el accionar de las propias empresas multinacionales radicadas en su territorio. Por consiguiente, alertó que se genera una contraposición de intereses, donde el interés estatal no siempre coincide con el interés de la empresa. Y a menudo se encuentran, por un lado, la empresa nacional; y por otro, la empresa transnacional.

A modo de conclusión, la doctora Lechini resaltó la importancia de los espacios de cooperación SUR-SUR que, a su juicio, son una instancia interesante para países como la Argentina que se plantean reafirmar su reinserción en el sistema internacional. Asimismo, destacó en esta cooperación los espacios científicos tecnológicos, y también la perspectiva de la coalition building; es decir, el armado de alianzas para mejorar el poder de negociación en los foros internacionales. En su opinión, al analizar el triangulo Argentina, Brasil y Sudáfrica, es evidente que Sudáfrica y Brasil en su política exterior incluyen en mayor medida esta idea de coalition building, mientras que la Argentina sólo acentúa la cooperación científica y tecnológica.

Finalmente, aclaró que en el orden de la cooperación SUR-SUR existe no solamente la zona de paz del atlántico sur, sino también en el orden económico, los convenios Mercosur-SACU (Unión aduanera de África Austral). Igualmente, lo mencionado anteriormente presenta rasgos de debilidad y se encuentra aun en gestación. La doctora concluyó en que todavía hay mucho por hacer, pero es interesante que exista una solución cooperativa entre actores privados y actores públicos para avanzar y que el espacio del Atlántico Sur se convierta en lo que en lo discursivo se habla de un mar común pero que en la práctica todavía estamos a mucha distancia.

Los intereses del África en el Atlántico Sur y la Zona de Paz y Cooperación

Virginia GambaEs magíster en estudios estratégicos de la universidad de Gales. Su carrera como experta en estrategia, defensa y seguridad comenzó en 1981. Se desempeñó como profesora en el departamento de estudios de la guerra de la Universidad de Londres; fue directora del programa de desarme y operaciones de paz del Instituto de Naciones Unidas para el Desarme en Ginebra,  y Asesora Técnica de la Unión Europea y la Unión Áfricana en la evolución de los conceptos de seguridad humana, prevención de conflictos y políticas para el desarrollo y la reconstrucción post conflicto.  Virginia Gamba ha escrito muchos libros en varios idiomas, como ser "Señales de Guerra" en co-autoría con Sir Lawrence Freedman.  En Argentina, Virginia Gamba es columnista de la Revista DEF (editorial TAEDA), coordinadora en la formación y especialización en Seguridad Humana  del Instituto Superior de Seguridad Publica de la CABA y asesora internacional para ODEMA. Su ultimo libro es autobiográfico y se titula Chocolate Chino en Budapest (Sudamericana Random House 2011)

Por Bárbara Catalano

Virginia Gamba comenzó su disertación anunciando la importancia de la política africana para el mar desde hace cinco años. El interés de la Unión Áfricana en las cuestiones marítimas plantea un resurgimiento y se analiza en el marco de referencia en distintos ámbitos.

En el formato de la Comisión de la Unión Áfricana se manejan con "common aproaches" (abordajes comunes) o con "Policies" (políticas) como documentos de trabajo. En este sentido, ya existe una "posición común" africana en defensa y seguridad y, asimismo, se abre la posibilidad hacia una ampliación de estas cuestiones.

En primer lugar, destacó que la importancia estratégica del mar para África debe ser vista desde la óptica de la seguridad humana, tanto en intereses, en seguridad, como en recursos. "África tiene la bendición de haber podido definir, hace nueve años, la seguridad humana", sostuvo.  De hecho, resaltó que todos los documentos africanos que hacen referencia a cualquier componente de la seguridad o de la defensa ya tienen incorporada esta definición.

Gamba indicó, por ejemplo, que la definición de seguridad humana se encuentra en dos documentos críticos africanos, que son: "Common África Defense and Security Policy" y la "Conferencia de seguridad, estabilidad y cooperación".

