Boletín de Noticias de Análisis Internacional

Semana del 21 de junio al 25 de junio de 2021

 

INDICE

1. Estados Unidos ante China: desafíos y oportunidades

2. El futuro de Irán tras las elecciones presidenciales

3. La relación entre China y Australia: ¿es posible un cambio de rumbo?

4. Myanmar y el futuro de la ASEAN

5. Corea del Norte: escasez de alimentos y crisis interna

6. Elecciones en Armenia: una nueva oportunidad de redención para Pashinyan

7. La polémica por los pasaportes sanitarios

8. La muerte del líder de Boko Haram y sus implicancias en la crisis humanitaria en Nigeria

 

 

1. Estados Unidos ante China: desafíos y oportunidades

En su gira por Europa, el presidente Biden se ha encargado de manifestar a sus aliados el desafío que representa China en el orden internacional. Bernie Sanders (Foreign Affairs) explica que el establishment estadounidense percibe a China como una amenaza existencial, al punto que alienta una nueva Guerra Fría. Asimismo, expresa su inquietud ante la idea de una lucha de suma cero y considera que, pese a la preocupación generada por las ambiciones globales de la potencia oriental, las conversaciones no deberían perderse. Sanders agrega que una confrontación global podría ser estratégicamente contraproducente, ya que los desafíos actuales que enfrenta Estados Unidos —entre ellos la pandemia, el cambio climático y el terrorismo— requieren de la cooperación internacional, incluso con China. Por su parte, Andrew Sheng y Xiao Geng (Project Syndicate) agregan que el enfoque del establishment tiene sus raíces en el concepto absoluto de seguridad nacional. Consideran que su aplicación era válida en el contexto de posguerra, pero no en el sistema multipolar actual, en el cual la contención y la confrontación por valores disímiles podrían desencadenar un conflicto. Los autores estiman que la seguridad global debe primar, y coinciden con Sanders en que la negociación de un pacto entre las dos potencias sería mutuamente beneficioso para enfrentar los desafíos compartidos. En esa búsqueda, Sanders advierte que no será un proceso fácil, pero que una nueva Guerra Fría no es el camino; por su parte, Sheng y Geng sostienen que, ante todo, Estados Unidos debe renunciar a contener a China.

 

 

2. El futuro de Irán tras las elecciones presidenciales

Ebrahim Raisi ganó las elecciones presidenciales en Irán por un amplio margen, en comicios que contaron con baja participación popular (The Guardian). Hasta las recientes elecciones, Raisi, a quien se identifica como conservador, era el jefe del Poder Judicial. Según Vivian Yee (The New York Times) su triunfo allana el camino para que el liderazgo del país cimente el legado conservador del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei. Por su parte, el analista Abbas Milani (Project Syndicate) sostiene que Raisi deberá retomar las negociaciones con Estados Unidos para llegar a un nuevo acuerdo en materia nuclear, después de que Trump se retirara del acuerdo e impusiera sanciones económicas sobre el país (Foreign Policy). Según Marwan Bishara (Al Jazeera), Raisi tiene tres posibilidades. La primera es alcanzar un nuevo acuerdo nuclear con Estados Unidos que alivie las sanciones económicas y dé lugar a un proceso de reformas. Segundo, podría aprovechar la situación para mantener el status quo y ser garante de la estabilidad en la región. Finalmente, podría endurecer el régimen y tomar una postura más agresiva en sus relaciones con países vecinos. En este sentido, Parisa Hafezi y John Irish (The Japan Times) expresan que los opositores temen que Raisi pueda ejercer más presión sobre ellos, ya que en el pasado ha utilizado el sistema legal para reprimir la disidencia política. Asimismo, resaltan una cohesión ideológica de línea dura entre Raisi y el Ayatollah Khameini, lo cual permitiría una transferencia de poder sin problemas de fallecer Khameni. Este cambio les brindaría más influencia sobre la formulación de políticas a clérigos no electos que son hostiles al comercio con países occidentales, y especialmente con países árabes, con quienes Irán está enemistado hace mucho tiempo.

