5 de junio de 2012

Sesión académica a cargo de Francisco del Río, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de México en la República Argentina

Por Antonella Pelizzari y Patricio Yamin

Con motivo de la Presidencia Mexicana del Grupo de los 20, el martes 5 de junio de 2012 el Embajador Francisco del Río, Embajador de México ante la República Argentina, expuso en la sede del CARI acerca de los desafíos actuales a la gobernanza global, el rol del G20 y la actuación de México como presidente de dicho foro durante el corriente año.

Tras la presentación, a cargo del Presidente del CARI, Dr. Adalberto Rodríguez Giavarini y del Coordinador del Comité de Asuntos Latinoamericanos, Lic. Norberto Pontiroli, el Embajador Del Río inauguró la conferencia realizando un análisis de las transformaciones de la estructura internacional.

En primer lugar, describió el nuevo modus operandi de la cooperación internacional basado en la concertación multilateral informal entre países desarrollados y emergentes. Este auge de foros informales se presenta como respuesta a la creciente disfuncionalidad de instituciones financieras internacionales, así como también a la marginación del sistema de Naciones Unidas en la toma de decisiones económicas. Esta situación, redundó en un claro déficit de gobernanza internacional, en un contexto en el que la creciente interdependencia en materia económica, con la consecuente matización de las fronteras nacionales en dicho ámbito, convive con la permanencia de un esquema político basado en los Estado-Nación.

Origen del G20

A continuación, el Embajador realizó brevemente un recorrido por los antecedentes del G20, señalando al G8 y al G5 como principales antecedentes del foro, aunque remarcando una diferencia fundamental: mientras que en el G8+5 los países emergentes participaban en calidad de invitados, en el G20 lo hacen en calidad de miembros plenos, en igualdad de derechos y posibilidades con las principales potencias. Esto ha significado un avance en cuanto a la representatividad del foro, no sólo como reflejo más fidedigno de la mayor multipolaridad en la distribución del poder económico mundial, sino también de que los 19 países allí presentes, más la Unión Europea, condensan el 85% del PIB mundial así como también dos tercios de la población de todo el planeta.

En concreto, el G20 tiene su origen en el contexto de la Crisis Asiática de 1998-1999 y su contagio a diferentes regiones del globo, cuando desde el G8 surge la iniciativa de un espacio en donde se incorpore a economías emergentes, países considerados sistémicamente importantes. En este primer momento, constará solamente de reuniones de Ministros de Finanzas y de presidentes de los Bancos Centrales, con los objetivos de crear una nueva arquitectura financiera global, manteniendo la cooperación macroeconómica para abatir desequilibrios globales. De este modo, los temas incluidos en la agenda serían principalmente: la creación de políticas para la estabilidad financiera y económica, la prevención de abusos en el sistema financiero, la creación de políticas de crecimiento y el manejo de las crisis.

En noviembre de 2008, en el contexto de la peor crisis financiera internacional desde 1929, se convocó a una reunión de los Líderes del G20. Esto tenía por objetivo el intento de coordinar una respuesta común al más alto nivel para enfrentar la magnitud de la crisis y sus posibilidades de contagio al resto de la economía mundial. En dicha ocasión, los líderes debatieron acerca de las causas de la crisis y acordaron instrumentar un Plan de Acción basado en tres pilares: establecer políticas anti-cíclicas para evitar el desplome de la demanda global, fundar una agenda de reformas sobre supervisión y regulación financiera, y consolidar el compromiso de evitar el proteccionismo económico.

Desde entonces, el G20 ha celebrado seis Cumbres de líderes para alcanzar acuerdos que promuevan la estabilidad de la economía mundial. Dichas cumbres se han convocado sin una periodicidad específica, demostrando una flexibilidad que le permite al foro adaptarse a la dinámica de los acontecimientos. Asimismo, es importante destacar la tercera reunión de los jefes de gobierno desarrollada en Pittsburg en 2009, en la que se denominó al G20 como el principal foro de discusión, planificación y seguimiento de la cooperación económica internacional (1).

Logros y objetivos

Al momento de señalar los avances alcanzados por el Grupo de los 20, el Embajador Del Río planteó, en primer lugar, los logros generales en términos de gobernanza global; en segundo, el accionar de los estados en dicho foro; y, por último, los beneficios que esto permite a los ciudadanos, destinatarios últimos de los esfuerzos mencionados.

De este modo, mencionó los logros alcanzados por el G20 en materia económica y financiera, entre los que se encuentran la adopción de paquetes de estímulo económico; los avances en la coordinación macroeconómica internacional y en la regulación de los mercados financieros; la reforma de las instituciones financieras internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; y el trabajo del Consejo de Estabilización Financiera (FSB, según sus siglas en inglés).