De este modo, en esos documentos africanos se define la Seguridad Humana como: "una visión multidimensional que va más allá de la seguridad del estado. La seguridad humana es amplia e incluye el derecho de:

  • participar plenamente en el proceso de gobernabilidad,
  • obtener igualdad en el desarrollo,
  • tener igualdad en accesibilidad a los recursos y necesidades básicas de la vida,
  • protegerse contra la pobreza,
  • acceder a servicios sociales básicos como ser salud y educación,
  • protegerse contra la marginalización y discriminación basada en género,
  • contar con protección contra desastres naturales y contra la degradación ambiental y ecológica.

El marco de referencia de la seguridad humana es proteger la seguridad de los individuos, familias, comunidades y del Estado en todas sus dimensiones políticas, económicas y sociales".

En su exposición, Gamba profundizó principalmente en las cuestiones referidas al mar atlántico. En relación al espacio marítimo africano correspondiente a la costa atlántica, la licenciada desarrolló especialmente todo aquello vinculado a los recursos que impactan en el concepto de seguridad humana.

África tiene la bendición de haber podido definir, hace nueve años, la seguridad humana

En primer lugar, mencionó los recursos no renovables, como los de Petróleo y Gas. África tiene el diez por ciento de la reserva global, y casi toda la reserva continental de petróleo offshore se encuentra en el Golfo de Guinea, por lo que resalta como imperativo asegurar la provisión y la demanda.

En cuanto a los recursos mineros, principalmente de diamantes, solamente Sudáfrica y Namibia tienen minería de diamantes en el mar. Asimismo, advirtió que existen grandes implicancias en cuanto a la seguridad, especialmente en todo lo referente a la piratería y al control del espacio marítimo.

En cuanto a los recursos renovables, específicamente el de la pesca, éste juega un rol importante en las economías de los estados africanos y en la seguridad alimenticia de sus pueblos, dado que África es un gran consumidor de pescado. La disertante señaló que la pesca contribuye de manera significativa a la economía, ya sea en posiciones de trabajo como en PBI, específicamente en países como Angola, Namibia, Sudáfrica y en la eco-región marítima africana.

Siguiendo la línea de análisis de los recursos, menciona las algas y el plancton, cuya actividad se desarrolla en su gran mayoría en la costa Este de África. Gamba explicó que estos recursos son utilizados en productos cosméticos, quesos, fertilizantes, shampoo y también como ingrediente medicinal. El plancton, desarrollado principalmente en el Norte de África, es utilizado como componentes de otras actividades como por ejemplo comida para langostinos y langostas.

A continuación, la oradora se refirió a la tercera dimensión del valor estratégico del atlántico sur africano, que corresponde al tema del transporte. El comercio marítimo se ha convertido en un elemento vital del desarrollo económico africano. Tal es así que el noventa y cinco por ciento del comercio externo sudafricano se realiza por vía marítima. Esto produce gran cantidad de ingresos por impuestos de aduana en Sudáfrica, por ejemplo.

Otro aspecto analizado es el del ECOTURISMO. A juicio de Virginia Gamba, es una de las actividades más importantes que le dan valor al mar. En este sentido, la contribución del turismo al PBI interno de países con costas es muy grande y en África del Este el turismo marítimo proporciona el catorce por ciento del PBI regional, así como el quince por ciento del empleo. A su vez, en la costa atlántica de Namibia, por ejemplo, se generan unos mil millones de dólares con actividades turísticas. Esta cifra es aun mayor en Sudáfrica, donde el  turismo conforma casi un cuarto del ingreso del PBI y da empleo a una gran cantidad de personas.

