5 de octubre de 2011

Sesión académica a cargo Carlos Pérez Llana, Profesor de Relaciones Internacionales, UTDT, en el Seminario Anual CARI 33 "Un mundo en cambio"

Por Elliot Sucari

Aventurar con un análisis acabado del pasado reciente para conjeturar acerca del futuro es siempre una tarea difícil y riesgosa, y más aun cuando yace de por medio una crisis económica de gran envergadura que sigue afectando al mundo en su totalidad.

Carlos Pérez Llana puso especial atención en la crisis económica, la prospectiva de los mayores actores en el sistema internacional. El expositor dio inicio a su ponencia afirmando que la característica de esta crisis económica proporcionará un cambio que va a traer como consecuencia transformaciones en la estructura de poder global. Estas transformaciones en el sistema interestatal serán similares en magnitud a aquellos que ocurrieron con el fin de la guerra fría.

Entonces, ¿en qué consiste este cambio? Para Pérez Llana, dicho movimiento se plasmará por un lado en el terreno geopolítico con un desplazamiento del centro de poder hacia Asia, y por otra parte en el terreno de la gobernabilidad con la separación entre el poder económico y el poder político.

La transformación en la estructura de poder se plasmará por un lado en el terreno geopolítico con un desplazamiento del centro de poder hacia Asia, y por otra parte en el terreno de la gobernabilidad con la separación entre el poder económico y el poder político

En referencia al primer punto, el letrado destacó una frase acuñada por Martin Wolf, economista del Financial Times: "el futuro se adelantó". Con esto, argumentó que la presencia y relevancia del mundo Asiático en el sistema internacional, que se preveía para las próximas tres décadas, ya es una realidad. Y destacó que Asia no es solamente China; si bien es el país con mayor crecimiento y poderío económico del continente, es significativo reconocer que el continente es complejo: no es homogéneo porque conviven diferentes civilizaciones, hay problemas de soberanía no resueltos entre países vecinos (ejemplos de esto rondan desde los reclamos sobre el mar chino, hasta las disputas entre India y Pakistán), y hay una serie de agendas de conflicto y una serie de agendas de cooperación. A su vez, es una región que tiende a privilegiar la securitización de la mayoría de sus problemas porque los países tienen escaso uso del soft power. En suma, Pérez Llana sostuvo que el futuro se adelantó pero   "Existe una incompatibilidad entre la agenda nómade que demanda cambios y soluciones rápidas, y la agenda sedentaria que busca soluciones estratégicas y requieren de un proceso de toma de decisiones más lento". que Asia como continente no se puede simplificar y por ello lo que se avecina es un mundo sumamente complejo.

El segundo punto que concierne dicho cambio tiene que ver con la fractura entre el poder político y el poder económico (concretamente el poder financiero). Esta escisión se da por una ruptura de corte más estructural entre dos grandes grupos de personas, que él llama los nómades y los sedentarios. Los nómades son actores destacados de la globalización financiera que tienen cuatro características principales: nadie los elige, no dependen de la opinión pública, no tienen accountability y maximizan el corto plazo y las ganancias. Los sedentarios se definen como el "mundo de la política" y están caracterizados por las instituciones locales, la dependencia de las encuestas, cuentan con un grado importante de responsabilización y mantienen en su seno una puja entre el corto y largo plazo. Aquí, afirmó que existe una incompatibilidad entre la agenda nómade que demanda cambios y soluciones rápidas, y la agenda sedentaria que busca soluciones estratégicas que requieren de un proceso de toma de decisiones más lento.

Dada la separación de estos actores el problema que se vaticina yace en la degradación de la política, porque los nómades y los medios de comunicación "convierten todo en un eterno presente" y la política se queda sin espacios ya que para tener legitimidad requiere del largo plazo. Frente a esto, predice una parálisis de los sedentarios, producto de esta puja entre ambos actores.

Dicho esto, el Dr. Pérez Llana se concentró en analizar cómo se van a reflejar estos cambios en el sistema interestatal del cual toma cuatro polos: Europa, Estados Unidos, Asia y el Medio Oriente.

Existe una incompatibilidad entre la agenda nómade que demanda cambios y soluciones rápidas, y la agenda sedentaria que busca soluciones estratégicas y requieren de un proceso de toma de decisiones más lento

Pérez Llana identificó que el modelo del viejo continente (cimentado en el modelo del estado de bienestar) está sufriendo un fuerte revés como daño colateral de la crisis económica mundial. Este modelo europeo -en decadencia- está muy aferrado al status quo en el sentido que existe una moneda común sin tesoro común, tratados de libre paso entre las fronteras (tratado de Schengen) sin políticas migratorias comunes, y una falta de política exterior común donde sólo comparten la misma postura frente al cambio climático y dentro de la OMC (cuyas negociaciones hoy día están paralizadas por la crisis). Por consecuencia, este status quo se traduce en una opinión pública alejada del proyecto común europeo (visible en los referéndum negativos hacia el Tratado de Lisboa) y en la debilidad de las autoridades de Europa (visible en un parlamento europeo débil y un presidente europeo con poca legitimidad).

