11 de mayo de 2015

Sesión académica a cargo de René Mauricio Valdés, Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas y Alejandra Kern, Directora del Centro de Investigaciones sobre Cooperación Internacional y Desarrollo de la UNSaM

Por Pilar Castillo

Cada país adoptó los objetivos y los adaptó a su realidad. En el caso de Argentina, se agregó otro objetivo que tenía que ver con el trabajo decente

El primer orador de la sesión académica sobre los "Debates y perspectivas acerca de la nueva agenda global de desarrollo sostenible post-2015" fue René Mauricio Valdés, Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas (SNU) y Representante Residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Argentina. Valdés comenzó su exposición explicando que el año 2015 es un año muy importante en la cooperación internacional fundamentalmente por tres razones: (1) es el año de la finalización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se convirtieron en la gran guía de la cooperación a nivel mundial y que fueron adoptados en el año 2000 en la Asamblea General de Naciones Unidas; (2) este año la Asamblea General debe adoptar la agenda que le dará continuidad a los Objetivos de Desarrollo Sustentable del Milenio; y (3) en diciembre de este año se realizará la COP21 sobre el cambio climático en París. Por primera vez, en 2015 los países deberán adoptar compromisos vinculantes con respecto a la reducción de gases de efecto invernadero.

A continuación, el Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas repasó brevemente los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Valdés aseguró que a nivel mundial, se considera que la agenda de los ocho Objetivos de Desarrollo ha sido exitosa. La inmensa mayoría de las metas se ha logrado a nivel promedio mundial. Sin embargo, insistió en que el problema con el promedio es que obvia las desviaciones, los casos extremos y, por lo tanto, no refleja completamente a la realidad. El orador sostuvo que "cada país adoptó los objetivos y los adaptó a su realidad. En el caso de Argentina, se agregó otro objetivo que tenía que ver con el trabajo decente".

El calentamiento global que se está experimentando ahora en el mundo es el resultado de la revolución industrial, y son los países llamados industrializados los que tienen que ir adelante en esto

Con respecto a la relación entre la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la nueva agenda, el Representante Residente del PNUD sostuvo que existen dos diferencias fundamentales. Primero, la nueva agenda no es una agenda de cooperación Norte-Sur, sino que se concibe como una agenda de cooperación de todos los países. En la agenda anterior, los países del Norte orientaban su cooperación hacia los países del Sur para que reduzcan la pobreza y los problemas que se derivan de esta. Sin embargo, Valdés indicó que, además de que los países donantes están atravesando una crisis financiera, ellos siempre destinaron la ayuda a los países más pobres y hoy en día, casi todos los países tienen un ingreso medio. Por lo tanto, "se ha creado una crisis institucional en las Naciones Unidas", aseguró el expositor, y "este vínculo de donación desde el Norte hacia el Sur se quebró". Segundo, como resultado del fracaso en el tema de sostenibilidad social, económica y ambiental, la nueva agenda destina mayores esfuerzos a resolver estas cuestiones.

A continuación, el Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas introdujo los objetivos de la nueva agenda de desarrollo: (1) reducir a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo; (2) poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible; (3) garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades; (4) garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos; (5) lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y niñas; (6) garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación sostenible y el saneamiento para todos; (7) garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos; (8) promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos; (9) construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación; (10) reducir la desigualdad en y entre los países; (11) lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; (12) garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; (13) adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; (14) conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible; (15) proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica; (16) promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles; y (17) fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

A modo de conclusión, Valdés presentó el debate existente entre la universalidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas. El orador explicó que esta discusión se desprende de las diferencias que generó la Revolución Industrial: "el calentamiento global que se está experimentando ahora en el mundo es el resultado de la revolución industrial, y son los países llamados industrializados los que tienen que ir adelante en esto". El problema, según el Representante Permanente del PNUD, es que "los países del Sur culpan a los países del Norte por la contaminación y por lo tanto las negociaciones se ven afectadas".

La gran diferencia con la agenda anterior es la universalidad. Los objetivos se plantean con una naturaleza global y de aplicación universal

La segunda oradora fue Alejandra S. Kern, Doctora en Ciencias Sociales, quien dividió su exposición en tres partes: procesos, contenidos y por último el rol de América Latina y el Caribe. Con respecto a la primera cuestión, la Doctora expresó que la Agenda de Desarrollo anterior estuvo marcada por relaciones Norte-Sur y estuvo muy institucionalizada en el marco de la OSB y del Comité de Ayuda al Desarrollo Civil. Kern declaró que "esto es radicalmente distinto en el nuevo proceso, que es mucho más abierto". Hay una ampliación de la participación no solo a través de la incorporación de algunos actores como los BRICS, sino también a partir de la inclusión de la sociedad civil. La expositora sostuvo que esto genera una base más amplia de legitimación de esta agenda, por más de que el proceso va ser finalmente cerrado por los Estados. Que los organismos internacionales amplíen sus bases de representación significará un desafío para los Estados.