Por otro lado, también ahondó en los beneficios obtenidos por el foro en materia de gobernanza global, incluyendo el mencionado avance en materia de representación de la actualidad económica internacional; la elaboración de normas o legislaciones comunes, el impulso político a procesos estancados y la coordinación de políticas entre los miembros; la posibilidad de complementar al sistema de Naciones Unidas y a las instituciones de Bretton Woods. Asimismo, el Embajador resaltó la importancia de la existencia de un espacio que permite actuar con rapidez y agilidad, así como su contribución para recuperar la confianza en el multilateralismo global.

Desde su formación, el principal objetivo del G20 ha sido la coordinación macroeconómica con políticas diferenciadas para reducir desequilibrios globales, fortalecer la recuperación económica y el empleo mundiales. En este sentido, el Embajador Del Río planteó que los países miembros se han comprometido en la implementación de reformas estructurales que fomenten el crecimiento y el empleo; la utilización de la política monetaria para contribuir a la estabilidad de precios; la reducción de la brecha de desarrollo; y la evaluación mutua de las políticas diferenciadas aplicadas en cada país.

Por último, el Embajador señaló también la importancia de que las acciones promovidas desde el G20 repercutan de forma directa en el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos. En este punto, enfatizó en particular la relevancia de cuestiones como empleo, seguridad social, seguridad alimentaria, acceso al crédito o la lucha contra la corrupción.

Prioridades de la Presidencia Mexicana

A continuación, el expositor abordó específicamente lo que refiere a la Presidencia Mexicana del G20, tanto en relación a sus prioridades y a las actividades realizadas y programadas, como a la importancia que dicha posición tiene para el país.

En cuanto a las prioridades propuestas, México ha indicado cinco puntos: la estabilización económica y reformas estructurales para el crecimiento y el empleo, el fortalecimiento de los sistemas financieros y fomento de la inclusión financiera para impulsar el crecimiento económico, la mejora de la arquitectura financiera internacional en una economía global interconectada, la promoción de la seguridad alimentaria y el abordaje de la volatilidad del precio de las materias primas, y el avance del desarrollo sustentable incluyendo una agenda de infraestructura, eficiencia energética, impulso al crecimiento verde y financiamiento para enfrentar el cambio climático.

Asimismo, México ha promovido activamente la incorporación de más actores en el foro, en particular a través del Diálogo Ampliado. De este modo, la Presidencia Mexicana ha buscado el fortalecimiento del diálogo y la vinculación con actores que no son parte del Grupo tales como países no miembros, organizaciones internacionales y la sociedad civil en su conjunto, con particular énfasis en los jóvenes, círculos académicos y empresarios, entre otros. En este sentido, México ha promovido la incorporación de Chile y Colombia, como estados invitados, así como también de Benín, Presidente de la Unión Áfricana, y Camboya, Presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, sumándose así a España, invitado permanente del foro. También se ha estimulado la ampliación del diálogo a sectores de la sociedad civil, tales como delegados juveniles (Y-20), Organizaciones de la Sociedad Civil (SC-20), Think Tanks (Think20) y, fundamentalmente, representantes del mundo empresarial (B-20).

El Embajador Del Río abordó brevemente también la estructura del diálogo entre los miembros del G20, organizado a partir de dos canales: el financiero y el de los sherpas.

El Canal de Finanzas del G20 está constituido por todos los Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales de los miembros del foro, quienes mantienen reuniones regulares durante todo el año. A dichas reuniones asisten también Organismos Internacionales tales como el FMI, el BM, la OCDE o el FSB. Es necesario mencionar que el canal opera con diferentes grupos de trabajo dentro de la órbita del foro, así como a través de la cooperación cercana con organismos financieros internacionales.

Por otra parte, el Canal de Sherpas se enfoca en temas relacionados con la agenda política del G-20, enmarcados principalmente en cuestiones de desarrollo, pero también de empleo, agricultura, energía y lucha contra la corrupción, entre otros. La función principal de los Sherpas es llevar a cabo las tareas de planificación y negociación, coordinando la agenda y buscando consensos entre los diferentes miembros. Asimismo, en consecuencia de los acuerdos alcanzados, y en conjunto con los Vice Ministros de Finanzas, los Sherpas tienen asignada la elaboración de la declaración final de las cumbres.

Considerando los diferentes espacios de diálogo y la próxima cumbre de líderes del corriente año, el Embajador Del Río señaló además que es intención de México, en su calidad de presidente del foro, buscar enmarcar la discusión en los dos principios que sustentan su filosofía en cuanto a la discusión multilateral: la transparencia y la apertura.

En cuanto a las actividades realizadas durante la Presidencia Mexicana, se resaltó el hecho de que, a un mes de la cumbre, se hayan realizado: tres reuniones de sherpas, dos de Ministros de Finanzas, una de Ministros de Comercio, una de Ministros de Trabajo, una de Ministros de Turismo, tres de Viceministros de Finanzas y dos de Viceministros de Agricultura, así como también numerosas reuniones de los grupos de trabajo del G-20. En este sentido, el disertante destacó, como elemento innovador por parte de México, la realización de la primera reunión de Cancilleres y, a continuación, profundizó su presentación enumerando los avances obtenidos en cada una de estas reuniones previas en vistas al encuentro de junio.