La cuarta dimensión del valor estratégico del mar se encuentra en la seguridad y en la seguridad pública. A través del mar africano se producen muchas actividades criminales, como la piratería, el robo a mano armada contra buques, el terrorismo, o el tráfico ilícito de personas, drogas y armas. En este contexto, Gamba destacó que las costas atlánticas africanas padecen el dumping ilegal; es decir, la descarga ilegal de ítems polucionantes y de pesca ilegal. La oradora considera importante, como lo considera África, el resaltar la implicancia geoestratégica del espacio marítimo  en la lucha contra el terrorismo; por ello ya existe en la Unión Áfricana una unidad contra terrorismo basada en la capital de Argelia y sostenida por los países de la Comisión de la Unión Áfricana.

Seguidamente, hizo referencia a la quinta dimensión del valor del atlántico sur africano: los temas de defensa. Gamba indicó que los problemas principales se dan en la limitación en el acceso al espacio marítimo y a sus recursos. Como ejemplo de ello, mencionó la crisis Bakassi entre Camerún y Nigeria, y el conflicto entre Gabón y Guinea Ecuatorial por Mbaine.

En relación al tema de defensa, la licenciada señaló dos problemas controversiales. Uno es la dificultad de los estados africanos para reconciliar la inviolabilidad de fronteras heredadas en su independencia, en relación con la Conferencia sobre la ley del mar y sus proyecciones. El segundo asunto se refiere al problema de la poca capacidad naval africana y la manera de ejercer y mantener la propiedad solamente con la posesión.

A continuación, Virginia Gamba mencionó las convenciones africanas y cómo se encuentra reflejado el espacio marítimo en esas convenciones. Explicó que África está sujeta a la ley del mar, de modo que todo lo que aplica a la ley de mar aplica a la costa de África Austral, pero también a otras convenciones. Señaló la convención de África Occidental (ECOWAS), la cual no tiene una política marítima integral; sin embargo, en su arquitectura y marco jurídico hace alusión a temas de seguridad marítima, y a juicio de la disertante, es indiscutible que en la construcción de una política marítima para África se van a  tener en cuenta todas las convenciones regionales y subregionales existentes. En líneas generales, expuso las características más relevantes del ECOWAS, como la promoción a la cooperación y a la integración, la armonización de políticas públicas nacionales, el mantenimiento de la paz regional a través de políticas de "buena vecindad" y los mecanismos de resolución de conflictos, entre otras.

Luego, la licenciada Gamba destacó el artículo segundo, según el cual: "los recursos naturales compartidos con los estados vecinos son causa frecuente de conflicto interestatal". En este marco, y a modo de ejemplo, mencionó el tratado de 2001 entre Nigeria y Santo Tomé y Príncipe, dado que ellos ya tienen regulado el accionar de los dos estados en los espacios confrontados de la proyección de las doscientas millas de la zona económica en discusión.

En el caso de África Austral, indicó que no existe una política integral marítima, pero hay un protocolo sobre la pesca que es jurídicamente vinculante; allí se menciona claramente la dimensión de la pesquería en cuanto a la seguridad humana. Estos protocolos están enmarcados dentro de la Convención de Desarrollo de África Austral (SADC). Además, el protocolo sobre pesca de la SADC aborda la conservación, consulta y cooperación como los principios básicos para regular la industria y la cooperación, además de la armonización de la legislación. A su vez, destacó un protocolo de SADC sobre energía y un plan estratégico indicativo para el órgano político de defensa y seguridad que se refiere a la coordinación y cooperación en asuntos de seguridad y defensa.

Luego, la licenciada afirmó que el área más crítica es el Golfo de Guinea y marcó los documentos que tienen que estar presentes de ahora en más para llevar adelante las acciones. Argumentó que existe un régimen regulatorio en África Central y en África Occidental donde se plasman ideas, por ejemplo, para lidiar con emergencias de polución y solicitar cooperación científica y técnica. Estos regímenes aplican a la Convención de África Central (ECCAS).

Seguidamente, hizo referencia a otras convenciones regionales existentes que son importantes, como la del Golfo de Aden, la del Mediterráneo y la del Océano Índico. En su opinión, las más interesantes son las políticas y posiciones comunes de la Unión Áfricana.