 

 

3. La relación entre China y Australia: ¿es posible un cambio de rumbo?

Mes a mes, la relación Australia-China se ha ido desgastando. La espiral descendente, que data de 2017, se aceleró por la respuesta de China ante el pedido australiano de una investigación sobre los orígenes del COVID-19 en abril de 2020 (The Interpreter). A medida que China se volvió más asertiva, las élites políticas australianas pasaron rápidamente de una visión de Beijing como socio comercial vital a una amenaza para la seguridad y soberanía australiana (The Diplomat). Qingqing, Yusha, Jun y Keyu (Global Times) advierten que la raíz de las tensiones proviene de ser las dos principales economías en Asia y el Pacífico, además de los crecientes sentimientos anti-China de los políticos de Canberra. Los autores señalan que las consecuencias de esto son muestra de la falta de sabiduría política de Australia. La falta de voluntad china para tolerar el escrutinio internacional y mantener una discusión genuina de sus diferencias tampoco sirve a los intereses de los actores, agrega Jason Scott (Bloomberg). Por su parte, Natasha Kassam (The Interpreter) asevera que son pocos los incentivos que puedan llevar a un cambio en las relaciones sino-australianas: con la opinión pública sobre China tocando fondo, y con el primer ministro australiano Scott Morrison presentando las "14 quejas" en el G7, Kassam prevé el declive en la relación solo se profundizará.

 

 

4. Myanmar y el futuro de la ASEAN

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) enfrenta severos desafíos, tanto externos como internos, señala Evan A. Laksmana (Foreign Policy). El autor afirma que, dentro del bloque, la crisis que se desarrolla en Myanmar desde el golpe de febrero podría ser su mayor desafío hasta el momento. En este sentido, sostiene que aunque la ASEAN aún tiene tiempo para gestionar la política de las grandes potencias, necesita abordar de manera urgente dicha crisis, la cual podría envolver a la región y determinar el futuro estratégico del bloque. El autor hace hincapié en cómo la Carta de la ASEAN (2007), la cual establece que la asociación es un grupo multilateral institucionalizado, representa un arma de doble filo, en tanto consagra el principio de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados miembros y la adhesión al estado de derecho, el buen gobierno, los principios de la democracia y el gobierno constitucional. En otras palabras, afirma Laksama, la ASEAN está obligada a rechazar el cambio inconstitucional de gobierno de un miembro respetando al mismo tiempo sus asuntos internos. Por ende, los propios principios de la ASEAN están en conflicto entre sí, y ese conflicto ha cobrado vida en los esfuerzos fragmentarios de la ASEAN en Myanmar. Mientras tanto, Amnistía Internacional proclama que los países miembros de la Asociación deben apoyar el llamamiento a un embargo de armas de la ONU, y que, de lo contrario, en la práctica estarán sirviendo de escudo protector para los crímenes del ejército de Myanmar contra la población civil.

 

 

5. Corea del Norte: escasez de alimentos y crisis interna

La situación en Corea del Norte se encuentra complicada no solo por la grave escasez de alimentos –la cual ha sido reconocida abiertamente por el régimen de Kim Jong-un–, sino también por una insuficiencia energética. En este sentido, Hahn y Harris (The National Interest) reflexionan en torno a los posibles escenarios que podrían generarse como consecuencia de la crisis que está atravesando el país. Al respecto, advierten que es poco factible que la crisis tenga como resultado la caída del régimen. Asimismo, afirman que los líderes de la nación ya han soportado circunstancias adversas en el pasado y que existen muchas razones para creer que lo harán nuevamente. En torno a la falta de alimentos, Robert Kelly (TNI), por su parte, explica que, a la hora de buscar causas próximas, el cierre de la frontera con China debido al COVID-19 es probablemente la más destacada. Kelly afirma que la agronomía socialista de Corea del Norte es poco productiva e ineficiente, y que, para evitar la repetición de la hambruna que se dio a finales de los 90, el régimen ha mirado hacia otro lado en las importaciones ilícitas de alimentos provenientes de China. El autor concluye afirmando que el hecho de que el mandatario se sintiera obligado a admitir la situación testifica la magnitud de la crisis. Harris y Hahn, por su parte, insisten en que las potencias deberían ponerse de acuerdo sobre cómo responder a las consecuencias de la crisis; de lo contrario, serán los ciudadanos comunes los que sufrirán la peor parte de sus desacuerdos.

 

 