El expositor hizo hincapié en esto para formular su conjetura acerca de los cambios que se harán visibles en el horizonte europeo. En primera instancia planteó que van a haber reformas institucionales y que el Método Monnet  (basado en el enfoque de la comunitarización de las instituciones y políticas europeas, concebida en los años cincuenta para la integración económica de un pequeño grupo de países liderado por Francia) debe ser revisado porque indudablemente el proyecto europeo requiere de mayor cesión de soberanía por parte de los países miembros. Seguidamente, la política migratoria actual indiscutidamente tiene que ser revisada. A su vez, evaluó que Europa va a necesitar una revisión importante de su política exterior y de seguridad, ya que hay varias visiones incongruentes dentro del modelo. El continente se debe a sí mismo una reformulación y adaptación estructural para compatibilizar la integración.

El segundo polo que Pérez Llana analizó en torno al cambio son los Estados Unidos. Dada la división dentro de la sociedad norteamericana respecto al rol que debe ocupar el estado en todos los niveles, y debido a la crisis económica que enfrenta, es probable que Estados Unidos sufra varios cambios. Es factible que el gigante del Norte se repliegue, que ponga mas énfasis en lo militar ya que es allí donde todavía tiene una ventaja comparativa en el sistema internacional, y que asuma políticas de corte multilateral. Seguidamente, esta estrategia llevaría a que Estados Unidos demuestre mayor voluntad en aportar a la gobernabilidad internacional.

Obama va a priorizar el frente interno y el bienestar económico porque EE.UU. demostró que no tiene el poder suficiente para persuadir ni la capacidad de llevar a cabo y ser árbitro de un conflicto

En resumidas cuentas, Pérez Llana afirmó que Obama va a priorizar el frente interno y el bienestar económico de su país, ya que Estados Unidos demostró con sus injerencias en el Medio Oriente, que no tiene el poder suficiente para persuadir ni la capacidad de ser árbitro de un conflicto.

El tercer polo que se verá afectado por estas transformaciones, según Pérez Llana, es el asiático. Ante esta afirmación, consideró pertinente hacer algunas observaciones acerca de China: el país se encuentra en un período concluido de la etapa post-maoísta, una era caracterizada y definida por el ascenso pacífico e incorporación al mundo. El fin del post-maoismo abre lugar a pensar en una China más arrogante y con capacidad de ocupar mayores espacios dentro del sistema internacional, principalmente por los vacíos que está dejando la crisis.

Como último polo, el académico presentó los cambios en el mundo Árabe, ubicando a la primavera árabe como eje rector de este cambio, ya que gracias a estos acontecimientos el monopolio dictatorial y el "modelo populista", que había caracterizado a la región en los últimos lustros, acabó. No obstante, el futuro que se aproxima para la región arábica esta plagado de incógnitas. El futuro es impreciso porque la primavera árabe se ha manifestado de formas muy distintas en cada país. Si bien comparten dos ejes comunes -la creación de una nueva identidad y las demandas de emancipación y mayores libertades- es oportuno afirmar que no se la puede englobar en un todo homogéneo debido a las diferentes realidades de los países donde transcurrieron estas protestas (Túnez, Yemen, Libia, Siria).

El fin del post-maosimo abre lugar a pensar en una China más arrogante y con capacidad de ocupar mayores espacios dentro del sistema internacional

Una de las características sobresalientes de este cambio es que Europa volverá a su pasado a raíz de las discusiones y reflexiones acerca de la necesidad de crear una política exterior común. Por ende, afirmó que Europa va a orientar su política exterior hacia la región árabe y al continente africano, donde actualmente China es concebida prácticamente como una potencia colonizadora. Por ello, es de suma importancia para el continente europeo el futuro del Medio Oriente, una región donde las consecuencias de la primavera árabe giran en torno a la creación de una nueva agenda.

Por último, cerró su exposición con un comentario acerca del futuro de los BRIC. Si bien son países que tienen gran potencial, capacidad e interés de consolidar su presencia en el sistema internacional, no es posible englobarlos ya que son muy disímiles entre si, y destaca que existe un choque de civilizaciones dentro de los BRIC donde cada país está compuesto por un "crisol de razas". Carlos Pérez Llana, concluyó con un comentario alentador hacia Brasil, considerándolo el país más compacto y "homogéneo" dentro de este grupo de países emergentes.

Carlos Pérez LlanaDoctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Rosario e hizo su tesis de posgrado en el Instituto de Altos Estudios para América Latina de la Universidad de París III. Fue Embajador de la Argentina en Francia durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Actualmente se desempeña como Profesor en las carreras de Relaciones Internacionales de las Universidades San Andrés; Torcuato Di Tella y Siglo 21