La licenciada Gamba manifestó que el acto constitutivo de la Unión Áfricana avala la defensa de la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los países miembros. Consideró que el Pacto de la Unión Áfricana de No Agresión y de Defensa Común es también sumamente interesante ya que declara "el no reconocimiento del territorio adquirido por la fuerza". Luego, en la sección "C" del artículo primero se define el concepto de agresión, y en la sección "K" del mismo artículo se hace referencia a la seguridad del individuo en términos de satisfacción de sus necesidades.

Además, a lo dicho anteriormente se suma la mención del Protocolo (constitutivo) de la Unión Áfricana, el cual establece el Consejo de Paz y Seguridad Áfricano y la Declaración Solemne de la Unión Áfricana acerca de una Política común en materia de defensa y seguridad. La disertante destacó particularmente el octavo párrafo, en el que se habla sobre las amenazas a la seguridad común.

Luego, hizo mención, primero, al tratado de la zona libre de armas nucleares en África (Pelindaba), el cual tiene un gran efecto sobre la ley de los mares; y en segundo lugar se refirió a la Convención africana para la conservación de la Naturaleza y los recursos naturales, la cual es extendible al agua. En ésta última, resaltó un artículo según el cual: "cuando el agua de la superficie bajo la tierra es compartida por dos o más de los estados parte, estos actuarán en consulta para resolver sus problemas".

A continuación habló sobre a la Carta Áfricana para el transporte marítimo de Tunis y a otros acuerdos aplicables.

Finalizada la disertación, se abrió el piso a una ronda de preguntas. Ante una pregunta sobre la capacidad de enforcement y las condiciones de ejercerlo de todas las naciones costeras de África, Virginia Gamba afirmó que "Sudáfrica tiene una importante capacidad de control, pero solo hasta las doscientas millas, señaló que no hay una fuerza importante en cuanto a una proyección naval". Por otra parte, explicó que Sudáfrica tiene una isla en la mitad del Atlántico Sur, por lo que se deduce que ese país tiene una pequeña fuerza antártica lo que es lógico ya que Sudáfrica es miembro fundador del Tratado Antártico. Luego, sostuvo que Nigeria es el país que tiene la mayor capacidad naval de gran despliegue y, por el contrario, los países del noroeste de África no manifiestan tener capacidad relevante.  Además, advierte que Tanzania está construyendo un plan nacional desde hace siete años para desarrollar una fuerza naval importante. En su opinión, y a modo de conclusión,  la expositora destacó que "van a haber seeding countries, esto es países a modo de semillas que van a estar -en forma compartida, a través de un acuerdo de cooperación colectivo- proveyendo diferentes elementos para conformar una especie de fuerza de monitoreo y control de cuestiones ilícitas"  Este modelo ya es utilizado en la organización de las fuerzas de paz de la Unión Áfricana que tiene una fuerza constante de paz (Áfrican Standby Force) generado por la suma de brigadas regionales como, por ejemplo, el SADC Brigade o la Brigada de África Austral. La suma de las cinco brigadas de África conforma la Fuerza de Paz de la Unión Áfricana. Esto tiene efecto en los territorios africanos pero es dable pensar que si existiera una Política Común marítima de la Unión Áfricana dentro de poco, se generaría una fórmula parecida para compartir tareas de monitoreo y patrullaje naval entre los países africanos que son estados miembro de la Unión Áfricana.

Por último, Virginia Gamba se refirió a la importancia de fortalecer espacios comunes para el dialogo y la interacción entre África y America del Sur en relación al monitoreo y patrullaje del Atlántico Sur. En ese sentido destacó la importancia y relevancia de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, indicando que no comprende porque los artículos relacionados con el Plan de Acción de Luanda del 2007 firmados por la Argentina y los demás países de la Zona no son ejecutados con la prioridad y seriedad necesaria para consolidar estas acciones cooperativas.