1 de julio de 2013

Ciclo de jornadas sobre la crisis mundial del agua, un desafío del siglo XXI, organizado por el Comité de Estudios Ambientales Internacionales. Sesión académica a cargo de Elva Roulet, Víctor Pochat y Marta Brunilda Rovere

Por Lucía Amigone Forte

El lunes 1 de julio de 2013, el CARI ofreció el seminario "El agua como derecho humano ¿o mercancía?", en el marco del "Ciclo de Jornadas sobre la crisis mundial del agua, un desafío del siglo XXI", organizado por el Comité de Estudios Ambientales Internacionales.

En este primer encuentro participaron como expositores Elva Roulet, arquitecta y urbanista, consultora de la OEA y del PNUD; Víctor Pochat, ingeniero civil y magíster en ciencias de la ingeniería, presidente del Instituto Argentino de Recursos Hídricos; y Marta Brunilda Rovere, abogada especialista en Derecho Ambiental y de Aguas.

Elva Roulet comenzó su exposición enfatizando la crisis ambiental que constituye la carencia del agua potable a nivel mundial, el mal manejo de los recursos hídricos y los efectos que esto provoca sobre la población global, en el siglo XXI. Recordó que el agua es imprescindible para la vida, no sólo porque es fundamental para el consumo doméstico, sino porque también es utilizada para la producción agrícola, alimentaria, minera e industrial. Resaltó que sólo el 2,53% de la totalidad del agua del planeta es potable y que aproximadamente las 2/3 partes de ese pequeño porcentaje de agua están inmovilizadas -en nieves eternas, en glaciares, lagos, ríos y acuíferos. A su vez, advirtió que la contaminación y los efectos del cambio climático generan una disminución de dicho porcentaje.

Por otro lado, Roulet destacó que la distribución y la cantidad consumida de agua dulce son muy diversas en los distintos continentes y que dependen del número de habitantes y de sus costumbres. No obstante, son los países menos desarrollados los que se encuentran en una situación más perjudicial, por la falta de acceso al agua potable, la falta de saneamiento y por la ingesta de agua contaminada.

Por último, Roulet enumeró los diferentes foros y congresos internacionales que se vienen llevando a cabo a partir de la década del 70 para abordar dicha problemática y la evolución del Derecho Internacional sobre este tópico. Destacó que en 2010 los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas establecieron el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento.

La exposición de Roulet fue seguida por la del ingeniero Víctor Pochat, que continuó con la explicación sobre los foros internacionales del agua, pero centrándose en las decisiones que ha tomado Naciones Unidas. Para Pochat, la Declaración de Dublín de 1992, donde el agua fue considerada un bien económico, dio lugar a muchas interpretaciones a nivel internacional sobre cómo regular el uso del agua. En su opinión, se confundió el agua potable para consumo humano, con el agua como insumo utilizada para la producción. Fue recién en la Cumbre de Río, donde los países salvaron esta interpretación y establecieron que el agua no es sólo un bien económico, sino también un bien social.

Otras de las decisiones importantes que tomó Naciones Unidas y que retoma Pochat, fueron  las llamadas "Metas del Milenio", elaboradas en el año 2000. En éstas, se plantea garantizar la sustentabilidad del medio ambiente y se fijan varios objetivos para el año 2015, como reducir a la mitad el porcentaje de habitantes del planeta que no tienen acceso al agua potable y al saneamiento.

Por último, el ingeniero se refiere a la importante postura fijada en 2010, cuando la Asamblea de Naciones Unidas declaró el Derecho al Agua Potable y al Saneamiento como un Derecho Humano esencial, y exhortó a todos los Estados y Organizaciones Internacionales a proporcionar recursos financieros y formación técnica para lograr el pleno goce de dicho derecho.

El seminario concluyó con la exposición de la doctora Marta Brunilda Rovere, quien planteó la dificultad de alcanzar dichas metas respecto del cumplimiento con el Derecho al Agua Potable y al Saneamiento por parte de los Estados. Reconoció que muchas veces las políticas públicas y la legislación local no logran adecuarse a las decisiones normativas internacionales.

Sin embargo, la disertante explicó que hubo una enorme evolución teórica en las legislaciones internas de los países, lo cual ha generado que las normas que antes producían impactos sobre el ambiente hoy hayan sido modificadas por normas ambientales con fines específicos para su conservación.

Por último y a modo de conclusión, Rovere enfatizó el hecho de que actualmente en el Derecho ya no se habla del agua como un "elemento utilitario", sino del "uso racional de acuerdo a la disponibilidad y calidad" de dicho recurso.