20 de octubre de 2015

Seminario Anual CARI 37

Por Julieta Altieri y Candelaria Bergero

El 20 de octubre de 2015 se llevó a cabo una sesión académica para celebrar el trigésimo séptimo aniversario del CARI. La misma inició con una breve introducción del Presidente del CARI, el Dr. Adalberto Rodríguez Giavarini, y luego algunos de los autores del documento "Argentina: una estrategia de desarrollo para el siglo XXI" expusieron las ideas principales del mismo.

El documento es una reflexión y un conjunto de propuestas que contribuyen a una reflexión más amplia parece imprescindible

El primer orador fue Martin Piñeiro, quien narró la génesis del trabajo. Comenzó haciendo mención del comportamiento cíclico de la economía argentina. Destacó que en dichos ciclos se observa una similitud en la estrategia económica adoptada por los gobiernos de turno, lo que llevó a épocas de gran crecimiento económico en un momento, seguido de grandes crisis causadas por el estrangulamiento de divisas y problemas de atraso cambiario.

Este comportamiento económico similar está basado en cuatro pilares que rigen la economía argentina: una inserción internacional cambiante y poco estratégica; una falta de énfasis en las exportaciones como motor del crecimiento; el privilegio al consumo sobre la inversión; y el sesgo hacia la industria de bienes de consumo.

Como solución a lo anterior, Piñeiro defendió una estrategia basada en dos ejes. Por un lado, lograr una inserción internacional que potencie el comercio, el acceso a la tecnología y a la inversión. Por el otro, desarrollar una estrategia de producción que tome como pilares los sectores competitivos a nivel internacional. De esta forma, se podría lograr un desarrollo económico sostenido en el tiempo.

El segundo orador fue Guillermo Rozenwurcel, quien expuso sobre cómo la economía argentina fue incapaz de proporcionar buenos niveles de vida, una justa distribución del ingreso y un crecimiento sostenido.

La estrategia comercial no es una herramienta de la gestión macroeconómica de corto plazo

Según Rozenwurcel, el crecimiento de la economía argentina fue históricamente dependiente de un proceso de apreciación real y de un creciente desequilibrio en el sector externo y en la balanza de pagos. Cuando esta configuración cambiaba, la crisis obligaba a depreciar en términos reales, causando la caída en el nivel de actividad, pero corrigiendo el desequilibrio externo e impulsando la economía.

Posteriormente, Rozenwurcel comparó dicho proceso con el movimiento de un péndulo. Para salir de dicho péndulo, es necesario redefinir el motor de la máquina, lo que para el expositor significa un ajuste en el nivel de precios. El problema surge cuando se generan dificultades para romper la configuración de intereses que define la economía política, requiriendo así de cambios institucionales.

Finalmente, Rozenwurcel afirmó que es imprescindible lograr una inserción internacional de la economía y del país, lo cual daría acceso a mercados y nuevas tecnologías. Además, el país debe lograr una estructura económica equilibrada y sustentable, reforzando los mercados competitivos a nivel internacional y no introduciéndose en aquellos donde la mano de obra es barata. Finalmente, el expositor destacó la importancia de la educación para lograr una sólida modernización del país.

A continuación, Ricardo Carciofi resaltó la existencia de seis desafíos planteados en el documento, de los cuales desarrolló tres. En primer lugar, el problema del empleo. "Es necesario aumentar la productividad sistémica de la economía para solventar esta dificultad", sostuvo Carciofi. "No se está generando empleo privado ni público. Un crecimiento económico sostenido cambiaría dicho escenario", agregó.

En segundo lugar, Carciofi hizo referencia a cómo el ciclo económico pendular referido anteriormente generó la pobreza estructural argentina. Para erradicar dicha pobreza se necesitan políticas de protección social; "no se trata de gastar más, sino de hacerlo mejor", afirmó.

En tercer lugar, Carciofi nombró la importancia de alcanzar una inserción internacional: "El país debería aprovechar la fragmentación internacional de la producción, logrando posicionarse en el comercio de valor agregado. Es necesario replantear la estrategia comercial del país, volviendo a ser socios creíbles".

Concluyó su exposición resaltando la importancia de combatir el corto plazo, "fenómeno del cual continuamos siendo víctimas".

Ramiro Albrieu desarrolló tres pasos principales y complementarios a seguir para convertirnos en un país desarrollado, rompiendo la trampa de los ingresos medios. Se trata de lograr altas tasas de inversión y ahorro, aprovechar el contexto externo y, finalmente, contar con una fuerte inversión pública.

La discrecionalidad y la opacidad son los dos pilares de la mafiosidad de la sociedad argentina

Albrieu afirmó que el ahorro se puede convertir en inversión. Históricamente, el país no ha contado con tasas de ahorro altas. "Contamos con un mercado de baja escala, poco globalizado y con gran volatilidad. Esto es un gran desincentivo para la inversión".

En cuanto al contexto externo, es necesario poder acceder al financiamiento internacional. En la actualidad, son más los capitales que salen del país que aquellos que entran. Es necesario revertir dicho esquema. Por último, Albrieu mencionó la importancia de contar con una inversión pública fuerte.

Como conclusión, el expositor aludió al hecho de que la Argentina está retrasada, tanto en innovación como en el valor agregado aportado a la cadena productiva. Por esta razón, es necesario "implementar políticas enfocadas principalmente a igualar oportunidades educativas, capacitando la mano de obra para un mejor rendimiento", señaló. De esta forma, es posible revertir el atraso y dar el salto.

