Posibles consecuencias en China de la pandemia

Por Jorge E. Malena, 7 de mayo de 2020

A medida que el nuevo virus comenzó a expandirse en China, las predicciones en Occidente sobre el futuro de ese país fueron terminantes: el brote sería el “Chernobyl de la República Popular China” (RPCh), es decir "el principio del fin" del Partido Comunista Chino (PCCh). Sin embargo, con el correr del tiempo, las predicciones comenzaron a ir en sentido contrario.

China parecía contener la propagación del coronavirus, mientras que EE.UU. y Europa Occidental comenzaron a sufrir brotes masivos. Se empezó a decir que la pandemia generaría un reordenamiento geopolítico que tendría a China como vencedor.

 

Perspectivas económicas

Aunque se registra un repunte parcial de la oferta en la medida que las fábricas chinas vuelven a abrir, los doce países más afectados por el virus representan el 40% de las exportaciones de China. Muchos de ellos también proveen bienes intermedios a la RPCh. Por ello, recién cuando las economías de los EE.UU. y la UE se recuperen, la economía del gigante asiático se recuperaría.
A ello se suma el contexto de “desacople” previo a la pandemia, por lo cual Beijing tendría que considerar como irreversible la voluntad de EE.UU. de reducir su dependencia de la alta tecnología china y limitar el acceso de China a insumos clave.

La pandemia podría también provocar una reorientación de la cadena de suministro fuera de China, porque el país podría ser percibido como sitio de inversión menos atractivo. Incluso, podría darse un cambio en la preferencia de la RPCh como destino turístico, por el temor a enfermedades residuales o recurrentes.

 

Perspectivas de la relación con Washington

Recordemos que en la Casa Blanca hay un liderazgo que percibe las RR.II. en términos de política de poder. Cuando Washington alienta la autonomía de Taiwán, promueve operaciones de “libre navegación” en aguas circundantes a China, critica la represión del secesionismo en Xinjiang, denomina al Covid-19 “el virus chino”, etc., provoca que Beijing se sienta amenazado.

Ante este panorama, a la guerra de palabras y confrontación comercial podrían sumarse algunos incidentes en espacios estratégicos como el Océano Pacífico Occidental o los mares circundantes al Estrecho de Malaca.

 

Perspectivas del frente político interno

¿Hasta qué punto se vería afectado el liderazgo? La concentración del poder acarrea que en tiempos de crisis las miradas se dirijan hacia una sola persona, de quien se esperan resultados positivos.

Por ello, se pondría en marcha un “blindaje” de la autoridad del secretario general. El mismo consistiría en que la propaganda oficial amalgame la figura del líder con la imagen de un país que salió rápido de la pandemia y tuvo una conducta internacional cooperativa.

 

Conclusión

El próximo año se cumplirá el centenario del PCCh, ocasión que sería empleada para celebrar la permanencia, la estabilidad y el éxito. Por ello, resguardar la imagen del liderazgo será tarea prioritaria para Beijing.

En materia económica, reducir las vulnerabilidades externas no significaría adoptar un modelo de autosuficiencia, ya que una iniciativa de sustitución de importaciones es inalcanzable en el corto plazo y no se condice con el interés chino de beneficiarse de la globalización.

El poder de EE.UU. aún se apoya en una combinación de capacidades materiales y legitimidad política, más allá de cuál presidente gobierne. Y China aún carece de reconocimiento de su modelo y del poder duro que presente a Washington un consistente desafío.

No obstante, el otorgamiento de asistencia a nivel mundial, contribuye con que China sea vista como líder global, especialmente por los países desesperados por recibir ayuda de quien pueda ofrecerla.

Jorge E. Malena, Coordinador del Grupo de Trabajo sobre China del CARI