29 de mayo de 2014

Sesión académica a cargo de Su Excelencia el Embajador Alfonso Diez Torres, Jefe de la Delegación de la Unión Europea en la Argentina, organizada por el Comité de Asuntos Europeos

Por Justine Gonda

En el marco de los debates que siguen al el resultado de las elecciones del Parlamento Europeo, el Jefe de la Delegación de la Unión Europea en la Argentina, el Embajador Alfonso Diez Torres, ofreció su análisis de las implicancias de estas elecciones sobre la política exterior europea. La sesión concluyó con las reflexiones del Embajador Eduardo Airaldi.

Para empezar, el Embajador aclaró qué es lo que abarca la expresión "política exterior de la Unión Europea". Destacó así cuáles son las atribuciones del Parlamento Europeo en la arquitectura institucional europea. En otras palabras, el Parlamento se encarga de la parte legislativa y presupuestaria, además de tener funciones de control político y de elegir el presidente de la Comisión Europea.

Otro dato que destacó el orador es que la política exterior de la Unión Europea (UE) se divide en dos ejes: por un lado, la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), es decir la acción diplomática propia de la Unión Europea y, por otro lado, la acción exterior de la Unión Europea, que constituye la parte de la política exterior más desarrollada. El Parlamento Europeo ejerce competencias propias en este ámbito: en materia de política comercial, el área más madura de la acción común de la Unión Europea -que se distingue como primer potencia comercial mundial-, el Parlamento adopta los reglamentos de aplicación y aprueba los acuerdos comerciales.

En cuanto a los programas de cooperación internacional, el Embajador subrayó que la Unión Europea es el mayor donante del mundo y el órgano que se ocupa del asunto es el Parlamento que, conjuntamente con el Consejo, adopta los programas que definen las líneas de la cooperación con los países en desarrollo. El Parlamento está involucrado también en los aspectos legislativos de la cooperación económica, técnica y financiera con terceros países, así como de la ayuda humanitaria.

Por último, una innovación notable que introdujo el tratado de Lisboa (en vigor desde 2009) fue la creación de una "cláusula de solidaridad", que se activa en caso de ataque terrorista, catástrofe natural o de origen humano, que dispone que el Consejo tenga que informar el Parlamento de su decisión en la cuestión.

Después de haber presentado las distintas dimensiones de la política exterior de la Unión Europea, el Embajador Diez Torres abordó el tema de las elecciones, subrayando la intensa cobertura mediática que recibieron. Esto se explica por el interés creciente hacia el Parlamento, debido al papel cada vez más amplio que se le está otorgando en el ámbito de la arquitectura europea.

El carácter excepcional de estas elecciones reside en tres aspectos sobresalientes, según el Embajador. Primero, el marco en que se inscribieron -la salida de una crisis que conmovió a Europa de manera durable, con efectos que siguen siendo visibles- contribuye ampliamente a explicar los resultados. Además, las elecciones estuvieron estrechamente relacionadas con la elección del presidente de la Comisión Europea, hecho que representa una novedad: en vez de aprobar solamente la decisión de los Jefes de Estado al respecto, ahora es el Parlamento mismo el que lo elige.

Paradójicamente, aunque se pensaba que esta nueva medida iba a favorecer el interés de los ciudadanos en las elecciones europeas, la participación ciudadana no fue lo que se esperaba. De hecho, desde el año 1979- cuando fue instituido el sufragio universal directo por las elecciones al Parlamento - hasta hoy, la participación en las elecciones ha ido decreciendo. A pesar de esta evolución negativa, el orador insistió en que la tasa de participación de estas elecciones marca, por primera vez, el fin de la caída, de hecho se registró un ligero aumento, comparado con la participación en las últimas elecciones.

Hay que notar, también, que estas elecciones conciernen un número más alto de países: en uno de los espacios más extendidos del planeta, casi 400 millones de personas de 28 Estados fueron llamadas a las urnas.

La participación fue heterogénea, con importantes variaciones según los países: la participación en el Este de la Unión se destacó  como la más baja, como lo evidencia el caso de Eslovaquia, donde sólo el 14% de la población fue  a votar. Para terminar, una explicación de los resultados aparece en el hecho de que el voto antieuropeo es él que más se expresó frente a una actitud pasiva y una falta de movilización de los grupos que apoyan a la Unión.

En cuanto a los resultados, una gran preocupación brota del surgimiento de partidos populistas y antieuropeos, que se convirtieron, por primera vez, en fuerzas muy significativas. Este dato debe ser "tomado con pinzas",  considerando los resultados de los partidos tradicionales pro-UE, que mantienen su hegemonía en el Parlamento, con más de los dos tercios de los escaños. Podemos suponer que un grupo parlamentario que reúna a los partidos populistas va a surgir, aunque por eso es necesario que el grupo de Marine Le Pen, que triunfó con el 25% de los votos en Francia, lidere un número suficiente de estos partidos; el Embajador subrayó que estos grupos tendrán dificultades para encontrar un terreno común.

Lo cierto es que si uno mira el mapa de la votación por países, los votos más a carácter antieuropeo, xenófobo no coinciden con lo que podemos llamar la geografía de la crisis y de la austeridad

En un tercer momento, el orador ofreció sus reflexiones sobre el significado y las implicancias de estas elecciones a nivel europeo, subrayando la dificultad de extraer conclusiones al observar elecciones jugadas en ámbitos nacionales, sobre todo ya que Europa se destaca como una construcción peculiar, que se construye de manera tortuosa e indirecta.