6. Elecciones en Armenia: una nueva oportunidad de redención para Pashinyan

El partido del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, ganó unas elecciones anticipadas durante el  fin de semana. Esta victoria representó una tentativa de aceptación por parte de los armenios hacia el acuerdo de paz negociado el otoño pasado con Azerbaiyán (New York Times). Sin embargo, un nuevo informe del International Crisis Group advirtió la posibilidad de un nuevo escalamiento de las hostilidades entre los países en cuanto a sus fronteras no demarcadas (National Interest). El acuerdo establecido, explica Andrew Kramer (New York Times), acabó con una guerra de seis semanas por el enclave de Nagorno-Karabakh a un alto costo para el lado armenio. El acuerdo cedió territorio que incluía monasterios centenarios y partes esenciales de la identidad nacional. Liz Cookman (Foreign Policy) advierte, sin embargo, que la victoria de Pashinyan podría ser menos una victoria para él y más un repudio a la vieja guardia expulsada hace tres años: Kocharyan fue acusado de reprimir fuertemente protestas sociales y también ha enfrentado una investigación por acusaciones de soborno. La autora asegura que los resultados electorales sugieren una preferencia entre los armenios por las políticas internas de Pashinyan (a pesar de su mal manejo de la guerra), mientras que las preocupaciones de Kocharyan centradas en la política exterior y la seguridad resultaron menos atractivas. De cualquier manera, Cookman asevera que esta elección determinará la Armenia de posguerra y sus relaciones internacionales en el futuro. Solo la profundización de la democracia permitirá la defensa de una integración regional que no sea coercitiva ni impuesta, sino negociada.

 

 

7. La polémica por los pasaportes sanitarios

Con el inicio de la temporada de turismo septentrional, aumentan las polémicas sobre la implementación de pasaportes sanitarios para aquellos que han recibido la vacuna contra el coronavirus. La Organización Mundial de la Salud, de hecho, ha establecido un grupo de trabajo con la misión de diseñar e implementar un documento que permita el cruce de fronteras disminuyendo la posibilidad de contagios. A partir del 1° de julio se espera que diecisiete países de la Unión Europea implementen el sistema (Health News). Japón, por su parte, también espera que el pasaporte sanitario permita un resurgimiento de los viajes de negocios (The Diplomat). Pero algunos analistas han señalado reservas respecto a estas iniciativas. Daren Acemoglu (Project Syndicate) señala que algún tipo de certificado de vacunación para lugares cerrados y concurridos sería útil para incentivar a la gente a vacunarse. En cambio, cree que los pasaportes sanitarios agravarían las inequidades entre países pobres y ricos, cuando lo que hace falta es una estrategia global de vacunación. En sentido similar, un artículo de The New England Journal of Medicine señala que debido a que todavía no hay acceso universal a la vacuna, este documento reforzaría privilegios de raza y clase, y discriminaría a aquellos que no se vacunan por principios religiosos. Por último, señala que hay dudas respecto a la efectividad de las vacunas contra nuevas variantes del coronavirus. Por el contrario, un estudio de The Lancet argumenta que los pasaportes sanitarios permitirían preservar la libertad de movimiento. Además, advierte que no considerar el hecho de que las personas inmunizadas tienen menos posibilidades de contagiarse penalizaría injustamente a aquellos que tienen menores conductas de riesgo.

 

 

8. La muerte del líder de Boko Haram y sus implicancias en la crisis humanitaria en Nigeria

El grupo yihadista nigeriano Boko Haram ha confirmado la muerte de su líder, Abubakar Shekau, y ha acusado a la rama del Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés) de ser el responsable de su fallecimiento (El País). De acuerdo con los especialistas Jacob Kurtzer, Kally Moss y Judd Devermont (CSIS), si bien la muerte de Shekau supone un revés significativo para Boko Haram, también tiene implicancias respecto a la crisis humanitaria en el noreste de Nigeria. Desde el año pasado, el acceso humanitario se ha deteriorado y los trabajadores humanitarios se han convertido cada vez más en objetivos directos de los grupos armados. En los días posteriores a la muerte de Shekau, ISWAP y los combatientes leales de JAS (otra facción del grupo Boko Haram) parecían estar principalmente enfocados en luchar entre sí. Si bien esto podría reducir temporalmente el impacto sobre los grupos en los servicios humanitarios, es probable que la población civil se vea atrapada en el fuego cruzado, particularmente en áreas que antes estaban bajo el control de JAS. En las áreas bajo su control, ISWAP podría extorsionar a la población civil a cambio de servicios básicos y protección física. Por lo tanto, a medida que crecen las necesidades humanitarias, también podrían hacerlo los intentos de ISWAP de negar el acceso humanitario (CSIS). En cuanto a los desafíos en materia de seguridad, Kurtzer, Moss y Devermont sostienen que la muerte de Shekau constituye una victoria simbólica para el gobierno nigeriano, incluso si no tuvo ningún papel en la muerte del líder.

 

Edición: Analía Amarelle y Julia Pérez Maldonado.

Equipo de Redacción: Camila Busso, Tamara Cheroki, Lucía Cobián, Flora Fadda Kim, Julieta Larruy, Candela Leguizamón, Lucas Mertehikian, Martina Schmitt, Lucía Trossero.

 

 

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