El quinto orador, Marcelo Cavarozzi, realizó un análisis del Estado argentino en el cual destacó que "hemos construido un Estado colonizado, capturado sectorialmente y complejo". Dicha complejidad no ha sido manejada institucionalmente, causando la coexistencia de muchas reglas, lo que le permite a los actores más poderosos acomodarse donde más les convenga, causando inestabilidad y deterioro social.

Una consecuencia muy importante de esto es la "mafiosidad" de la sociedad argentina, y no solo del Estado. Para Cavarozzi, la mafia es la manera que la Italia mediterránea ha encontrado para resolver informalmente sus conflictos. "Esto hemos implementado en nuestro país. El Estado comenzó y produjo esto, pero la sociedad también es responsable. En este sentido, la discrecionalidad y la opacidad son los dos pilares de esta mafiosidad".

La debilidad de nuestras instituciones es un obstáculo para cualquier proyección futura exitosa en nuestra sociedad

Cavarozzi destacó cuatro panaceas, o formas en las que hemos tratado de solucionar los problemas sociales, que se han seguido cronológicamente: la panacea autoritaria, la democrática, la neoliberal y la panacea del siglo XXI. Ninguna de ellas funcionó con totalidad, ni lo harán. Cavarozzi sostuvo que mientras no reconozcamos que el Estado es el espacio en donde se plantean y solucionan los problemas, no vamos a salir de esta trampa de "complejidad y simpleza" que nos lleva a los errores cometidos hasta ahora.

Como conclusión, el expositor destacó la necesidad de comprender que el Estado tiene marcas. Lo anterior tiene una doble acepción: marcas en el sentido de escombros, y marcas en el sentido de complicidades estructurales; los escombros del Estado y las complicidades estructurales de la sociedad argentina.

A continuación, Roberto Martínez Nogueira desarrolló la importancia de la reconstitución del Estado, acentuando la necesidad de respaldarlo con fuertes instituciones.

Para el expositor, "la debilidad de nuestras instituciones es un obstáculo para cualquier proyección futura exitosa en nuestra sociedad". Resaltó que este obstáculo se basa en tres elementos. Primero, la falta de coherencia existente en nuestro marco institucional, surgido a partir de episodios circunstanciales y fuerzas aisladas de actores, sin acuerdo ni persistencia. En segundo lugar, nuestro sistema institucional no está respaldado por un sistema de incentivos coherente que enmarque comportamientos de actores relevantes. Y finalmente, el hecho de que las violaciones tienen una cierta "convalidación social". Esto nos da un horizonte de anomia, impunidad y facilitador de la corrupción generalizada.

Desaprovechamos 10 años de expansión fenomenal sin hacer un cambio estructural en el sector industrial

Para modificar este esquema, se requiere la puesta en marcha de un conjunto de valores y comportamientos sociales. Martínez Nogueira remarcó la necesidad de construir un marco institucional con un fuerte énfasis en acuerdos, negociación y colaboración público-privado.

Martínez Nogueira concluyó resaltando el valor de tener un Estado con capacidades analíticas, con soporte técnico que le permita establecer prioridades y con poder de acción. Todo bajo el margen de la institucionalidad. De lo contrario, una nueva estrategia no pasará del ámbito retórico.

A continuación, hubo dos comentaristas. En primer lugar, Dante Sica resaltó la importancia de una nueva estrategia. Observó cómo las divisas hasta ahora habían entrado a través de la cuenta corriente, mientras que en un futuro entrarán por la de capital. Con la baja del precio internacional de los commodities el país tendrá que desarrollar otros sectores industriales. "La ironía radica en que el gran crecimiento económico que experimentamos financiado por el boom de los commodities, no se vio volcado en un desarrollo industrial; no hemos sido capaces de transformar nuestra matriz productiva" afirmó Sica. Y agregó: "Desaprovechamos 10 años de expansión fenomenal sin hacer un cambio estructural en el sector industrial".

Destacó que el crecimiento no soluciona los problemas económicos, es necesario tener una estrategia que lo dirija. Para Sica, la ausencia de una estrategia nos hizo que reproduzcamos un mismo patrón de crecimiento que sigue generando problemas.

Sica resaltó la importancia del documento, aunque hizo hincapié en la necesidad de concretar algunos puntos, hacer referencia a los instrumentos necesarios para implementar la nueva estrategia y formar un Consenso del Desarrollo.

Por último, Silvia Sigal efectuó el último comentario de la sesión. Su principal crítica fue la omisión del "quién" en el proyecto. Hay que "tratar de plantearse también no solamente el qué y, en parte, el cómo, que serían las estrategias, sino el quién: quién es el que va a hacer todo esto". Explicó que se trata de establecer cuál es el príncipe, en términos clásicos, que va a hacer esto en una sociedad de masas, sin confianza en las instituciones, y en un sistema que funciona sobre las bases democráticas de partidos políticos. Resaltó que ir contra el vivir nuestro no es, ni será, fácil.

Para Sigal, las propuestas resultaron simplistas, necesarias para el debate, pero que requieren ser desarrolladas. No se habló lo suficiente de los costos de cada propuesta. La idea que se presentó va en contra del pensamiento típico de los argentinos y este problema no está planteado, o sea, el cómo llevar este plan a la práctica.

La comentarista detalló que existe una omisión sobre el impacto ambiental que dichos cambios pueden generar. Además, si el agente principal para el cambio es el Estado, el documento hizo caso omiso a la cantidad de acuerdos regionales, que limitan la completa soberanía de esta entidad política. Finalmente, Sigal concluyó que el texto es positivo para el debate, pero simplista para implementar nuevas estrategias.