En cuanto a los contenidos, la directora del Centro de Investigaciones sobre Cooperación Internacional y Desarrollo (CICI+D) aseguró que la gran diferencia con la agenda anterior es la universalidad. Los objetivos se plantean con una naturaleza global y de aplicación universal. Esto diluyó lo que ha sido el sistema de ayuda tradicional de la relación Norte-Sur. "Otra cuestión ligada a la universalidad es el enfoque de derechos que tiene esta agenda", dijo Kern. Está pensada no para el desarrollo nacional sino centrada en las personas. Los objetivos plantean la extensión de derechos a todos y de forma total. La otra diferencia que mencionó Kern, con respecto a los contenidos, es la forma en que se incluye la sostenibilidad ambiental. La oradora sostuvo que se rompe con esta idea de linealidad del desarrollo y entonces se presentan alternativas. "Ya no hay que ir por el mismo camino sino que hay que buscar caminos alternativos que sean sostenibles", sostuvo. Por último, "hay un cambio radical en la amplitud de la agenda con respecto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio".

Este triángulo: sociedad civil, Estados y empresas se suma a la cooperación para quedarse y viene de la mano de la nueva agenda

Luego, Kern expuso acerca de la evolución del Sistema de Ayuda al Desarrollo. Los cambios se empezaron a ver a partir del 2005 cuando el sistema comenzó a abrirse y trató de sumar a los países tradicionalmente receptores de esta ayuda a la mesa de diálogo. El gran tema era mejorar la eficacia de la ayuda al desarrollo. Además, añadió que la cooperación Sur-Sur tomó una mayor importancia. Y entonces, para el 2011, cambió la institucionalización de la cooperación al desarrollo. Esta nueva institucionalidad se llamó "Asociación Global para el Desarrollo" y le dio un nuevo lugar a la sociedad civil y a las empresas privadas, que además fueron proveedoras de recursos para la cooperación. Asimismo, la directora del CICI+D reflexionó acerca de las nuevas divergencias en las preferencias de los actores como consecuencia de la incorporación de nuevos agentes. Esta agenda va a atravesar a todas las políticas del Estado y ya no va a ser una política de ayuda al desarrollo, que estaba centralizada en una agencia del Estado: "este triángulo: sociedad civil, Estados y empresas se suma a la cooperación para quedarse y viene de la mano de la nueva agenda", sostuvo la expositora.

Por último, Kern mencionó el rol de América Latina y del Caribe en la nueva Agenda. Lo que vemos en América Latina y el Caribe es que los países tienen distintas posiciones en este sistema de ayuda. Hay muchos países, especialmente en América Central, que son receptores de ayuda mientras que otros ya no reciben ayuda y están apostando muy fuerte a la cooperación Sur-Sur. "Esto da un panorama muy heterogéneo en la región y hace difícil el aglutinamiento para formular demandas conjuntamente" señaló la oradora. Además, más allá de las diferencias en el posicionamiento en el sistema de ayuda, los países de América Latina tienen distintos objetivos de política exterior, y la cooperación juega justamente en el área de la política exterior. Entonces, hay estrategias de cooperación que tienen que ver con vincularse mejor con el Norte, como por ejemplo el caso Chile, mientras que otras no persiguen esta meta. Finalmente, la Doctora en Ciencias Sociales estableció que una cuestión que se plantea es acerca de los recursos. La Agenda es muy amplia, y la CELAC sería clave en la Cumbre de Financiamiento del Desarrollo al aglutinar y facilitar la convergencia de intereses de los países de América Latina y el Caribe. Y, además, es esencial incorporar como medio el desarrollo, la difusión y la transferencia de tecnologías, sobre todo ambientalmente sustentables, "y ahí es donde viene el gran desafío de la cooperación de los países latinoamericanos".

René Mauricio ValdésCoordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas (SNU) y Representante Residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Argentina desde mayo de 2014. Entre 2012-2014 fue Jefe de Gabinete de la Secretaria Única para la Agenda Post 2015 de Naciones Unidas y Asesor Senior del Departamento de Políticas de Desarrollo del PNUD (Nueva York). Fue Coordinador Residente del SNU y Representante Residente del PNUD en Guatemala (2008-2012) y en Ecuador (2004-2008). Previamente, dirigió la Maestría en Administración Pública en el Instituto Centroamericano de Administración Pública de Costa Rica (1983-1989). Es Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad de El Salvador, Master en Administración Pública de la Universidad de Costa Rica y PhD en Ciencias Políticas de la Universidad de Toronto

Alejandra S. KernDoctora en Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina) y licenciada en Relaciones Internacionales (Universidad del Salvador). Es actualmente directora del Centro de Investigaciones sobre Cooperación Internacional y Desarrollo y de la Maestría en Cooperación Internacional de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Ha desarrollado proyectos con la Cancillería Argentina, el PNUD y la OCDE. Fue investigadora invitada en el Institut für Iberoamerika-Kunde en Hamburgo, Alemania (2000-2001) becada por la Fundación Konrad Adenauer y coordinadora del área de Cooperación Internacional del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) (2002-2009). Sus investigaciones se han centrado en las transformaciones del sistema de cooperación internacional al desarrollo, la cooperación sur-sur y la cooperación internacional en ciencia y tecnología