Finalizando su exposición, el Embajador del Río se concentró en el significado y la importancia que tiene para México la presidencia del G-20. En este sentido, señaló como punto principal el fortalecimiento de la posición de liderazgo internacional por parte de su país, así como la posibilidad de facilitar la consecución de acuerdos económicos y financieros globales que tienen consecuencias sobre la economía y el bienestar mexicanos. Reiteró a su vez la importancia de reafirmar la presencia de México en el diseño y construcción de una nueva estructura mundial, la intención de fortalecer tanto las relaciones bilaterales con potencias globales y regionales estratégicas, como la comunicación y coordinación entre organismos internacionales en temas de interés común para la política exterior mexicana; acciones enmarcadas en el interés del gobierno federal de promover un desarrollo más equitativo y sustentable.

Como presidente de la cumbre del G-20, México deberá enfrentarse no sólo con la responsabilidad que mundialmente conlleva definir la agenda que se discutirá, sino que a esto se le suman las expectativas regionales por tratarse no solo de un país emergente, sino también, latinoamericano. Con estas demandas en mente, el Embajador Del Río explicó que México buscará aprovechar su condición de país "puente" entre regiones, que lo convierte en un facilitador natural de las negociaciones internacionales, dotándolo de mayores herramientas para acercar posiciones sobre los apremiantes desafíos económicos y financieros actuales. En este sentido, las posiciones geopolítica, geoestratégica y económica de su país, le permitirán buscar acuerdos duraderos y marcados por el orden y la equidad entre el mundo desarrollado y el emergente.

Retomando la introducción de su presentación, y antes de finalizar su exposición, el Embajador se permitió hacer un análisis de los cambios que hasta el momento se habían producido en la gobernanza mundial describiendo a la arquitectura actual internacional como interdependiente y multipolar. Es en este contexto que se ha corroborado la eficacia de los mecanismos de concertación informal en la toma de decisiones internacionales y la importancia de acrecentar la vinculación directa con las instituciones multilaterales formales, a las cuales no se pretende reemplazar, sino por el contrario asistir y fortalecer en pos de la consecución de sus objetivos. Es por esto que el G-20 se perfila como un foro relevante, aunque aún imperfecto, pero necesario hasta que las instituciones internacionales se adapten a nuevas realidades.

Teniendo en claro esta posición México buscará en la reunión de los Cabos del próximo 18 y 19 de junio recuperar la credibilidad que el G20 tuvo en su origen como resultado de su eficacia y rapidez en la toma de decisiones coordinadas.

Preguntas y comentarios

Finalizada la ponencia formal, se abrió paso a las preguntas.

Consultado acerca de la posibilidad de incluir el debate acerca de las calificadoras de riesgo y los paraísos fiscales dentro de la agenda durante la cumbre de Los Cabos, el Embajador del Río señaló que efectivamente la segunda estará en la agenda de discusión y que, si bien no podía confirmarlo, creía que era muy probable que también el debate sobre las calificadoras de riesgo estuviera incluido en la agenda.

A continuación uno de los asistentes mencionó su preocupación por el debate entre la representatividad y la eficacia del G20, reflejada en la heterogeneidad de sus miembros y la dificultad que esto reviste a la hora de alcanzar acuerdos. Se concluyó que el G20 pareciera ser más representativo que el G8, y si bien este aumento del número de participantes generaba más complicaciones a la hora de encontrar posiciones comunes, la eficacia demostrada hasta el momento, no hacen más que confirmar que las decisiones tomadas han sido las correctas, o al menos oportunas para contrarrestar los efectos de las crisis.

Para finalizar, el Dr. Rodríguez Giavarini reflexionó sobre la posición argentina en el G20, señalando la similitud de los beneficios y objetivos de nuestro país con los de México, mientras que el disertante destacó el rol de nuestro país en los orígenes de este foro y su importancia para el futuro del mismo.

(1) "Today, we designated the G-20 as the premier forum for our international economic cooperation" en "Pittsburgh G20 Leaders' summit communiqué", 25/ Sep/ 2009.

Francisco Eduardo del Río LópezEstudió economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Es diplomático de carrera y se ha desempeñado como Secretario Particular del Subsecretario de Relaciones Exteriores, como Director General para América Latina y el Caribe, y como Director General de Protocolo. Posteriormente fue Jefe de Cancillería en las embajadas mexicanas en Francia, España y Estados Unidos. También fue Embajador en Nicaragua y Representante Alterno ante la Unión Europea en la Embajada de México en Bélgica-UE. Desde 2009 es Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de México en la República Argentina