Según él, estas elecciones niegan el prejuicio según el cual reflejaron un castigo y un rechazo de las políticas de austeridad; no se puede observar alguna coincidencia entre los votos antieuropeos o la abstención y la profundidad de la crisis o la amplitud de las medidas de austeridad. Además, la Unión Europea no parece fácil de entender, incluso para los europeos, por sus características y el proceso dinámico de cambio continuo que la conforma.

El orador resaltó así un punto central para explicar el voto del 25 de mayo y el crecimiento de los extremos: la dificultad a la cual se enfrenta el ciudadano para determinar quién gobierna en Europa implica un problema a la hora de pedir responsabilidades y tener control. La referencia aparece difusa por los europeos en las elecciones: ¿votan por su Estado nacional o la Unión Europea en su conjunto? Esta situación se ha visto aún más complicada por la crisis del euro: antes, la UE encontraba su fuente de legitimidad en su funcionamiento eficaz, una legitimidad cuestionada hoy por la crisis del euro. La transferencia de competencias nacionales en el ámbito europeo, que limite el margen de maniobra de los Estados miembros, hizo emerger la percepción errónea de un vaciamiento de la política nacional a favor de un "diktat" impuesto por Bruselas.

Para terminar, el Embajador insistió en el dilema al cual se enfrenta la Unión Europea hoy, dividida entre un movimiento, deseado por los federalistas, de reconstrucción de la democracia a nivel europeo marcado por una transferencia creciente del poder y otro compuesto por los movimientos populistas, que se pronuncia a favor de una restauración de la democracia a nivel nacional, con un retorno a  las competencias otorgadas a la Unión Europea. Diez Torres concluyó su exposición con un interrogante: "De estos dos movimientos, uno de ellos sería posible y no deseable, y el primero deseable y no posible. La pregunta sería: ¿Qué hacer?"

El Embajador Airaldi completó la sesión académica desarrollando algunas reflexiones, compartiendo con el Jefe de la Delegación de la UE que las consecuencias de las elecciones en el panorama europeo aparecen complejas para descifrarlas. Insistió en la importancia de estudiar los resultados de las elecciones en cada país miembro, siendo las singularidades de cada uno necesarias para brindar elementos de explicación. Destacó así varios ejemplos relevantes. En el caso del Reino Unido, es en su dimensión insular que se encuentra la fuente de su relación dialéctica con el continente y del escepticismo británico. En Italia, el avance de Matteo Renzi evidencia la voluntad de renovación de la juventud mientras que la declinación de los partidos hegemónicos en España se explica por la crisis y por la manera con la que respondieron. Al contrario, Alemania aparece unida debajo del liderazgo encarnado por Angela Merkel aunque apareció una fuerza alternativa euroescéptica, la Alternativa para Alemania (AFD por sus siglas en alemán) que consiguió el 7% de los votos alemanes.

En la ciencia política clásica, desde Pericles hasta Lincoln, la pregunta era ¿quién gobierna? Y la respuesta siempre había sido ‘nosotros, el pueblo'. Pero a nivel europeo esta pregunta es mucho más compleja

A nivel europeo, el impacto aparece mucho menor, en vista de la masa crítica y los partidos pro-UE conservan la posibilidad de llevar a cabo una política coherente, disponiendo de más de 500 escaños sobre los 751 del Parlamento Europeo. Es dentro de los países miembros que los partidos contestatarios van a ejercer su presión para influir en la política nacional.

Lo que parece claro es que con estos resultados va a tornarse complejo avanzar hacia más integración. Además, recientemente, se enfocaron algunos asuntos que merecerán la atención del nuevo Presidente de la Comisión: a la prominencia del tema del crecimiento, de la competitividad y del empleo, se agrega la cuestión de la unión monetaria. El Embajador insistió en la importancia de desarrollar y profundizar la Política Exterior y de Seguridad Común, particularmente en el contexto de emergencia de la "doctrina Obama", según la cual los Estados Unidos solo intervendrán a futuro en caso de amenaza directa a su seguridad y a sus intereses.

Hay temas críticos que deberán ser respondidos, principalmente la cuestión de la seguridad energética y de la relación con Rusia, aun más exacerbada en un contexto de crisis en Crimea. Otros temas son de gran relevancia para la Unión Europea, principalmente el conflicto en Medio Oriente, la inmigración ilegal, las decisiones pendientes del Parlamento Europeo acerca del Tratado de Asociación con Estados Unidos y, finalmente, la negociación con el Mercosur. A largo plazo, una cuestión que tendrá que ser planteada es la del temor de los europeos frente a la transculturización, que es percibida como una amenaza y que constituye un tema sobre el cual juegan mucho los partidos populistas cuando cuestionan la libre circulación de las personas dentro del espacio europeo. Según el orador, sobre estos temas no se pueden sacar conclusiones ahora y hay que observar cómo se desarrollarán a futuro, con la próxima designación del Presidente de la Comisión Europea. Finalmente el Embajador Airaldi expresó su convicción de que lo que se puede extraer de estas elecciones es la necesidad de cambios, que deben ser efectuados por los europeos mismos a través de sus instituciones.